Con esto saldo mi deuda con el pasado agosto.
Por fin he terminado este manga y me ha parecido bueno. Se ha alargado un poco, un mal habitual de nuestra época, pero ha sabido rehacerse y llegar a su gran final. La cosa hubiera quedado mejor si fuese más corta porque la brevedad es intensidad y dar vueltas sobre lo mismo mata el relato, pero no ha quedado mal. Recuerdo queste manga cuenta la vida de Ricardo III de Inglaterra, el personaje que inspiró al enano ese de Juego de Tronos, pero siguiendo a Shakespeare más que a la Historia y haciendo dese rey un hermafrodita, condición que muy pocos saben, al ser una especie de doble maldito de Juana de Arco. Así pues no hay que olvidar que Kanno jugó con ventaja. Innova pero la tragedia la tiene ya hecha así como el desarrollo de los acontecimientos.
Lo original desta historia es precisamente el hermafroditismo pues convierte al prota en una víctima y por ello se puede llegar a empatizar con él. El Ricardo III histórico fue otro príncipe ambicioso más, el de Shakespeare un villano dopereta, pero el de Kanno, aunque monstruo tanto por su ambición como por su cuerpo, no es un malvado porque tiene debilidades que inspiran piedad. Él es consciente de que si se descubriese su diferencia le matarían pero también de que es miembro de una sociedad así que no puede renunciar a su papel o rol en ella pese a questa, si descubriese su monstruosidad, lejecutaría sin miramientos. Así este peculiar RIII por un lado es débil y por el otro fuerte de modo que a lo largo del relato oscila entre esos polos, aunque siempre tiende al 2º ya que la supervivencia manda. Por tanto al estar esta historia protagonizada por un monstruo que ni es un extraño ni un marginado es original dentro de su tipo o grupo. El RIII de Kanno no cuestiona la sociedad desde su excentricidad ni la critica desde su opresión, él es un líder de la misma y no aspira a cambiarla así que lo que denuncia, pero sólo a ojos de lector, es la simpleza y el conservadurismo de una sociedad binaria y dialéctica. Kanno hace que RRR esté compuesto de muchos pares dialécticos pero no pone a su prota como la unión de contrarios que supera el conflicto, quizás lo que mejor simboliza esto son sus ojos dispares, no son una mezcla, y tampoco lo coloca pidiendo sitio para el diferente o provocando el conflicto motor del relato, él pese a su monstruosidad es uno más atrapado en la lucha entre familias aristocráticas, de modo que sugiere que una sociedad o cultura erigida sobre pares dialécticos está condenada al conflicto continuo. La Inglaterra medieval y la del manga solucionan eso con la monarquía (y la alianza, cosa inestable y por ello breve). Así la tragedia deste RIII más que ser tan único como distinto es que también está atrapado en una implacable guerra aristocrática igual que los demás pues su singularidad es que es un monstruo integrado.
Lo que más me gusta de RRR es quel prota no va de víctima y tampoco es un héroe. Como casi todos, sólo quiere ser aceptado. No quiere cambiar nada. No es un revolucionario, reformista o restaurador. Lo único que busca es llegar a lo más alto. Es cierto que ha nacido muy cerca dahí pero quiere ser rey porque eso significa ser aceptado por todos. También porque serlo fue el mayor deseo de su padre, el único de sus padres que lo aceptó tal y como es. Por eso no le importó pasar por encima de sus sobrinos. Así pues el RIII de Kanno no es bueno, pero como a diferencia de su enemigo no codicia el poder por amor al poder tiene cualidades positivas: no es cruel y es valiente. Esto lo convierte en un personaje aceptable. Lo cual Kanno refuerza dándole cualidades universales de modo que, aunque es un ambicioso príncipe medieval, no nos es totalmente ajeno o antipático. Como todos, es frágil y está solo, pero encima tiene difícil ser aceptado porque es un monstruo y porque la corona la codician varios. Por tanto Kanno consigue neutralizar los aspectos negativos de un personaje inspirado en uno que llegó a donde quería matando a todo el que se le oponía y que para echarle hubo que luchar a muerte con él. Esto hace que RRR sea bastante realista pues no existe en él la tradicional querencia occidental de convertir las historias, incluso las verdaderas, en luchas de buenos contra malos. Una tradición platónica que paradójicamente imposibilita el salir de la caverna pues al caricaturizar y falsear la vida hace imposible pensar desprejuiciadamente. Nobstante el mayor beneficio que el realismo da a RRR es que compensa los elementos fantásticos que Kanno decidió introducir en su biografía de RIII. Gracias a este el prota no es un villano o un monstruo sino un príncipe de su tiempo. A mi esto me parece atractivo porque el RIII de Kanno no piensa que llorar y quejarse es la forma dobtener lo que desea: ser aceptado. Sufre y flaquea pero nunca deja de luchar. Es dinámico y proactivo pese a las dudas y el peligro. Bien es cierto que la senda binaria que ha decido recorrer no es común. Lo contrario de la corona es la muerte así que no le queda otra que pelear. Nobstante lo principal es que RIII es un individuo y por lo tanto busca la salvación individual. No se siente parte de un colectivo ni piensa que ha de actuar en rebaño. De hecho piensa que todos los demás son un medio. Es un aristócrata. Este individualismo es extraño en la cultura nipona así que supongo que Kanno no es una japonesa convencional.
Gráficamente este manga es mediocre. Kanno y su ejército de ayudantes ofrecen un dibujo estilizado y delicado pero muy convencional y funcional. La narración es del mismo palo aunque es algo más densa de lo habitual. La plasmación de la época es muy floja a pesar de que lo que más le interesa a Kanno es como se vivía en la Inglaterra del XV, y los fondos están muy poco currados, pero la mangaka lo compensa con simbolismo, el típico lirismo nipón y usando muchas voces lo que a veces resulta lioso, sobre todo al principio. Sus personajes hablan, piensan y contemplan a distancia la situación o su vida de tal modo que es la palabra la que da tridimensionalidad y calidez a una historia y a unos personajes dibujados con una sencilla frialdad que roza lo impersonal.
El círculo es lo más importante de RRR. Es la plenitud a la que aspira el prota y también la prisión sin posibilidad de escapatoria pues no tiene ni principio ni final, ni entrada ni salida, que encierra a la Inglaterra del XV. Y muchas otras cosas. Por eso su final es abierto. RRR dalguna manera es cíclico. En un círculo no hay fin de modo que llegar al otro extremo supone reiniciar el camino. Así, RIII consigue sin preveerlo conciliar sus 2 mitades contrarias, pero como la rueda no para de girar, esa unión se deshace. O todo es apariencia o ilusión, el prota oculta todo el rato quien realmente es, y por eso la serenidad de la falta de división es transitoria. Es evidente que Kanno no da un punto y final a su RIII porque simpatiza mucho con él ya que tiene que vivir en una sociedad de pares dialécticos siendo no binario. No tiene sitio pero tiene que pelear igual.