GALA SOPORÍFERA (ONE MORE TIME)
La 27ª edición de los Premios Goya del cine español pasó, una vez más, sin pena ni gloria.
De nuevo Eva Hache, con muy poquita gracia, volvía a hacerse cargo de la presentación de la gala. Poca chicha. Muy poca chicha. No sé si es culpa de los guionistas o de que esta chica tiene poco duende. Más bien ninguno. Quizá sea culpa de todos a la vez. Una sucesión de chistes estúpidos, sin gracia y mucho menos con desparpajo. Y sobre todo, llenos de puyas políticas, algunas metidas con calzador.
Eva Hache a su llegada a la ceremonia
Y con Eva Hache comenzó todo. Bueno con Eva Hache y con el presi de la Academia homenajeando a la película de Berlanga "Bienvenido Mr. Marshall". La Academia tiene trabajo por delante. Primero quitarse de el medio a Eva Hache. Segundo llamar a los chanantes (ahora volveré a ellos) y tercero: dejar ya la chorrada de las parodias sobre las películas nominadas. Es algo que ya está muy visto y que denota falta de originalidad. Además, si como en esta ocasión la gracia es más bien ninguna, la cosa se hace demasiado pesada para el espectador. Y supongo que para el que está allí sentado.
La gala nos tenía a todos con la mosca detrás de la oreja por el tema reivindicativo. No éramos pocos los que pensábamos que la ceremonia se iba a convertir en un desmierde panfletario donde el cine iba a quedar relegado a un segundo lugar. Afortunadamente (para mí, para algunos y para el cine) no fue así. Aunque claro, como en todo, hubo excepciones. Pero la cosa no fue como la esperábamos, aunque si se repartió cera.
Una de las excepciones fue la de Candela Peña, premiada con el Goya a mejor actriz de reparto por "Una pistola en cada mano". @AlborotoJPD comentaba que "nos queda por saber cuando murió el sr. Peña para ver si la manta se la quitaba ZP o ha sido ya Rajoy", en referencia a las palabras de la actriz. Aquí podéis ver el vídeo del discurso de Candela.
Más que una actriz parecía un personaje de la política soltando un mítin. Pero en fin. Otro de los que también aprovechó para repartir estopa fue José Corbacho, que soltó otro panfleto que ennegreció bastante la entrega de un galardón tan especial como es el de Actriz revelación.
En general, la actuación de Eva Hache tuvo sus aplausos y sus detractores. @nocheamericana comentaba que "mucha pulla a la actualidad política e intento de ironía, pero el discurso de Eva Hache suena muy forzado".
El caso es que estaban todos allí. Con sus Armanis y tal, tan guapos y tan monos. Todos tan predispuestos. Bueno. Todos, todos no. Faltaron Penélope Cruz, que parece ser que volverá a ser mamá y Naomi Watts, protagonista de "Lo Imposible". En la parcela de invitados extranjeros andaba por ahí el chaval Tom Holland que lo tuvo que flipar en colores. Cada vez que lo cogía la cámara su cara era la viva imagen del desconcierto.Por cierto que, hablando de coger con la cámara, también andaba por ahí el ministro Wert, del que no sabemos si estuvo 5 o 10 minutos o ya aprovechó que estaba allí y se quedó hasta el final. Porque los compañeros TVE decidieron no enchufar al ministro en toda la gala (lo hicieron un par de veces al comienzo). Uy, uy, uy.
Pues eso, que estaban todos los que eran. Así que aquí va una pequeña serie de algunas de las caras guapas de la ceremonia.
Paula Echevarría
Amaia Salamanca
Belén Rueda
Maribel Verdú
Adriana Ugarte
Los chanantes: Julián López, Ernesto Sevilla y Joaquín Reyes
Concha Velasco
Bayona en el momento de recoger su Goya
Las quinielas estaban hechas y la mayoría de pronósticos se cumplieron. La triunfadora de la noche fue "Blancanieves". Emotivos, respetuosos y grandes discursos los de su director Pablo Berger y de la guapísima y encantadora Maribel Verdú. Por su parte "Lo Imposible" se llevó 5, uno de ellos para Bayona como mejor director, quien tuvo el grandísimo detalle al acercarse a la protagonista de la tragedia que narra en su película. En la otra cara de la moneda, "El Artista y la Modelo" se fue de vacío, algo que no entendieron muchos tuiteros. Aunque claro, otros lo que deseaban era otra cosa. @RaquelCsokas tuiteaba: "cuando se va a acabar esto, por favor? Que estemos en paro no significa que no durmamos". La ceremonia comenzaba a hacerse larga. Y lo que es peor, muy aburrida. Ya he comentado que la sucesión de chistes sin gracia y las parodias metidas con calzador hace tiempo que dejaron de funcionar. Ni con alcohol puede hacerse más llevadera esta gala.
