La excelencia empieza por los pies y un señor debe de cumplir las premisas de que los zapatos y el reloj distinguen a un caballero. No comprendo unos zapatos sucios o descuidados, al igual que no llevar reloj. Los hombre tenemos “pocos” complementos en comparación con las mujeres (collares, anillos, pulseras, maquillajes, sombreros, etc…) y debemos de sacarnos partido dentro de nuestras posibilidades.
Como la mayoría sabéis, hace un par de meses cumplí 35 años y como se quiere uno no te quiere nadie. He tenido que cumplir la premisa de regalarme unos Crockett & Jones cada año por mi aniversario. 7 lustros son demasiados como para pasarlos por alto y no hay forma mejor que vestirlos por los pies.
El año pasado Crockett & Jones sacó un modelo nuevo de botas. Tal fue la demanda que me fue imposible comprarlas. Después llegó la primavera, el verano y ahora que comenzaba el otoño me acordé y a por ellas que me lancé.
El precio de Crockett & Jones es prohibitivo para la mayoría del pueblo, pero aún siendo 5 ó 6 veces más caros que unos habituales creo que merecen la pena. Ya sé que pagar 450€ ó 500€ es una “locura”, pero si te duran 8 ó 10 años cuidándolos, ¿no merecería la pena? Cuando un zapato está hecho en serie no puedes pedirle más, pero el caso de Crockett & Jones es el opuesto. Totalmente artesanal y más de un centenar de procesos componen un par de zapatos.
Crockett & Jones Islay son unas botas full brogue del estilo derby o country. La piel es el famoso scotch grain que se ha convertido casi en un referente dentro de la marca. El color es marrón oscuro siendo bastante fácil de limpiar en comparación con las Coniston (pinchando os lleva al post) que ya os presenté hace un par de años.
¿Cómodas? pues claro que si. Otra cosa no tendrá Crockett pero sus zapatos son un puto guante desde el segundo cero. Es una bota alta en comparación con el tamaño habitual. Tengo botas de Tod´s, Carolina Herrera, etc. y se me antojan más “abotinadas” que estas Islay. Las veo unas botas muy de motorista. Para los que nos movemos por las grandes ciudades en las maxiscooter son ideales, cierran “herméticas” y ofrecen un confort inigualable.
En comparación con las Coniston (el otro buque insignia en botas de Crockett & Jones) son más botas como bota en sí. Las Coniston son más cosmopolitas y para trotar por las ciudades haciendo de guiri. Las Islay dan el cometido que se les pide para esos diciembres o eneros de perros que no te quitas el frio ni abrazado a una estufa. Creo que la combinación de ambas es la ideal y se me antoja atemporal e indispensable en un fondo de armario que se precie.
Crockett & Jones ha calzado a celebreties de todos los tiempos. El último en subirse a sus zapatos ha sido el mismísimo Janes Bond. Los modelos han sido los Tetbury, Highbury y “mis Islay” (estos para los momentos más casual).
Poco más se puede contar. Las impresiones han ido de menos a más y en estos momentos estoy totalmente enamorado de mis Islay. Pon un Crockett & Jones en tu vida y verás como ves el mundo de otra forma.