Llegó la primavera, y con ello parece que la alegría se contagia. Quizás porque augura la llegada del buen tiempo, de los días con más horas de Sol y eso siempre afecta positivamente. Por ello, hoy hablamos de un musical que contagia júbilo.
Cantando bajo la lluvia
Año: 1952
Director: Gene Kelly
Reparto: Gene Kelly, Donald O’Connor, Debbie Reynolds
Duración: 102 minutos
Productor: Metro-Goldwyn Mayer
Trasfondo de los musicales
Los primeros musicales aparecieron alrededor del siglo XIX, surgidos de diferentes fuentes teatrales como la opereta, el vodevil y la pantomima. El género se forma a partir de una historia, generalmente un romance o un drama, acompañado con canciones y bailes, en el que además tienen cabida los diálogos (a diferencia de otros géneros parecidos).
Los años de oro de los musicales fueron durante y tras la Segunda Guerra Mundial, en un momento en el que se buscaba dar la imagen de felicidad y olvidar el terrible conflicto, así como las desavinencias de Estados Unidos con la URSS.
Fue durante esa época que nacieron los musicales más famosos de la historia: West Side Story, Siete novias para siete hermanos, Mary Poppins, Grease, Los caballeros las prefieren rubias o Cantando bajo la llúvia.
Transición sonora
La película nos muestra el mundo del espectáculo durante la época de transición entre el silencio y el sonido. Don Lockwood es un famoso actor de cine mudo, que también es bailarín y cantante. El estudio en el que trabaja le ha emparejado con Lina Lamont en numerosas películas, y para incrementar la popularidad de ambos, deciden crear una relación sentimental entre ambos. Sin embargo, Don no soporta a Lina, especialmente por su terrible timbre de voz.
El trío protagonista ensayando una coreografía para su próxima película.
Mientras escapa de unos fans, Don conoce a una actriz de reparto, Kathy Selden, con la que pronto inicia una relación de verdad. Durante esa época, R.F. Simpson hace una demostración del Vitaphone (una herramienta que permite añadir sonido a una película), pero los espectadores (miembros del estudio de Don y Lina) no quedan asombrados al pensar que tiene truco. Sin embargo, unos años después una productora rival estrena El cantor de jazz, con el que gana fama gracias a la inclusión del sonido, y el estudio se interesa enormemente por añadir sonido a sus producciones, y deciden que el próximo film de Don y Lina será sonoro. Si embargo, hay un gran problema: Lina no sabe cantar, y su voz es horrible.
Una historia que se repite
Conocida es esta película, aunque tristemente sólo por la famosísima escena de Gene Kelly que da nombre a la misma. Detrás de esta escena hay mucho más: una muestra de cómo funcionaba el mundo del cine durante unos años clave para el séptimo arte. El éxito o la bancarrota de muchos estudios se decidirían por su habilidad a la hora de utilizar el sonido en las nuevas producciones, de manera parecida a cómo actualmente se busca el éxito a través el uso del 3D. Por ello, podemos ver que, aunque las tecnologías avancen, en realidad el mundo no cambia mucho, pues siempre hay que encajar los cambios, y de ello depende la supervivencia.
¿Sabías que la famosa escena del baile bajo la lluvia se realizó con Gene Kelly resfriado y con 40 de fiebre?
James Ruthven
Cinéfilo en extremos. Estudiante de traducción. Una vez ví un dirigible. Me convirtieron en grillo. Y mejoré...