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Critiquita 506: Dracula: Vlad the Impaler, R. Thomas y E. Maroto, Topps Comics 1993

Publicado el 19 enero 2021 por Lord_pengallan

Hace un tiempo PDA sacó un cómic sobre Vlad Tepes dibujado por E. Maroto. La edición española de una miniserie de una editorial yanki ahora desaparecida jamás publicada aquí. Como tal personaje me interesa, no así Drácula, leché un vistazo. El asunto me pareció bien pese a su mediocridad, pero no así la edición. Un tamaño imposible cuando los originales son grapas, en B&N cuando Maroto dibujó sabiendo que iba a ser coloreado, con 2 páginas desas a grapas a color escaneadas en gris porque sus originales ya no existen, cartoné... En resumen, demasiado caro. Lujo innecesario. Calidad de la edición no acorde con la calidad del contenido. Así que miré si era posible conseguir algo más cercano al original; y encontré que las grapas originales, de buena calidad, casi están regaladas (más baratas quentonces, y eso que he pillado 2 jamás abiertas, lo más cerca que jamás voy a estar de profanar la tumba de un faraón, casi 30 años han estado retractiladas). A quién interesa ya algo de R. Thomas en plena decadencia y de E. Maroto, que lleva décadas desaparecido tanto del mercado estadounidense como del español (afortunadamente ha podido vivir gracias a los italianos).

Critiquita 506: Dracula: Vlad the Impaler, R. Thomas y E. Maroto, Topps Comics 1993

El motivo detrás desto fuexplotar la olvidada ya Drácula de Coppola. Tras la adaptación al cómic de tal film, un must para todos los fanes de Mignola si es en color, vino esta miniserie, que es la biografía de Vlad Tepes con toques fantásticos para que al final no muera aquel noble rumano sino que se transforme en Drácula.

Critiquita 506: Dracula: Vlad the Impaler, R. Thomas y E. Maroto, Topps Comics 1993

