Cachorros de lobo hace 4 meses. Ayer mataron a los dos últimos.
Hace menos de un mes os contaba en este blog que había tenido una de las experiencias más emocionantes de mi vida. Había tenido la suerte de ver a una camada de cachorros de lobo jugando libres en algún lugar de Asturies. También os contaba como esos cinco cachorros, sin que ellos lo supieran, estaban condenados a muerte desde el día en que nacieron. La Consejería de Medio Ambiente los había sentenciado, habían dado la orden de que ellos y toda su familia tenían que ser exterminados. Esa zona había sido declarada "zona libre de lobos".
Nunca me ha gustado ser agorero y pocas veces tuve tantas ganas de equivocarme, pero desgraciadamente los peores presagios se han cumplido. Hacía varias semanas que sólo se veían dos de los cachorros junto a los adultos y no había rastro de sus tres hermanos. Hace un par de días, mientras los dos lobeznos estaban en el lugar de reunión donde sus padres acudían a alimentarlos, uno de ellos salió de su escondite entre los arbustos y se quedó en un pequeño claro, sentado como tantas veces había hecho desde que salió por primera vez. Pero ese día era distinto, no había nadie observándolo nervioso, alguien que se sentía un privilegiado por poder disfrutar de un momento mágico. El que lo miraba era un guarda armado, y no lo miraba con un telescopio. A través de una mira telescópica apuntó cuidadosamente, se tomó su tiempo para no fallar el tiro y le atravesó el corazón con una bala. A los pocos minutos, entre asustado y curioso, el otro cachorro también salió del escondite para ver que le pasaba a su hermano.Y una nueva bala acabó con él, como probablemente le había ocurrido a sus tres hermanos desaparecidos. Un año más, todos los cachorros de la manada de la garganta, habían sido eliminados cumpliendo las órdenes de la Consejería de Agroganadería.
Como hoy mismo me dijo un buen amigo que me comentó la muerte de estos dos cachorros, si casi todos los controles son difíciles de justificar, los de cachorros que aún se encuentran en los lugares de reunión sólo pueden ser calificados de estúpidos. Y creo que se quedó corto. Aprobar, organizar y aplaudir este tipo de actuaciones no sólo es estúpido, es rastrero, impresentable y probablemente ilegal.
Hace unos días, todos los grupos con representación en el parlamento asturiano: PSOE, PP, Foro Asturias, UPyD e IU llegaron a un consenso político, un consenso para aprobar una medida que según ellos era "necesaria". Un parlamento que no consigue ponerse de acuerdo para sacar a Asturies de la ruina, que no consigue pactar una sola ley para mejorar la sanidad o la educación, se habían puesto de acuerdo en algo. Todos ellos habían acordado que no sólo los guardas fueran los encargados de las ejecuciones de los lobos, a partir de ahora, la propuesta aplaudida por todos estos grupos políticos es que los cazadores pueden matar a cualquier lobo que se les cruce en su camino, en aquellas zonas en las que se hayan aprobado controles de la especie. Evidentemente esta medida es ilegal desde el momento en que el lobo, al no ser una especie cinegética, no puede ser matada por cazadores. Pero da lo mismo, porque los propios que hacen las leyes son los que se encargan de incumplirlas.
Todos los partidos políticos del parlamento asturiano, incluso aquellos que presumen de abanderados del medio ambiente, algunos que incluso se habían llegado a presentar en coalición junto a un partido ecologista, son responsables del exterminio de una especie. Cada uno de los diputados regionales que han aprobado estas medidas tienen las manos manchadas de sangre. Aunque vayan de traje y corbata y sólo hayan visto un lobo en los cuentos de Caperucita, todos ellos tenían el ojo en la mirilla del fusil, todos ellos han matado a sangre fría a esos cachorros y a 90 lobos más este año. Todos ellos se han vendido por un puñado de votos y por unos sillones que les reportarán un jugoso sueldo. Todos ellos han ignorado los informes de los científicos, las recomendaciones de la UE e incluso se han saltado las propias leyes que ellos mismos han aprobado.
He escrito esta entrada con una mezcla de tristeza, indignación y asco. Tristeza por haberme enterado de que los cinco cachorros que vi jugando hace unos meses están ahora dentro de una bolsa de plástico en un arcón congelador. Indignación porque el parlamento que teóricamente nos representa a todos sólo representa a unos pocos que sólo piensan en su propio interés. Y asco, porque estos individuos aún siguen tratando de engañarnos con historias de un paraíso natural que cada vez se parece más a un infierno, aunque nos lo intenten vender con absurdas campañas publicitarias que nos cuestan a todos dos millones de euros al año.