Revista Comunicación

Críticas exprés: Tristana / Eroski paraíso

Publicado el 23 enero 2017 por Universo De A @UniversodeA

Y yo me pregunto… si tanto el Fernán Gómez como el Español y el Matadero son gestionados por el ayuntamiento… ¿por qué parece que el primero va por libre?, ¿por qué uno puede consultar toda la programación en la web del Español de ambas instituciones y en cambio no del Fernán Gómez?, ¿y por qué la identidad visual no está totalmente unificada? (aunque en este caso, mejor que siga así, puesto que la publicidad y los carteles del Fernán Gómez son incomparablemente mejores a los del Español y el Matadero, que siempre optan por esa monotonalidad horrorosa y fotos espantosas)… grandes misterios pendientes de resolver.

Y a todo esto, la nueva directora del Español dijo que a partir de este mes empezaríamos a ver los primeros resultados de su gestión… así que a ver con qué nos encontramos.

Críticas exprés: Tristana / Eroski paraíso

Muchas y muy variadas actividades se hacen con motivo de este estreno (la mayoría gratis), y no sólo el habitual encuentro… yo no acudiré por falta de tiempo, pero algunas resultan interesantes.

También hay que decir, que todas ellas están patrocinadísimas por la SGAE, y que no dejan de ser una forma de propaganda (pues todo está muy ligado a la etapa de Galdós en esta) y de tratar de lavar y blanquear un poco la imagen de una institución sumamente deslustrada y de la que la sociedad en general tiene una visión extremadamente negativa.

No obstante, recomiendo llegar un tiempo antes a la función, puesto que en el vestíbulo se ha puesto una exposición bastante interesante e informativa, tanto sobre Galdós como sobre su obra (en la que, por supuesto, no se deja de reseñar su relación con la SGAE), que incluso incluye parte del vestuario usado en la famosa versión televisiva de “Fortunata y Jacinta”… si no tenéis tiempo, no obstante, no importa, pues al terminar la obra no se cierran las puertas de inmediato y se os permite permanecer allí un poco más de tiempo.

La atención al público me pareció perfecta. El programa de mano horroroso y lleno de obviedades, poco o nada informativo.

-Tristana: Mucho y muy bien he hablado siempre en este blog de Alberto Castrillo-Ferrer como director, siempre había conseguido asombrarme… pero esta vez, con “Tristana”, me ha decepcionado profundamente.

La verdad, es que esta adaptación teatral de la obra de Galdós, está plagada de problemas y fallos, entre otros, la obsesión permanente con querer hacer algo superinnovador y maravilloso, algo tremendo y rompedor… que acaba por resultar pretencioso, insustancial y extremadamente confuso.

No sé muy bien decir de quién es la culpa (pues no he visto el texto original que han usado), si de los desordenados y conflictivos diálogos de Eduardo Galán o de la dirección de escena perdida, desesperada y sin inspiración de Castrillo-Ferrer.

Y es que da la impresión de que Castrillo-Ferrer no quería hacer esta obra, que fue un encargo, algo impuesto, y que no se le ocurría como resolverla… así que comenzó a utilizar todo tipo de recursos pretendidamente espectaculares para tapar lo anodino que le parecía todo. Y en realidad, no es lo único que le sale mal: los movimientos de escena se ven excesivamente forzados, el escenario se le hace inmenso (hay momentos en los que los actores tienen que ir corriendo -literalmente- de un lado a otro del escenario para poder decir una sola frase)… y, en definitiva, se ve absolutamente sobrepasado o desinteresado por el trabajo que tiene que hacer. Mucha referencia a Sorolla, mucha reutilización de recursos que antes funcionaron pero… al final, se percibe, con demasiada claridad que no sabe qué hacer con la obra que tiene que dirigir.

Entendámonos bien, sigo convencido del talento y capacidades de Alberto Castrillo-Ferrer, y no creo en absoluto que anteriormente sólo hubiese sonado la flauta… pero nadie es perfecto, todos comentemos errores y tenemos obras menores… y este es el caso.

Por lo demás, la obra se deja ver, sin asombrar o deleitar en ningún momento; el decorado es horrible y un par de proyecciones no lo salvan; el vestuario es medianamente apreciable pero parece de segunda mano.

Los que sí me sorprendieron, fueron los actores, ninguno de los cuales es santo de mi devoción, por lo cual tienen más mérito en las buenas impresiones que me causaron; así pues, excepto Alejandro Arestegui que hace una interpretación tópica, teatral en el peor sentido, falsa e inverosímil en general; el resto del reparto artístico está asombrosa e increíblemente bien: con unas actuaciones poderosas, con garra, naturalistas y con mucha fuerza en general… tal vez, parte de su mérito, se debe a una buena dirección de actores.

En definitiva, Tristana es una opción muy regular en la cartelera, que no da lo que promete, tampoco sorprende, y aunque tiene sus virtudes, resulta extremadamente difícil recomendarla.

Eroski Paraíso

Tenía ganas de ver esta obra, pues hace años viajaba más a Galicia, así que aún podía ver lo que se movía por allí… pero mis viajes son cada vez menos frecuentes, y mi vida teatral (y cultural en general) se circunscribe a Madrid… que no está mal, pues aquí llega de todo (es más, la temporada pasada, también se estrenó en los municipales otra obra de Galicia… que tampoco era ninguna maravilla), lo nacional y lo extranjero… también me interesaba el argumento… así que esta obra tenía todas las papeletas para que acudiera a verla. Una pena que no estuviera a la altura.

