Peluquería, un aguacero y varias horas más tarde estaba en el lugar acompañada con Marçia Gardey (bloggger de Valencia y amiga, venida para la ocasión) y Sandra Andrés (autoraza, amiga y presentadora de excepción)
No pudimos evitarlo, y fotografiamos la sala vacía. Sentí un nudo en la garganta: "¿Tendré que hablar delante de tanta gente?" Ya me imaginaba la zona habilitada siendo transitada y los nervios regresaban.
Empezó a llegar la gente, caras conocidas (por lo que empecé a relajarme) y además ¡me dieron un regalo! Eva (lectora y bloguera zaragozana) lo hizo junto a su hija Ylenia, ¿no son preciosos? Un juego de marca-páginas con llavero e mariposas para mí y otro de corazones para Sandra; simplemente preciosos.
Aquí una foto en grupo, con Eva a la derecha del todo. Compartimos color de jersey y estado anímico: ¡las dos estábamos algo excitadas por el evento!
Y nos fuimos sentando, esperando a los rezagados, que poco a poco fueron llegando, saludando y ocupando su lugar. Sandra empezó a hablar y su voz fue como un bálsamo, las voces a nuestro alrededor se acallaron y todas las miradas se posaron en ella. Tiene presencia escénica, elocuencia y, además, la capacidad de emocionarme. Dijo cosas tan bonitas de mi novela y de mí que le di un abrazo de oso.
Ella presentó la historia, a los personajes. Se declaró del Team Donovan y destacó el carácter de la protagonista, el estilo juvenil de la novela y el final, que le pareció "trepidante". Ahora entendéis lo del abrazo. ¿verdad?Hubo ronda de preguntas y el nudo en la boca de mi estómago desapareció, así como el temor. Simplemente me dejé llevar (mis caretos son un poema).
Y llegaron las firmas (temidas firmas por culpa de mi irregular caligrafía), y todo fue sobre la seda. Porque, ¿qué puede salir mal tan bien rodeada? Tenía una sorpresilla preparada: marca-páginas de Clanes que encargué días antes. Quiero mentar que fueron impresos en el Mail Boxes de la Plaza San Miguel por Laura (publicidad everywhere^^), que además de buena trabajadora es una excelente persona, ya que se volcó y lo hizo con mucho cariño y en tiempo express.
Arribas dos hermanas lectoras (y amigas), tan preciosas que harían enrojecer de envidia a Blair, Chloe y Marcie (de Clanes).Abajo la siempre auténticas María (hincándole el diente -literalmente- al libro) e Isabel (mi hermana no sanguínea) a las que, no sé por qué, visualizo como Edhir (guerreras, hermosas, fuertes e independientes).
Y siguió la procesión. Pude conocer a Laura, una joven zaragozana que se declara ávida lectora, acompañada de su tía.
Lo que os decía: auténticas. Nuestra pose "casual" no tiene parangón.
Y una foto familiar: con mi pareja y su madre (y por supuesto mi "bebé": Clanes, claro)
Después fui con unos amigos a picar algo y los poquitos nervios que conservaba, se diluyeron.Fue una experiencia increíble y quiero dar las gracias a los asistentes (el día fue acorde con la novela y como si pretendiese emular el clima de Edimburgo, llovió, el viento hizo de las suyas y la temperatura descendió ostensiblemente) y también a los trabajadores de la Casa del Libro Zaragoza (Calle San Miguel nº 4) por el trato dispensado.Espero no tardar mucho en repetir experiencia.
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