Hemos asistido a la presentación de La sirena de Gibraltar de Leandro Pérez, en la librería Cervantes y Cía. Entre otros, le ha acompañado Lorenzo Silva quien nos ha comentado algunos aspectos del libro.
Hace tres años Leandro Pérez publicó Las Cuatro Torres
, primera entrega de la serie de novelas cuyo protagonista es Juan Torca y esta segunda, aunque es independiente en sí misma, sí que continua para este personaje.
Lorenzo Silva: me hace ilusión encontrar a novelistas españoles contemporáneos que apoyan la novela negra, apoyada o enraizada en la novela española, sin buscarse cosas postizas o raras y que la al mismo tiempo, son capaces de demostrar ambición, audacia y además escriben bien.
Cualquiera que lea un libro de Leandro, se da cuenta que está ante un escritor que le gusta sacarle lustre al idioma y a las situaciones, a través de las palabras. Sus novelas son muy completas y además muy entretenidas. Consiguen recoger todos esos valores con una construcción de personajes muy interesantes.
Una construcción de la realidad, un trabajo de testimonio y reflexión sobre la realidad. Hay un trabajo también con el lenguaje. Creo que es una novela muy completa que encima logra ser divertida y leerse como uno espera leer un cuento.
Leandro: Juan Torca es un personaje que está solo, siempre lo veo solo.
Lorenzo S.: Juan Torca es un ex militar, que ha estado en labores de seguridad tanto privadas como públicas, legales como ilegales y se mueve en un entorno de misiones que él asume por razones personales. Pero determinadas labores las realiza bajo la cobertura de una agencia de investigación privada que tiene uno de sus ex camaradas. Pero ahí hace lo que puede hacer y creo que ha sido muy inteligente a la hora de no ponerse a hacer cosas raras, inverosímiles.
Cuando Torca está con esa cobertura de la agencia de investigación, si llega un policía y le advierte de lo que no debe hacer, él sabe que no debe seguir, sabe el terreno que pisa y recula pero ya no por él, sino por su amigo que es el dueño de la agencia. No es como estos detectives que pese a todo se saltan todas las reglas, no.
Él sabe el terreno que pisa. Va encontrando un espacio que es personal, que es verosímil, donde él tiene los recursos que tiene y no puede sobrepasarlo. Pero tiene otros recursos, tiene contactos y tiene experiencia. Creo que es un personaje que está muy bien escogido porque es original, es distinto, porque tiene personalidad propia y tiene también atractivo. Tiene matices que incluso los que se derivan de sus limitaciones, son también interesantes.
A mí me interesa mucho cómo un personaje lo caracterizan no sus poderes sino sus limitaciones. Torca es un personaje que es consciente de sus limitaciones y tiene que estar negociando en el espacio donde se mueve.
Leandro: Añadiría que al construir a Torca, que está en mi cabeza desde hace más de 20 años, al final he encajado mi puzle con un personaje también por oposición. Es decir, no quiero que sea un clon y al final cuando voy construyendo creo un tipo que cuando llega por primera vez a Madrid es como un náufrago. No sabe qué hacer con su vida. Yo quería que estuviera en Madrid, que le ocurrieran cosas pero que no fuera convencional, que no fuera un estereotipo, que yo mismo me sorprendiera cuando lo estuviera escribiendo.
En esta segunda novela tengo muy claro que la acción va a transcurrir en 7 días, sé el principio, sé el final pero lo que no quiero es que sea una sucesión de tópicos. La lucha de uno mismo con todo lo que ha leído, con todo lo que ha visto, lo que ha vivido. Torca lleva ya más años conmigo, también lleva más años en Madrid y está asentado.
En " Las cuatro torres " él pasa unos meses como un náufrago, muy rápidos pero que para mí eran importantes y aquí ya él está asentado, todo ocurre en 7 días. De hecho viene de una situación en la que ya él tiene un presente, no solo un pasado de las puertas del estado, sino que él tiene un presente. Su Gran Vía, el Retiro. Todo en él es mucho más firme, quizás por eso es una novela que ocurre en tan poco tiempo. En la otra novela tenía que representar todo ese territorio.
La frase del principio de la novela - La muerte es una sirena andaluza con la cola forrada de hormigón- la tuve en la cabeza durante dos o tres semanas. Me la guardé durante bastantes días y ya luego cuando por fin la escribí y después de estar por el Manzanares, de imaginar exactamente lo que estaba pasando allí y demás, todo fluía de una manera muy natural.
Tampoco he sido muy consciente de si estaba metiendo más o menos literatura o si estaba escribiendo con más mimo lo poco o mucho que decía. Tenía tan claro la acción en esta novela que no he parado. Sobre Torca pende un ultimátum y cuando yo escribo también tengo ese ultimátum en la cabeza que tiene él, con lo cual todo fluye.