La atención al público me resultó excelente. El programa de mano, para variar, me ha resultado imprescindible… básicamente, porque si no hubiera leído previamente la sinopsis que aparece en este, hubiera sido absolutamente incapaz de entender nada de lo que se ve en escena… y aún así, cuesta.

-Eroski paraíso: esta es la típica obra que es tan mala que da risa, en la que te ríes por no llorar, la típica artistada que pretende ser alto profundo y trascendente (y plagada de emocionalidad de baratillo) pero con una base vacua y yerma… haciendo una analogía: esta producción teatral es como pretender construir el Empire state building sin cimientos y empezando desde la segunda planta… es decir, algo ridículo.

Lo mejor, y lo más llamativo, es que aquí nadie quiere reconocer la autoría de nada… deben de sentirse avergonzados (y no me extraña), porque otra cosa… así pues, se asegura que la obra es de “Chévere”, que es la propia compañía, no hay más autor… tampoco el director parece querer dejar clara su identidad, pues es un tal Xron que a saber quién es, pero que en la primera página de google (que es lo más lejos que estoy dispuesto a llevar mi investigación) no aparece, ni tampoco, en principio, en la página de la compañía… yo una actitud así, de dedicarse a usar pseudónimos porque sí, en plan misterioso, sólo la he visto en el cine porno, y yo pregunto, ¿tanto se avergüenza esta gente de su obra que quiere ocultar a toda costa que trabajó en ella?, ¿consideran tan malo ser asociados con “Eroski paraíso como con trabajar en la pornografía?… no digo que no tengan toda la razón para hacerlo, pero ni son los primeros “artistos” que presentan un bodrio ni serán los últimos… al menos “Eroski paraíso” tiene una comicidad involuntaria gracias a la cual no aburre totalmente, que, lo mires como lo mires, ya es bastante mérito para un mal producto.

Pero hablemos del texto, ¿texto?, ¿pero hay tal cosa?, yo estoy convencido de que lo construyeron a base de improvisaciones, de ahí que la narrativa sea pésima, que no haya una estructura y que todo el argumento haga aguas por todos los lados, sin mencionar los diálogos simplones y vulgares… todo suena falso, ridículo y forzado; y, debido a ello, la puesta en escena se vuelve aún más irrisoria, con una chica pretendiendo grabar un documental, para el que cuenta con todo: desde focos hasta mesa de mezclas… excepto una cámara… tú me dirás que documental es ese, debe ser radiofónico… o a lo mejor es una de las innovaciones de esta obra y yo ni me he enterado; de ser así, el otro gran vanguardismo de esta producción debe ser la reivindicación y revalorización del castrapo (en Galicia se llama así a mezclar gallego y castellano) como bien de interés cultural, porque lo peor no es tratar de entender a los actores cuando hablan en gallego o en castellano, sino cuando los mezclan (que es la mayor parte del tiempo)… tal vez eso se solucionaría con los apenas visibles subtítulos, pero el problema es que estos siempre aparecen demasiado pronto, demasiado tarde, o directamente, se saltan partes enteras de la obra… vamos, una completa catástrofe de vergüenza ajena.

Y para muestra un botón: el argumento de la obra es que una chica decide grabar un documental sobre sus padres (ya que los refugiados y otros problemas globales no le interesan y hablar sobre ello no es honesto -dice ella literalmente-), en el cual ellos le cuentan que es fruto de un embarazo no deseado, después de una fogosa noche en un cementerio en la que iban drogados hasta las cejas. Y sí, para contar lo que yo he dicho en apenas cuatro líneas, esta producción necesita una hora y media… y dado que no se da mucha más información, pues siempre se está dando vueltas alrededor de lo mismo, os podéis hacer una idea de lo tonta que resulta la obra.

La puesta en escena es un desastre completo, un compendio de amateurismo y de errores escandalosos como ya no se ve ni en el teatro aficionado, aunque eso sí, si lo fuera, se trataría de un teatro aficionado absurdamente inflado de presupuesto; en definitiva, todo está mal: la dirección de actores, gracias a la cual llegamos a no oírlos en muchos momentos porque se ponen a hacer absurdos corrillos y a hablar entre sí murmurando; los movimientos de escena, que resultan todos forzados; los múltiples momentos en los que no pasa nada y la obra se queda en pausa de la manera más irracional (el momento de “oro”: todos los actores se ponen a comer un bocadillo, porque sí, durante minutos y minutos sin hacer otra cosa, mientras los espectadores esperamos a que se dignen a terminar… supongo, que tiene de ventaja, que así los actores aprovechan para cenar durante la función, porque otra cosa…); una escenografía nada verosímil… etc.

En cuanto a los actores, pues son los de siempre y hacen lo de siempre, nada pueden aportar ya que nada más saben hacer, quien los haya visto en un papel anterior, verá exactamente lo mismo en este, no actúan, hacen de sí mismos, el rollo habitual y de siempre.

Como curiosidad, decir que al final de la función sortean una merluza… sí, lo sé, es tan disparatado como suena… si es que la realidad siempre supera a la ficción.

En definitiva, “Eroski paraíso” da mucha vergüenza ajena, podría haber sido una magnífica obra maestra sobre la decadencia, el cambio en el mundo rural en las últimas décadas… etc; y en vez de eso, es algo esperpéntico y sin sentido. Es mala y produce risa por ello… pero no hay tanta comedia involuntaria como para que compense pagar por verla, por tanto, no es nada recomendable.


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