Yo yastaba ahí cuando Morrison empezó. Pero no me gustó. Tardé como una década en apreciarlo, y fue porque se marcó unos cómics de superhéroes como diso manda fabulosos. Desde entonces le vengo siguiendo y así puedo asegurar que es de los pocos autores de todos los tiempos que se puede considerar un valor seguro. De los pocos que sabes que sí o sí su nuevo cómic va a ser como mínimo decente. Eso de los guionistas ahora yayos sólo lo pueden decir él y Moore (bueno, ahora que me hacéis pensar también Chaykin y W. Simonson; y seguro que con mi suerte la lista no acaba ahí:). Así que decidí hacerme con la única obra importante suya que me faltaba por leer. Ahorré y con paciencia la adquirí; y así pude leerla este verano ... y ... no. No me ha gustado, aunque he decir que mis expectativas estaban muy palote.
Estoy seguro (aunque desto nunca uno puedestar seguro) de que el principal culpable es el negado de Case. Esto se dice muy poco pero el tío hace un trabajo bastante malo. Como suele pasar la gente no suele criticar lo que le gusta, así que nadie menciona que Case es un dibujante penoso. No hay discusión posible porque el color funcional y pobre aplicado por un sinsangre, s
u trabajo sí lo podría haber hecho una máquina, no le deja lugar donde esconderse. Y lo que digo se nota fácilmente pues algunos nº de la etapa Morrison-Case no los dibuja este último, esto para algunos es prueba de que diso existe, y la cosa simplemente por eso automáticamente gana en alegría y atractivo. Y otra prueba es que Case sólo trabajó una década para el Cómic. El tío se apaña con la narración, pero su dibujo es pobre y tosco y fracasa siempre que Morrison le obliga a ser imaginativo o surrealista, que es en cada página. Así tenemos uno de las etapas más imaginativas del mainstream dibujadas de la forma más mezquina posible. Lo que demanda aquí Morrison de su dibujante es excesivo casi para cualquier dibujante porque no se puede ser artista con fechas dentrega apretadas, pero sin duda cualquier otro dibujante hubiera hecho un mejor trabajo que Case (a los nº dotros dibujantes me remito). Una pena, pero no es el único caso en el que el mainstream estropea una buena obra por las exigencias de publicar cada mes. Es decir que siempre premia al rápido sobre el sensato, adecuado o bueno (las editoriales abusan mucho del 1º que pasaba por ahí). Y la cosa no termina aquí. NO. Case, además de ser culpable de mearse en los guiones de Morrison, también lo es de cerrar la puerta a muchos lectores con su penoso dibujo (por ejemplo a mi con 15 años).La culpa del dibujante no exonera la del guionista. Morrison debería haberse dado cuenta de que Case no era su dibujante. De todos modos eso da igual porque su trayectoria demuestra que nunca le ha importado la capacidad de su dibujante para plasmar sus guiones, Morrison hubiera hecho lo mismo aunque le hubiera tocado el dibujante imposible, o sea, alguien peor que Case. Ahora se nota menos esa característica suya porque hace tiempo que sólo trabaja con dibujantes como mínimo notables, pero es así. Esta irresponsabilidad no es el único desacierto del escocés. El otro es que al esforzarse tanto en ser raro, sofisticado y sorprendente se olvida de ser entretenido. No pude leerme la etapa (casi 45 nº) del tirón (no me refiero duna sentada o en un día) porque la parte central es un tostown. Tuve que interrumpir la lectura 2 veces para leer otras cosas porque, aunque no es soporífera, agota un poco el desagradable dibujo de Case, el nulo interés de Morrison en sus personajes exceptuando al robot humano y unas historias un poco aburridas pese a tener muchas cosas originales.Hay que reconocer que la etapa empieza muy bien. Sus 1º 3 nº son la leche. Te meten ganas de pillar lo anterior por lo bien que trata el trauma de los supervivientes de La Patrulla Condenada. Morrison hace que sintamos la pérdida y la depresión a pesar de que no conozcamos a los que ya no están. Por otro lado la presentación de los nuevos personajes es interesante y el proceso de reconstrucción