Los celtas y los vikingos fueron dos pueblos del norte (uno más al norter que otro) con tradiciones parecidas, pese a sus diferentes orígenes. En esta semana especial dedicada a los Celtas Cortos, cruzamos el mar y nos dirigimos a la más fría Escandinavia.
Director: Richard Fleischer
Reparto: Kirk Douglas, Tony Curtis, Ernest Borgnine
Duración: 114 minutos
Productor: United Artists
Trasfondo
El nombre “vikingo” es el que se le da a los pueblos germanos principalmente originarios de Escandinavia entre los siglos VIII y XII. Conocidos por sus pillajes y fechorías en el norte de Europa, se expandieron por muchas partes de Europa, especialmente la zona actualmente conocida como Gran Bretaña y Rusia, llegando también a la Península Ibérica, a la zona de Galícia y Asturias principalmente. También fueron los primeros pobladores de Groenlandia, e incluso llegaron hasta América, arrebatándole a Colón el título de descubridor del nuevo continente.
Los vikingos, como muchas civilizaciones de su época y anteriores, eran politeístas: existía un panteón de dioses, cada cual con su función, a los que se rendía tributo. El líder de los dioses, y el más conocido por todos nosotros, es Odin, el dios de la sabiduría, la guerra y la muerte. Los dioses viven en Asgard, una ciudad de dioses y dentro de ella estaba el Vallhala, que era una fortaleza donde los mejores guerreros y héroes iban tras morir.
Una historia de conquista
Nos encontramos en el siglo IX, y los vikingos intentan asaltar las tierras inglesas. Uno de los cabecillas norteños es Ragnar, líder de un típico pueblo de cascos cornudos: beben como cosacos y se pelean constantemente. Su hijo, Einar, tiene una pelea con un esclavo llamado Eric, a quien acusa de haber robado el halcón que cría. En legítima defensa, Eric lanza la ave a Einar y esta le arranca un ojo. Ragnar solicita pena de muerte para él y que se ahogue en el río, pero el esclavo invoca a Odín, quien escucha sus ruegos y le salva.
Eric (Tony Curtis) y Einar (Kirk Douglas) enfrentados en combate singular
Gracias a un contacto inglés, consiguen raptar a la princesa Morgana, de la que Einar se enamora pero que ella le repudia. Eric, liberado al fin, escapa con ella hacia tierras inglesas. Una flota vikinga, capitaneada por Ragnar, los busca para devolverlos a su pueblo, pero sufre un percance y el jefe es capturado y asesinado por lobos hambrientos. Su hijo Einar jura vengar su muerte y recuperar a la mujer que legítimamente le pertenece.
Piel de vikingo, historia rutinaria
Quizás una muy simple caracterización de los pueblos germanos, sin llegar a profundizar en su cultura ni en sus tradiciones más que no en su estética. No obstante, debemos tener en cuenta que se trata de una película de acción, y no de una película histórica donde se nos relata un acontecimiento (real o mitológico) como sí ocurre en la mayoría de los Peplum.
Las actuaciones de Tony Curtis y de Kirk Douglas (mención especial al segundo, interpretando a un personaje que pierde un ojo) son realmente buenas, merecedoras del renombre de ambos actores, aunque el director Richard Fleischer
¿Sabías que el día de su estreno en los Estados Unidos se hizo coincidir con la llegada de un barco vikingo fletado especialmente para la ocasión?
James Ruthven
Cinéfilo en extremos. Estudiante de traducción. Una vez ví un dirigible. Me convirtieron en grillo. Y mejoré...
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