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Críticas Cinéfilas (162): El show de Truman

Publicado el 23 abril 2012 por Ruta42 @ruta42

Críticas Cinéfilas (162): El show de Truman

El Gran Hermano nos vigila. Y cada día es más cierto esto. Y en la vida de Truman, es totalmente cierto desde antes de nacer.

 

 

El Show de Truman

Año: 1998
Director: Peter Weir
Reparto:
Jim Carrey, Laura Linney, Noah Emmerich
Duración: 102 minutos
Productor: Paramount Pictures

 

Una ficción medio real

Hoy en día están (y siguen estando) de moda programas los reality shows autonombrados desde el principio como “experimento social”, en los que varias cámaras instaladas en un recinto cerrado según la naturaleza del programa (una casa, un autobús…) sigue las aventuras que ocurren dentro del mismo durante 24 horas, sin intimidad.

Con muchas referencias al clásico 1984 de Orwell, este tipo de programas anulan completamente la voluntad del concursante y le hace pasar por diferentes pruebas para demostrar su valía una semana más. De lo contrario, es expulsado. Por suerte, a Truman no le pueden echar, ya que es el único “participante” en su propio programa.

El espectáculo “en vivo”

Bajo el subtítulo “una vida en directo” nos presentan a Truman Burbank, la estrella (sin que él lo sepa) del programa El Show de Truman, que se emite cada día desde hace 30 años. Su vida ha sido seguida por las cámaras desde antes de su nacimiento, y poco a poco se ha ido construyendo a base de actores y guiones, encabezados por el creador, Christof.

Un día como otro cualquiera, Truman empieza a notar cosas extrañas. Al salir de casa, de repente cae un foco desde el cielo, sin señal alguna de dónde pudo proceder. Al poco rato, por la radio anuncian que el foco se ha desprendido de un avión. Lo que podía haber pasado como una anécdota sin importancia se vuelve poco a poco una obsesión para Truman cuando empieza a notar que el mundo gira a su alrededor, que haga lo que haga la gente se detiene y le deja hacer. Y que hay algo oculto que nadie quiere que sepa.

Críticas Cinéfilas (162): El show de Truman

Truman en directo, desde el baño de su propia casa.

Más allá de la verdad y la mentira

En El Show de Truman podemos ver diferentes concepciones de la televisión actual: una vida seguida por cámaras por todas partes, con actores, en un lugar cerrado pretendiendo ser un mundo real y, por supuesto, millones de personas siguiendo embobados el espectáculo.

Hay también algo de filosófico en ello, y es que hay una reminiscencia al Mito de la Caverna de Platón, en el que encontramos a un grupo de hombres, prisioneros desde nacimiento, sujetos por el cuello y las piernas, sin posibilidad de moverse, mirando hacia una pared. Una hoguera cerca les deja contemplar las sombras de lo que va pasando en el pasillo que tienen justo detrás, por donde circulan hombres portando todo tipo de objetos que las proyectan. Para esos hombres, las sombras son la verdad de la vida. Del mismo modo, toda la parafernalia de actores, edificios y rutinas en la ciudad son la verdad para Truman.

Sin duda una buena película para reflexionar acerca del mundo actual. A pesar de tener ya 14 años, sigue tan de actualidad como el primer día. Incluso, irónicamente, más aún.

¿Sabías que los nombres de las calles en la ciudad ficticia aluden a actores famosos?

James Ruthven

 


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