Aquí R. Thomas, como casi siempre, no es original. Se limita a adaptar algún texto sobre la Historia de Valaquia. Le tiene que añadir algo de su cosecha para questo sea un cómic de Drácula, pero en esencia es un cómic histórico. Aunque como Thomas da por bueno los cuentos más famosos sobre ntro Vlad, la cosa queda un poco inconsistente. Pero no importa. Como he dicho, el voivoda valaco más famoso de la Historia me interesa. He leído algunos artículos pero sólo un libro sobre él, mas me ha parecido suficiente porque lo considero notable. Breve, documentado y perspicaz. Lo recomiendo. Normalmente a Vlad se le presenta como un nacionalista moderno o como un fanático religioso, cristiano en este caso. Visiones modernas sobre un personaje medieval. Miradas interesadas que quieren encajar el pasado en sus esquemas contemporáneos o apoyar sus intereses. Yo, aunque acabo de reconocer que no soy un experto en aquel voivoda, opino que a lo que más se parece Vlad Tepes es al príncipe de Maquiavelo. Como sabéis, El Príncipe de Maquiavelo es de 1532. Vlad Tepes murió, bueno, fue asesinado, en 1476, cuando aquel italiano tenía unos 7 años. Tampoco soy un experto en El Príncipe (aún no lo he leído) pero sé que se dice que Maquiavelo se inspiró principalmente en Fernando de Aragón y en César Borgia. Mas esa obra es un manual de autoayuda para príncipes en un mundo hostil a su poder basado en la antigua Roma y en la experiencia de su autor como político, quien seguramente apenas conocía el caso de Vlad Tepes, cuyo principal consejo a los príncipes, como sabéis, no es quiérete mucho sino se temido, da miedo. Pues bien, este fue el leitmotiv de Vlad Tepes. Para poder gobernar en Valaquia, como era su dcho, teniendo en contra a parte de sus súbditos y estando rodeado de pretendientes a su puesto y denemigos, algunos más poderoso que él, optó por aterrorizar a todo el mundo. Con ello pretendía matar 2 pájaros de un tiro: que le dejasen de disputar el poder y ser obedecido sin espíritu crítico. Lo único es que como Maquiavelo aún no se había puesto a escribir, Vlad no senteró de que hay que ser temido PERO no odiado. Nobstante no murió por pasarse con el miedo sino en una acción de guerra. Es decir, teniendo en cuenta las circunstancias, no le fue mal con su política de terror. No cayó por ser odiado sino porque el temor que consiguió inspirar no fue suficiente para compensar su debilidad y la codicia de sus enemigos. Dalguna manera el Vlad de Thomas es este. Ciertamente no es un nacionalista y, aunque es algo religioso, simplemente lo es porque a los pobres despíritu les mola que alguien así acabe convertido en Drácula. En cuanto a lo demás, el guión tiene mérito porque es claro cuando la materia es difícil, hay mucho personaje del que nadie sacuerda ya (si no se es húngaro, turco o rumano) y los Balcanes en el 3º/4 del XV son algo liosos en parte porque apenas esa época es conocida fuera dallí, PERO se limita a ser una mera crónica. Cuenta los acontecimientos contextualizándolos bien pero a ningún personaje histórico que saca le convierte en persona. Ni siquiera a Vlad. Así, Thomas aboceta la época pintándola con acierto de tal modo que muestra a aquel voivoda como un producto normal daquel entonces. En un lugar inestable donde la guerra es lo normal, los gobernantes no pueden más que mantenerse por el terror. Sin intimidación no hay trono seguro que valga. Una rebelión, un usurpador o un enemigo lo derribará. Como Vlad no es el sultán turco, es decir, no tiene el ejército de Occidente más poderoso del momento, no le queda más que ser más cruel que sus enemigos. Pero no es una cuestión sólo de supervivencia, es que seducaba para ser cruel, y los mejores aprendices fueron aquellos que como Vlad fueron rehenes infantiles por la debilidad de su padre en una corte extranjera, entre las cuales la turca era la más despiadada de Europa (no quiero resultar xenófobo pero parece que Vlad fue un producto turco, desde luego recuerda a Iznogud, quería ser en Valaquia tan absoluto como el sultán en su imperio). En definitiva, el voivoda más famoso de la Historia no fue un psicópata o un despóta, fue un producto de su época, pero como esto no deja de ser otra historia de Drácula, en el cómic es mitad y mitad, todos sus enemigos son crueles con sus enemigos derrotados pero él es al único que vemos empalar indiscriminadamente. Así pues Vlad no fue alguien extraordinario, lo cual es otro fallo de Thomas. El prota ha de desentonar con el fondo, ser más valiente y franco que los demás es insuficiente cuando todos combaten y masacran. En fin, Thomas apunta que Vlad era muy ambicioso (quien no lo es no pelea a muerte por el trono más peligroso de la cristiandad) por lo que su conversión en Drácula simplemente se debió a que el mundo le decepcionó. Fue audaz y supercruel pero no le sirvió de nada. Pese a ser legendario reinó poco más de 6 años de sus 28 de vidadulta. Sacó mucha limonada de los limones que lhabían tocado pero no le sirvió de nada. Sus hijos legítimos no le sucedieron y, aunque su hijo bastardo, una copia mala suya, gobernó Valaquia, fue un voivoda fugaz y no consiguió crear una dinastía. No superó al padre. Así Thomas hace inteligible que Vlad "resucitase", su ambición no estaba saciada, su frustración y rencor no podían descansar en paz, en cambio no explica la razón por la que le confiere la no vida su último descendiente (a través de su hermano bastardo, el más exitoso de los hijos de Vlad padre). Parece que para Thomas fue cosa de la Providencia. Drácula tiene quexistir por cojones porque si no, de dónde sale el huno de Stoker? Por tanto, este cómic tiene un guión notable en lo histórico pero mediocre en lo puramente narrativo. Frío, expositivo, convencional y superficial. Thomas desaprovecha totalmente un personaje más interesante y sublime que Conan el cimmerio.

