Tras recorrer un buen paseo por Metro de Madrid llegamos a la sala Cabaret. No era difícil de encontrar porque estaba muy bien situada. Una vez que llegamos a la puerta nos atiende un señor, el cual, nos dice que tenemos que esperar, las entradas aún no estaban impresas. Pues bien, esperamos junto a la puerta y acompañados del nostálgico frío de Madrid...esperamos...seguimos esperando...más aún...mucho más aún...hasta que, de pronto, vino el escolta de la sala, agobiado, sudoso y agotado. Más tarde comprendimos que tuvo que venir corriendo de reykjavík porque no era normal lo que tuvimos que esperar junto al frío.
Como decía antes, el guardaespaldas llegó y nos cobró 5 euros por entrar al Cabaret, no estaba nada mal, una consumición y el concierto de los Sidereal Waves, ¿qué mas se podía desear? Sin embargo, a pesar de que el escolta tuvo que venir corriendo desde Islandia a traernos el papelito para cobrarnos por algún motivo a la entrada del concierto, como una especie de contrato por entrar en la sala, una vez comprada la entrada nos advierten de que no hay consumición. Nos quedamos con caras de estupefacción pero aun así, decidimos entrar, no teníamos otra alternativa ya que habíamos pagado y la mala noticia nos la dieron después y seguramente, al igual que la copa, la opción de reembolso se esfumó en el aire, aunque nunca lo sabremos...
No obstante, nuestras ganas por ver al grupo eran igualmente grandes, aunque tuvimos que esperar más de una hora y media hasta que el otro grupo terminara su concierto. ¡Jesús! No, no era una bendición porque alguien estornudara, sino porque esa hora y media de concierto de Stereosaurio fue la más larga de mi vida, llegando al extremo de preguntarme filosóficamente por mi existencia, mi destino y el sentido de tal suplicio para mis oídos (que conste que esta crónica no está escrita por The Sidereal Waves, sino por un fan suyo, loco, y no remunerado, aburrido, cuyo entretenimiento es escribir crónicas para no ser leídas por nadie. Así que, por favor, que nadie se ofenda). Continuo...el concierto de Stereosaurio tuvo malas condiciones de sonido lo que predecía, irremediablemente, el mismo destino para The Sidereal Waves. La culpa no era suya, ambos grupos intentaron dar lo mejor de sí mismos para sus "fans", ambos se intentaron expresar, pero la calidad del sonido de la sala era deprimente.
Creo que es evidente que hablamos del técnico del sonido. Perdonad a todos, hoy no me he levantado irritado por nada, intento ser fiel a los hechos y las críticas no pueden ser siempre positiva para todos. Bien, como decía, el técnico de sonido lo habían contratado dando palos de ciego porque de otra forma no podría responderme a tantas preguntas que me hice aquella noche. Entre ellas cómo diablos, desde su mesa de mezclas, no pudo disminuir hasta el silencio la voz del cantante de Stereosaurio cuando se encontraba en el clímax de sus gallos innecesarios. (Nota para Stereosaurio de parte de un gran admirador de la música rock: primero, bajar el tono a las guitarras para que el pobre cantante pueda llegar a los agudos de las canciones sin tener que forzar sus cuerdas vocales hasta el límite de romper la cristalería de cualquier sala donde vayáis a tocar. Personalmente, probaría por tocar dos tonos por debajo. Pensad no sólo en la sensibilidad auditiva de cualquier espectador, sino también en la salud de vuestro compañero. Segundo, vuelvo a repetir que esta crónica es personal, de mi propiedad, y no tiene nada que ver con el pensamiento The Sidereal Waves.).
Como el título de la novela "Crónica de una muerte anunciada" así se presentaba el destino de los Sidereal Waves cuando llegaron su turno. Era irremediable, desde luego que la sala Cabaret no iba a contratar a otro técnico de sonido al instante para mejorar la calidad de sonido, y tampoco dicho técnico iba a adquirir los conocimientos para ser un profesional. Así pues, de este modo, pasó lo que tenía que pasar. Saltamos al escenario con ganas de tocar, yo no claro está, pero si mi alma.
Comenzaron con el "intro", un buen ritmo que al escuchar desaparecía todos los males, olvidabas por un rato el famoso timo de la falsa venta del local, olvidabas los abusivos precios de Madrid por las bebidas, (un tercio vale 3,5 € + 5 € de la entrada = 8,5 € por un tercio.). "Cerveza de oro" de Mahou únicamente vendida allí. Por fin la música comercial se esfumó del ambiente para dar paso a la originalidad. Como decía, los males se disipaban hasta que, de pronto, mientras el grupo daba toda su alma para dar un buen concierto, el técnico del sonido daba la suya para estropearlo. Aparte de varios acoplamientos, el retumbar del bajo, la muda armónica, el tronar del "slide" del teclado de Champy, entre otras dificultades, se hizo bastante difícil apreciar su música. Aún así, ellos hicieron un esfuerzo monumental y nosotros, desde abajo también. En términos de los Sidereal Waves: "toda la capital viendo el derbi, tocaban los Hives, surgió el holocausto zombie... y hasta aún así vinisteis...¡sois la hostia!"
Finalmente, el concierto tuvo raciones de buena calidad de sonido y pudimos disfrutarlo, sin embargo y esto es lo mejor, obligaron al grupo a tocar en un formato muy reducido. Pasada la media hora, pretendían ya desde el local echarles del escenario con el pretexto de que va a venir la policía. Vamos a ver, yo mismo llamé a la policía para que encerrasen al técnico de sonido por cometer negligencia, el grupo podía seguir tocando igualmente. Seriamente hablando, hubo una mala coordinación de la distribución del tiempo que hizo que Stereosaurio tocase más de una hora mientras que, The Sidereal Waves no llegase ni a los tres cuartos. Aún así, aceptaron y decidieron tocar la última canción, Odyssey, eso sí, a regañadientes por parte de la sala. Una vez acabado el concierto, pasó a ser un recuerdo, una experiencia más para el grupo, pero sobre todo, una crónica de un concierto para olvidar.