Manteniendo el nivel de la edición madrileña, la Get Dirty Session Barcelona, el evento llevado a cabo por Converse en el edificio del FAD (sitio bastante inusual para este tipo de acontecimientos), volvió a reunir un puñado de grupos nacionales e internacionales que, haciendo honor al lema "Shoes Keep it Clean, Sneakers Get Dirty", pusieron patas arriba al público barcelonés.
Tras ver las diferentes propuestas que con mucho acierto ofrecía la organización en el vestíbulo, nos metimos en el recinto de conciertos para vivir una noche de lo más movidita.
Para ir abriendo boca, el barcelonés Gunsal H. Moreno, más conocido como beGun, llevó al escenario la cara más electrónica de la jornada, adornada con ciertos toques pop que hicieron bailar a los más tempraneros.
Dejando ya la tarde de lado, otro de los grupos locales, esta vez Lasers, supieron mostrar en poco tiempo el potencial que tienen para calar tanto a nivel nacional como internacional. Y es que... ¿Quién no diría que este conjunto suena "extranjero"? Por suerte, con grupos como este se puede romper con el prejuicio. Acercándose al mundo del house más underground, con melodías frescas, ritmos reiterativos (que no pesados), y pinceladas de pop, crearon un clima envolvente que hizo las delicias de los presentes.
El turno había llegado para los últimos paisanos de la noche, Dulce pájara de juventud. La banda nacida en Llobregat mostró su impecable directo, anunciando todavía con más fuerza que han llegado para quedarse. Con un pegadizo y cuidado rock instrumental, a medio camino entre el indie y la psicodelia, sonidos épicos, y por momentos coqueteando con el punk en canciones como 'Junior VS. Death', consiguieron hacer mella en el público rápidamente. Con su canción estrella, 'Gigalove', o con 'Feel', entre otras, pusieron la nota más bailable de su actuación.
Con la subida al escenario de los suecos Holograms llegó la hora más desenfadada y jaranera de la noche. Su sonido post-punk/synth-punk, junto a teclado, y una voz a ratos pop, como en 'Chasing My Mind', y a ratos sórdida y violenta como en 'Monolith', sumado a las ganas de liarla de sus integrantes y a los micros flojos y continuamente por el suelo, atrajo mucho al público citado en el FAD. Y es que ver a Filip Spetze (encargado del teclado) bajar uno a uno los platos de la batería para deleite del público, y por otro lado a la organización volviéndolos a subir ipso facto no tiene precio.
Cerca de las once y media, y como cabeza de cartel, las tres chicas de Brooklyn, Vivian Girls, se subieron al escenario para ofrecernos un gran concierto que acabó por desatar el éxtasis entre los asistentes. El power-trio demostró su buen hacer en directo, con un repertorio cargado de temas donde el garage y el lo-fi fueron los dos grandes protagonistas. Sin duda era el grupo más esperado por el público, que se lo hizo saber a través de pogos y algún que otro asistente volador.
Cerrando la velada se subieron al escenario The Horrors, que, mediante platos y portátil, hicieron bailar a todos mediante himnos rock, sin dejar de traer a la cita nombres clásicos como los Rolling Stones o Iggy Pop.
Crónica de Iván Martínez DuroFotos de Eric Pamies, cedidas por la organización