El primer cabezón de la noche fue para "Blancanieves", y a partir de ahí no pararía de cosechar premios. A partir de ahí, también, hubo de todo.
Desde lo exaltados que estaban los cubanos responsables de "Juan de los Muertos" -mejor película iberoamericana- a la emoción de Macarena García como actriz revelación por "Blancanieves".
Entre premio y premio la broma más repetida fue la de los sobres, ya sabéis porque, imagino. Pero para bromas con los sobres lo de Adriana Ugarte, un error garrafal que no puede volver a repetirse en una gala a la altura de los Goya. Aquí os dejo el vídeo del momento. @Morticia_Burton fue una de las primeras en tuitearlo y los compañeros de @Seestrena indicaban que "parece que varios compañeros confirman que el equipo de Els nens salvatges se han ido de la sala después del error".
Meteduras de pata al margen, la ceremonia siguió con lo suyo hasta el discurso del presidente de la Academia Enrique González Macho. El presidente hizo referencia a la subida del IVA, señalando que "todos los sectores culturales [...] advirtieron de lo perjudicial de dicho incremento, tanto para el erario público como para todo el sector cultural". Continuó diciendo que "no es de recibo que tengamos el IVA cultural más alto de Europa", para finalizar apuntando que "la razón del Estado se ha impuesto sobre el Estado de la razón y nosotros no vamos a cejar en el empeño de que se rectifique este grandísimo error". El resto de su discurso giró en torno al tema de la piratería, quizá la parte que menos gustó a tuiteros, blogeros y consumidores de internet. A mí tampoco me hizo demasiada gracia, la verdad. González Cacho terminó apuntando que "ya no vale la excusa de que no hay una oferta legal en la red" y que "sin el estricto respeto a los derechos de autor y a la propiedad intelectual no solo no es posible el desarrollo de cualquier industria cultural sino que el empobrecimiento será cada vez más agudo". El discurso íntegro del presidente podéis leerlo pinchando AQUÍ.
Pero vayamos a lo más jugoso de la gala, a lo más destacable. Y yo, personalmente, me quedo con tres.
El Goya de Honor de este año era entregado a Concha Velasco, que con su magnetismo, su naturalidad y su desparpajo, se apoderó del escenario y no le hizo falta ni llorar, ni reivindicar, ni nada de nada. Con un par de anécdotas, continuando con un número músical, Concha se metió al público y a los espectadores que estábamos en casa en el bolsillo.
El show de Concha Velasco
Mención aparte merecen la cuadrilla de chanantes que llenaron de frescura una ceremonia soporífera (one more time, que diría Julián López) con una increíble capacidad para el gag más clásico y el más surrealista y para levantar los aplausos y las risas de los que estábamos en casa. Aire fresco de la mano de Ernesto Sevilla, Joaquín Reyes, Julián López y un genial Carlos Areces, quien propuso unas cuantas candidaturas nuevas. Estos tíos merecen presentar una ceremonia. Y Eva Hache a la nevera. Como los árbitros que lo han hecho mal en un partido de fútbol.
Y por supuesto, la ovación cerrada y el saber estar de un pedazo de actor, que sigue en la brecha con generaciones jóvenes y no parece estar cansado de trabajar y de dar lo mejor de sí. Hablo, claro está de José Sacristán, que recibía el primer Goya de su carrera por "El Muerto y Ser Feliz".
José Sacristán con su premio
Y hasta aquí mi humilde crónica. Para terminar, la relación de todos los nominados (en negro) y los ganadores (en rojo).
Hasta la próxima gala.