engancha. Lo malo es que el 4º nº, el que termina esta historia, es fallido así que la cosa termina de mala manera. La historia de Red Jack no me gustó, Morrison fracasa en su intento de ser especial y diferente. El siguiente nº tampoco aunque es verdaderamente gamberro (no creo que en todo el mainstream haya otro igual) dedicar una historia a la regla en un medio eminentemente masculino y juvenil (entonces). Además un Braithwaite primerizo no se diferencia mucho de Case. La siguiente historia mejora un poco. La Hermandad Dadá es estupenda PERO la historia es demasiado larga para la capacidad dadaísta de Morrison. El vistazo a Crazy Jane no mola porque es bastante convencional, y así uno descubre que el guionista no sabe qué hacer con su creación. La inventó para tener deus ex machina para poder cerrar fácil historias con supervillanos demasiado poderosos para el bien del escritor, y eso se nota. Algo parecido pasa con los demás personajes, menos con Cliff y Caulder, La Patrulla Condena de Morrison es plana sin paradoja. La historia del culto de El Libro No Escrito tiene ideas muy atractivas, como toda esta etapa, pero el guionista no hace más que lo típico como es habitual en esta etapa. Así que a esa altura uno se da cuenta de que La Patrulla Condenada de Morrison está sobrevalorada. Pero justo cuando la desesperanza aparece, el guionista escocés se marca una de las mejores grapas de la Historia del mainstream.En el cómic lleva una camiseta que pone "Arrojad la bomba". No sé a qué remite pero es la frase que dejó escrita Kurtz en Apocalipsis now. Es la PUTA POLLA. Oh la lá Monsieur Mallah!Una soberbia genialidad escrita a la antigua que ya había leído así que comprobé que sigue siendo una maravilla pese a sus años. Mencantan las parejas subversivas de los superhéroes, esas que ya no existen ni van a volver hacerlo, así que el que Morrison lleve a la genial pareja de Monsieur Mallah (uno de los mejores supervillanos de todos los tiempos) y Cerebro a donde nadie se había atrevido me parece fabuloso. Así tenemos una grapa espléndida, sorprendente, explosiva, y, sí, mágica. Hasta su portada es la polla. Qué bien hilado está todo y qué diálogos. Lamentablemente la fiesta termina en seguida. La siguiente historia inspirada en las Guerras Husitas no está mal pero le viene grande a Case, y es demasiado larga para ser lo de siempre. No obstante tiene algunos de los mejores momentos de toda la etapa. Lo mismo pasa con la siguiente, la de Mentallo o del Pentágono. Ideas muy chulas pero dura lectura es. El siguiente es una grapa muy cachonda pero inane. La siguiente historia, la del sr. Evans, carga porque a esas alturas lo mismo de siempre ya no funciona.Afortunadamente a Morrison se le ocurrió rescatar a la Hermandad Dadá. En la anterior historia había demostrado que tenían muchas posibilidades y aquí lo confirman. Es una historia que va de menos a más bastante buena que destaca porque en ella se puede ver como Morrison a medida que la escribe se da cuenta de que los supervillanos son La Patrulla Condenada. Igual no es así sino que el guionista nos la cuenta así, pero es genial como el lector va descubriendo poco a poco que los buenos realmente no son los buenos, o al menos que en esa ocasión están en el lado equivocado. Por qué R. Hughes no fue el dibujante en lugar del negado de Case??? El siguiente nº también está chulo porque no está Case sino K. Steacy y Morrison hace un maravilloso homenaje a Lee&Kirby. Le sigue otro nº genial, para mi el único a la altura de los de La Cosa del Pantano de Moore (una etapa a la que el guionista escocés intenta emular en todo momento) aunque aquí gráficamente cita a Watchmen. Me parece maravilloso. Finalmente viene la historia final donde Morrison desmantela todo como si él fuese el alfa y omega de La Patrulla Condenada. Pero la cosa siguió un par daños más (y el puto Case 4 meses más que Morrison). Vamos. Lo que quiero decir es que todos acabaron volviendo. Esto nunca lo veremos porque el METOO es más débil que la pela. Es como la grapa de