Crónica del Ebrovisión 2011: jueves y viernes

Mendetz en su actuación del viernes.

Fotografías de Tamara Fernandez de Miguel.

El Ebrovisión anuncia todos los años el final de la temporada veraniega de festivales y este fin de semana pasada esa especie de anuncio llegó en forma de buena música. Tres días, en los que esta vez sí que se ha notado la crisis y ese factor económico, junto a un cartel a priori menos atractivo, disminuyó el número de asistentes. 
El primer día, jueves, la deficiente acústica de La Fábrica de Tornillos aniquiló la posibilidad de que Maga brillaran con sus bonitas canciones como “Agosto esquimal” o “Sal y otras historias”. Apenas se distinguían las guitarras de la voz, por lo que se perdió cualquier atisbo de intimismo. La versión que los sevillanos ofrecieron de si mismos fue más guitarrera que de costumbre, pero el sonido en momentos llegaba a ser molesto. Aparte de sus clásicos, adelantaron tres canciones de su nuevo disco, “Satie contra Godzilla”. Una pena que esa no fuese ni la noche de la sala, ni la de ellos.
Como suele ser costumbre en el Ebrovisión, siempre hay grupos internacionales que se distribuyen entre los diferentes días; esta vez, desde Australia llegaron con su pop enérgico The Wellingtons. Inundaron el ambiente de buen rollo con una fórmula que recordaba a las adorables bandas americanas de instituto y alegraron a más de uno con la versión de “That Thing You Do”, el éxito del film americano The Wonders. Los saltitos de toda la banda y los toques de flequillo del cantante refrescaron una sala en la que casi no se podía parar.

The View.

Los encargados de reanimar la noche fueron Estereotypo que enfundados en uniformes de médicos y como si de una urgencia médica se tratara transmitieron su entusiasmo desde el principio hasta el fin. El público les apoyó ataviándose con batas médicas, de quirófano, cofias originales o todo tipo de instrumental médico y todo quedó como si estuviese preparado. Los festivales son así, de repente todos a uno y los chicos de Santander demostraron que no solo Delorean, Mendetz o We are Standard saben hacer bailar.

Al día siguiente, por el centro de Miranda se pudo disfrutar de variadas actuaciones de grupos de menor calado, subidos al “redbulltourbus”.

Los conciertos principales se trasladaban al multifuncional Bayas y debido a unos horarios un poco desconcertantes mucha gente no llegó a tiempo a Bigott, que presentó parte de su próximo álbum, “The orinal soundtrack”. Pese a que a Borja Laudo, le encanta lanzarse al público, en Miranda no lo hizo porque la distancia entre el escenario y sus fieles era considerable.

Deluxe.

Siguiendo en la línea de cantautores patrios, Xoel Deluxe y Lapido también amenizaron el segundo día ebrovisivo.

Por un lado, Jose Ignacio Lapido aportó su buen hacer. Su concierto se puede resumir con la palabra “madurez”.
Por otro lado, ¿qué tiene Deluxe que a todas enamora? Aparte de ser un gran artista y saber rodearse de una buena banda, sabe cómo hacer el perfecto concierto de festival.

Apareció el solo sostenido en varias canciones. Ya con banda interpretaron temas nuevos y un clásico de Lovely Luna, su proyecto paralelo. Las nuevas canciones necesitarán tiempo para que sus fans se hagan a ellas, ya que tienen un toque distinto, debido a su periplo andino de donde ha encontrado una clara inspiración. Xoel se reinventa y sigue gustando, pero muchos continuarán sin olvidar aquel concierto épico hace cinco años en este mismo festival.
Como hay tiempo para todo, Supersubmarina cumplieron con gran parte del público femenino, que estaba encantado con los hermanos pequeños de Vetusta Morla, que al día siguiente arrasaron. Los de Baeza van ascendiendo mejorando su sonido, pero les falta evolucionar.

Mendetz.
Una de las sorpresas de la noche llegó con The View, que ejercieron de perfectos invitados como banda indie británica. Se mostraron elegantes un con punto canalla que siempre gusta, así que consiguieron elevar el ritmo, pero ellos no fueron los que emocionaron del todo. Mendetz estuvieron arrolladores con su último disco, “Silly Symphonies” y para culminar la jornada se marcaron la versión de “Freed from desire” de Gala.

La fiesta continuaba en la discoteca Orosco con dj Amable que consiguió que la vuelta al camping fuera un infierno, ya que los pies de muchos ardían de tanto bailar. 
Dos primeros días no lo suficientemente potentes, pero que se vieron compensados por un sábado prácticamente redondo.

Artículo de Elena Echave.