Critiquita 506: Dracula: Vlad the Impaler, R. Thomas y E. Maroto, Topps Comics 1993

Este trabajo de Maroto sigue a La caída de Atlantis. Pero pese a ello es bastante mediocre (no es que el anterior sea maravilloso). Esto daquí es un trabajo puramente funcional. Como a esas alturas era un experto profesional, Maroto realizó el trabajo con eficiencia y mejor que cualquier dibujante estadounidense de la época, pero sin atractivo. Aunque no se mató documentándose, su dibujo no presenta la típica Edad Media de cartón piedra que siempre dan los estadounidenses, y esto es todo lo destacable que tiene. Quizás, entre otras cosas, los vulgares guiones de Thomas no le motivaron. Sesfuerza en las escenas de acción y en las truculentas, pero como apenas hay mujeres y escenas orientales, Maroto no puede sacar lo suficiente lo que le ha hecho famoso (desde luego no era el dibujante para esto). Hizo un buen trabajo en cuanto a que canalizó eficazmente el denso guión de Thomas, sus páginas tienen tantas viñetas como un cómic francés clásico pese a ser tamaño grapa pero estas son legibles, y, a diferencia de su compañero, en su cometido refleja algo de lo sublime de la historia de Vlad, pero el resultado final de su labor también es mediocre. Por ello ver su dibujo desnudo y en gigante es innecesario. Es cierto que el color de las grapas es bastante soso y limitado y a veces tapa, aunque algo sentona en las escenas sangrientas, pero alegra un dibujo hecho para cumplir y con fondos de trámite. 

Critiquita 506: Dracula: Vlad the Impaler, R. Thomas y E. Maroto, Topps Comics 1993

Así pues esto es sólo para fanes de Vlad pues Thomas aborda una historia extraordinaria de forma convencional y sin querer profundizar en ella. Así el cómic cuenta una anécdota inventada de su infancia, otra de su adolescencia, luego como pasa a ser el victorioso hijo vengador de su padre (entiende que la mayor venganza contra los asesinos de su padre y hermano mayor que puede conseguir es suceder a sus parientes), como entonces, para poder seguir siendo un personaje positivo, decide atacar el sólo a los turcos porque es cristiano (en mi opinión lo que quería era ser indepe y por eso intentó atraer la solidaridad de la cristiandad) y que eso lexpulsó del trono. El sultán turco propuso al hermano menor de ntro Vlad y examante suyo y los valacos lo compraron porquentendieron que así acababan con 2 marrones: su guerra contra el Imperio Turco y un despiadado tirano. Para enjuagar este fracaso que le cuestiona como héroe con buenos fines pero males medios, Thomas mete ahora la leyenda esa romántica de Drácula. Así pretende que simpaticemos con la caída a los infiernos de Vlad junior. La cual termina cuando el rey de Hungría de turno lencierra en una jaula doro. Así el prota es expulsado de la historia aunque es su vida. Mas consigue salir dallí, 12 años que no cuentan después, de forma inconsistente. Thomas pinta a ntro Vlad como un prisionero enloquecido por la frustración pero no oculta que se casó con una prima del rey húngaro (Thomas no quiso evitar la convención de convertir tal matrimonio de conveniencia en uno con amor, curioso que un ya según el cómic protomonstruo tenga sanas relaciones románticas y sea un buen padre; por cierto, la tal prima era viuda, y luego denviudar por 2ª vez, su primo la casó 2 veces más) y que, en cuanto Hungría pudo atacar a los turcos (según Thomas por motivos religiosos), el rey húngaro hizo a ntro Vlad uno de los comandantes de su ejército. En tal misión tiene éxito, así que como el trono valaco se quedó desierto, fue y lo ocupó. Antes se despide de su familia porque Thomas no renuncia al patetismo convencional. Total, como es imposible no destripar una historia que tiene (en el momento en que sescribió el guión) más de 500 años no pasa nada por telegrafiar el final del asunto. Pero, como siempre le pasó, tenía el trono pero no el poder. Así que tuvo guerrear contra los turcos y su hombre de paja, y en eso muere (de una forma patética inventada por Thomas). Para ser "resucitado" unos 150 años después. Así pues el fallo deste cómic es intentar contar la historia de Vlad Tepes como si fuese un personaje simpático y un héroe de cuento. La manía de Thomas de presentar al personaje de forma positiva le impidió sacar partido a su inhumanidad y el mundo despiadado en el que vivió. Así, como no es capaz dexplotar lo sublime de la historia del voivoda más famoso de la Historia, esta miniserie no tiene más que un pedante historicismo para distinguirse del resto de cómics quexplotan al pobre Vlad. Thomas leyó pero no entendió al empalador más célebre dEuropa y así Maroto no pudo hacer más que un trabajo mediocre. Normal que hayan tenido que pasar 25 años para que a alguien se le ocurriese sacar esto aquí, en España.


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