Wonder Woman en España. Todo el mundo se colgó medallas cuando la peli pero nadie pasa por caja. Lo digo porque la cosa continuó con una tal Rachel Pollack. Pero eso no. Como La Cosa del Pantano. Sólo se puede REeditar y REeditar lo de Moore; lo demás no existe. En fin. Que se me ha ido. Y como soy espontáneo nunca borró estos arrebatos... El caso es que es otra historia más de megamenaza que es una sola malvada y poderosa entidad, pero se beneficia, para fortuna de todos, de que Morrison por fin había cogido experiencia suficiente así que no termina aburriendo como todas sus predecesoras a pesar de que es la más larga de todas, mas es otro jueves más. Como el que los problemas mentales vengan de haber sufrido abusos de niño. Eso no estaba manido ni nada en 1992 (en el mainstream no pero porquera infantil, pero aún así...). Y además en LCP el racionalismo para domesticar lo extraordinario sobra mogollón. Pero la rareza de La Patrulla Condenada de Morrison es prácticamente maquillaje. Por eso aburre a menudo. En fin, quel final me parece demasiado radical, no hace falta muchos de los "finales" que da a "sus" personajes y a los dotros. A destacar el nº dibujado por S. Phillips antes de ser S. Phillips, uno de los mejores de la última historia y otra prueba de lo malo que es Case. El último nº de la etapa me parece bastante bueno. En mi opinión es lo que intentaba hacer una y otra vez Morrison en LPC pero no le salía. Un bonito nº, a pesar de Case, donde la imaginación y la narrativa convencional por fin maridan perfectamente.También hay un especial de la LPC donde Morrison parodia la Image que en aquel momento estaba naciendo. Lo de las barbas estuvo mucho mejor. Sólo voy a decir esto sobre eso.Pese a que esta etapa es plomiza y la edición en tomos no le queda bien a unos cómics pensados para servirse en grapas (el grosor impide leer muchos bocadillos; qué tiempos más inocentes y paradisíacos aquellos donde sólo se concebía la grapa y la novela gráfica), la etapa de Morrison en LPC sigue siendo histórica y una buena muestra de que los Superhéroes tienen muchas más posibilidades que las que el gran público (ahora enano), autores y editores gustan. Es cierto que Morrison no consigue armonizar bien lo convencional y tradicional con lo raro y lo cultural, pero es difícil y nadie lo había intentado antes (en ese sentido Moore y Gaiman son más comedidos porque son más sensatos y listos). En perspectiva se hace evidente que el escocés tenía que haber dejado un poco de lado a Lovecraft, no debería haber insistido tanto en historias largas y haber trabajado más el humor, que también es subversivo, pero es que Morrison estaba lastrado por ser fiel a LPC clásica. Así, su respeto por el pasado le hizo volver a lo primigenio, los miembros dese supergrupo son los raros y por eso pueden lidiar con lo raro que habita en los márgenes de "ntro. mundo", pero a finales de los 80, cuando el mundo por fin se había librado de Reagan y Thatcher se eclipsaba, lo que tocaba era escribir que La Patrulla Condenada no estaba loca, sino que es el mundo el que lo está. Eso está claro porque es a eso a lo que evoluciona esta etapa, pero se queda en tierra de nadie por lo dicho. Morrison prefirió actualizar la tradición a modernizarla (por eso no incluyo su etapa en Otros superhéroes posibles). Por amor de diso, el mundo de mediados de los 60 no era el de finales de los 80 (y por algo la cole cerró justo en el 68). Más Hermandad Dadá y más Monsieur Mallah y menos entidad cósmica apocalíptica es lo que necesitaba esta serie. También más atención a los personajes. De todos modos, pese a sus fallos, pero no es fácil hacer piruetas perfectas en cada intento, aquí Morrison demuestra que es uno de los grandes pues tiene todo lo que todo guionista de Superhéroes ha de tener: conocimiento de cómo contar historias, imaginación, cultura y audacia, cosas, podemos decir hoy cuando los Superhéroes tienen más de 80 años, que muy pocos de los que pasan por tal tienen. Así esta etapa no es buena, pero tiene mucho valor.