Ha sido un desastre. La primera vez en mi vida que hago una evaluación online, y no podía haber salido peor. Siempre he defendido a muerte las nuevas tecnologías, para todo, porque facilitan cualquier proceso, y nos hacen la vida más fácil. Concretamente, gracias a Internet, nos evitamos colas en el INEM, compramos fácilmente desde casa, pedimos cita para el médico, o nos ahorramos tiempo en ir al banco. Todo a golpe de clic.
Pero a la hora de hacer un examen, mi opinión cambia. Seguro que tiene que ver el 3.7 que la aplicación online me ha comunicado al finalizar la prueba. Un test que había que realizar en 15 minutos para responder a un total de 20 preguntas. Vale, sí, se podían mirar los apuntes, porque en tu casa nadie vigila que copies o no... pero es que casi no da tiempo! Responder preguntas con un cronómetro en el culo, es lo más estresante que he vivido en mucho tiempo... Coño, en los exámenes universitarios, otra cosa no, pero tiempo siempre te dan de sobra!
Aún hay más... porque lo peor fueron las peguntas a contestar con una o dos palabras, de modo que el sistema sólo te reconoce la “correcta”, obviando cualquier matiz posible en tu respuesta. Un horror. Seguramente, si el examen hubiese sido más fácil, o me hubiese salido mejor, cambiaría por completo mi opinión acerca de estos artilugios de evaluación online... que yo soy muy de contar la feria según me va en ella, xD. Pero a parte del sistema en sí, el examen ha sido de esos en los que el 80% de las preguntas no aparecían en el temario... Me encanta cuando los profesores dan por hecho que ya tenemos que saberlo todo, o cuando directamente se sacan las preguntas de la manga...