Como narrador para mí era muy importante que no sólo estuviera la mirada de Juan Torca, sino que hubiese un contrapunto con el diario de Maddie Cruz. Para mí era muy importante porque muestra como le ve y también para que respires un poco en ese seguimiento de Torca durante 7 días. No sé si lo he conseguido o no.
Lorenzo S.: esta parte del diario también cumple otra función. Por una parte le estamos viendo a él en directo, en una mirada subjetiva más o menos. Y luego a esa imagen le contrapones la visión muy subjetiva y directa de una persona. Da como un reflejo del personaje, lo que nos da otro punto de vista sobre la historia, pero también veo que ahí hay un par de basas más como es el introducir una persona que tiene información.
Al principio los diarios parecen una parte sentimental pero luego a partir del segundo trozo te das cuenta de que esta chica tiene información que él desearía tener, está haciendo que progrese la intriga. Y otro aspecto que me parece interesante que está también en el diario, es la de plantear una sicología totalmente distinta de la de Torca. No solamente es una sicología femenina sino que para mí tiene una gracia adicional.
Maddie es una chica muy atractiva, además tiene otra gemela que es tan atractiva como ella, lo que hace que cuando aparezcan las dos, la perturbación que producen en el sexo opuesto es doble e incontrolable para algunos y hasta cierto punto eso es una maldición que pesa sobre ellas porque dificulta su relación, porque dificulta la lectura que hacen de su carácter y la lectura que hacen de su persona y eso es un conflicto que nada tiene que ver con el conflicto de Torca, un contrapunto en la historia.
Este personaje cumple por una parte sus funciones tópicas (mujer objeto, víctima) también es un ser que no solo tiene conciencia sino que tiene autoconciencia y es consciente de lo que los demás piensan de ella, como la tratan influye no solo en su relación con los demás sino en ella misma, igual que a la hermana y esto la ha ido en cierto modo, impregnando de un fatalismo porque es un personaje fatalista, es un personaje al que le toca renunciar a la felicidad, renunciar a encontrar a una pareja con la que esté a gusto.
Leandro: en esta novela, quizás con pinceladas, pero todo tiene que ver con la relación de los padres y los hijos. ¿Qué haría yo si mataran a uno de mis hijos o qué haría cualquiera en esta situación? ¿Qué haría un personaje más turbio en este caso? Lo que un tipo como Torca podría hacer con esa persona y si fuera una mujer...
Entonces todo me encaja en algo que yo creo que es necesario en este libro sobre la venganza, aunque yo no quiera pontificar sobre nada en la novela ni sobre Gibraltar. Quiero que la novela llegue y el lector avance conmigo y con Torca y tampoco hago muchas cábalas sobre todo eso.
Los compadres son parte de lo que es Juan Torca y la serie de las novelas de Juan Torca. Quiero pensar que en algún momento echaré la vista atrás en las novelas, en la vida de Juan Torca y siempre que lo veo en su situación de solitario, de corredor, de tipo que no tiene un despacho para resolver casos sino que pasan cosas y tiene que actuar. Pero que también cerca tiene muy poca gente: tiene a Nerea y también tiene a los compadres que siempre van a estar ahí, para lo bueno y para lo malo.
Con respecto a la ubicación del cadáver. Yo sabía que caería en el Manzanares pero estuve paseando por la zona para ver en qué punto exacto la arrojaban a las aguas.
En esta novela Nerea queda un poco relegada y es que mi intención o lo que me gustaría, es que cuando haya una tercera y cuarta novela, el lector pueda jugar con el orden. Que se lea la 4ª y si quiera leer la primera pueda hacerlo sin tener que respetar un orden, sin ningún problema. Me parece que es un favor que le hacemos al lector, que pueda leer hacia detrás o hacia delante, no quiero exigirle a la gente.
Nerea en la primera novela tiene un papel, en esta tiene otro más secundario y que deja un anzuelo tirado, pero la historia son 7 días, aquí no hay una historia de amor con ella porque no procede, está ahí en su hotel, hay un encontronazo y poco más. No procedía que tuviera más peso y ya veremos en otros.
Sobre todos los personajes que hay en la novela y en especial sobre Rodrigo Carbellera (ya me han preguntado si haré un spin off), es un guiño propio. Tengo un amigo que se apellida Carbellera que es magistrado (de ahí que el de la historia cuando me refiera a él diga "parece un juez") es un personaje que iba a salir un momento en la novela pero en el momento en que entra se queda, no sé si se ha quedado solo para la siguiente o para dos o tres novelas más.
También está Jandro que no tiene nada que ver con Laguna ni en físico ni en nada, pero yo los tengo ahí conmigo y me gusta escribir con ellos y para ellos. Luego está Hernández que aparece por teléfono y ya veremos de qué manera más, que también hace algún guiño como el de Carbellera.
Desde Libros que voy leyendo les damos las gracias por habernos invitado y esperamos que hayan muchas más entregas de la saga de Juan Torca.