Críticas Cinéfilas (CXXVII): 'Harry Potter y la Piedra Filosofal'

Harry Potter y la Piedra Filosofal

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Esta semana se estrena la última parte de una de las sagas más famosas a nivel mundial de esta centuria, que empezó sus andadas con el lanzamiento de su primera entrega allá por 1997. Hoy, retrocedemos 10 años en el tiempo y comentaremos la película que lo empezó todo.
La saga Harry Potter ha vendido millones de ejemplares en todo el mundo y se ha traducido a 65 idiomas diferentes, incluyendo el latín y el griego antiguo. Ello demuestra el gran impacto social que ha causado, en una época en que la juventud prefiere el ordenador y las videoconsolas a la lectura, incluso rompió varias veces el récord de ventas de un libro en su día de lanzamiento, lo cual también nos enseña hasta qué punto los jóvenes siguen interesados en la lectura si se les ofrece un producto de calidad y continuidad más que aceptables.
Joanne Rowling, más conocida como J.K. Rowling, es el perfecto ejemplo de pasar de la nada absoluta a la fama mundial. Nacida en Inglaterra en 1965, inició su carrera como escritora en los años 90, cuando concibió la idea de una escuela de hechiceros. Por distintos motivos personales, el proyecto se demoró hasta 1995, cuando la escritora mandó el manuscrito a diferentes editoriales, hasta que Bloomsbury se interesó por su publicación, y en 1997 lanzó Harry Potter y la Piedra Filosofal. Tras el tremendo éxito del libro y los dos siguientes, Warner Bros se interesó por los derechos del producto, y en 2001 lanzó la primera película de la saga.
Harry y Ron llegando a su primera clase.

Harry Potter, cuya característica principal es una cicatriz en la frente, es un niño huérfano que vive con sus tíos y su primo. Ninguno de ellos lo trata bien, y parece que le ocultan muchas cosas sobre su origen y sobre sus padres. Las sospechas empiezan el día que cumple 11 años y recibe una carta, pero sus tíos no se la dejan leer y la rompen. A partir de entonces, cada día llega una carta idéntica que siempre es destruida por su familia. Hasta que Rubeus Hagrid, un gigante con una imponente barba, se persona en su casa para entregarle la carta a Harry y llevárselo a la Escuela de Mágia y Hechicería de Hogwarts.
En la escuela, el joven mago conocerá a otros parecidos a él, que también han tenido pequeñas experiencias sin explicación que han resultado ser producto de sus pequeños poderes mágicos. Sin embargo, se sentirá abrumado y confuso al saber que su nombre es conocido por todos, jóvenes y adultos, y se le tiene en gran consideración, cosa que él no entiende. Pero poco a poco, a medida que vaya conociendo el pasado de sus padres, entenderá por qué todas las miradas se fijan en él.
El pequeño Harry junto a dos inseparables amigos que conocerá en Hogwarts, Hermione y Ron, se verán envuelto en una trama que les quedará grande para la edad y los conocimientos que tienen acerca de la historia de la escuela, pero de la que irán saliendo exitosamente mientras avanzan hacia un objetivo: encontrar la famosa piedra filosofal, de la que se dice da la vida eterna a quien la posea, e investigar por qué el líder de la casa de Slytherin, Severus Snape, planea supuestamente hacerse con ella.
Harry con su varita por primera vez.

Para fans y no fans, es una película muy bien hecha, aunque siendo una adaptación del libro es normal que descarte cosas (y como siempre, algunas son importantes en los acontecimientos posteriores). Entretenida y no se hace larga para nada. Altamente recomendada, tanto si habéis leído el libro como si no (como es mi caso, debo confesar).
¿Sabías que a pesar de estar escrita originalmente en inglés, la saga de Harry Potter tiene su traducción al inglés americano, para hacerla más atractiva para el público nacional, y que el título del primer libro es Harry Potter y la Piedra del Hechicero?