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Crónica Juan Manuel de Prada

Publicado el 01 febrero 2017 por Librosquevoyleyendo @librosqvleyendo

Crónica Juan Manuel de Prada

Hemos asistido a la presentación de "Mirlo blanco, Cisne negro" de Juan Manuel de Prada. Ha sido un encuentro entre B., muy interesante y en el que nos ha hablado no solo del libro, sino de la literatura y un poco sobre el panorama literario actual, cómo lo ve.

Juan Manuel de Prada: Muchas gracias a todos por venir

Blogueros.: ¿Qué opinas de los Blogueros?

J.M.P.: Opino que hay de todo como en botica. Yo estoy poco tiempo en internet la verdad, pero veo blogs de muy diversos asuntos y diversas temáticas. Veo gente que lo hace muy bien y gente que lo hace muy mal y entre medias gente que lo hace medianamente. Por eso mi opinión no es tanto sobre los B. sino sobre tal o cual bloguero, tendría que decir. Pero en cuanto a la labor que hacéis de divulgación y de crítica de la literatura en concreto, los B. de literatura, pues a mí eso me parece una labor francamente muy benemérita, muy laudable y creo que muy necesaria. Creo que además están sustituyendo a los críticos tradicionales.

B: Si tuvieras que posicionarte con Octavio o con Alex en tu manera de escribir...

J.M.P.: Yo diría que ambos personajes tienen cosas mías, ambos tienen cosas que nada tienen que ver conmigo. Y en cuanto a la forma de escribir aunque no sabemos exactamente como escriben, da la sensación de que Alex es un chico que tiene talento pero vive fascinado por el éxito, y eso al final le pasa factura mientras que Octavio sería un escritor, un gran misántropo, un hombre que desprecia al mundo y ese desprecio al mundo también lo ha encerrado tanto en sí mismo que probablemente también haga una literatura al margen del mundo y por lo tanto sin preocuparse de lo que a la gente le gusta o le deja de gustar.

No me identificaría con ninguno de los dos. Yo creo que ambas tentaciones son peligrosas. Tanto tratar de alagar al B. ofreciéndole lo que está de moda, como despreciar al B. y hacer una literatura al margen de lo que a la gente le interesa. Creo que ambas actitudes son peligrosas.

B.: Hay un momento en la novela en el que Octavio compara, como que el primer borrador de Alex es demasiado simple y directo y por eso mismo no es bueno, que tiene que meterle metáforas y cosas rimbombantes. ¿Tú en eso estás de acuerdo?

J.M.P.: Yo diría que el estilo es la respiración del escritor, es la huella dactilar del escritor, es un poco la radiografía de su alma. No creo que el buen estilo es el más simple o el más alambicado, el más depurado o el más recargado, lo que sí creo es que el autor tiene que encontrar su estilo y este va a depender de su temperamento personal, de sus temas, y digamos que va a haber un estilo que se adapte al mundo personal del escritor. Creo que es así.

Por eso Saldaña lo que está haciendo es un disparate, él está intentado proyectar su personalidad sobre el libro, quiere vampirizarlo.

B.: ¿Por qué un ajuste de cuentas?

J.M.P.: Bueno, se ha entendido en el sentido turbio o truculento de la palabra, pero yo me refería más a un inventario, a un saldo, a una necesidad que uno tiene en determinado momento de la vida, de mirar el debe y el haber de su vida.

Yo ya me veo viejo aunque no lo sea según los parámetros cronológicos estrictos y actuales, pero llevo ya 22 años publicando libros, alguno más viviendo de la literatura a través de concursos y traducciones y sobre todo muchos más sabiendo que mi vocación es la literatura.

Entonces a lo largo de todos estos años y muy especialmente de los últimos 22, desde que me di a conocer, he vivido muchas cosas. He pasado por muchos estados de ánimo respecto a mi vocación, momentos de entusiasmo, de enamoramiento apasionado a momentos de desencanto, de frustración, de ganas de tirarlo todo por la borda y ahora he alcanzado una cierta seguridad (seguramente frágil), una cierta serenidad. La he alcanzado después de tantos aaños y tantos libros.

Entonces he sentido que sí era el momento de hacer una recapitulación de mi vida, de mis errores, de mis tentaciones de las distintas situaciones por las que he pasado y en vez de escribir un libro de memorias o una autobiografía que me parecía un poco pretencioso, pues decidí escribir todo esto. Pero en vez de hacerlo de forma sucesiva, hacerlo de forma simultánea a través de los dos personajes, sentimientos y sensaciones de dos momentos distintos de mi vocación literaria y en este sentido es lo de ajuste de cuentas.

Yo ahora me arrepiento mucho de esa banda, creo que ha sido un error que creo que da un imagen un tanto polémica o turbulenta de la novela, que luego quienes la hayan leído os dais cuenta que no. O sea que realmente ha habido gente que ha querido leerla en clave pensando que cada personaje se corresponde con personas de la vida real y esto es un disparate.

B.: Bueno eso no, pero "zascas" das unos cuantos.

Crónica Juan Manuel de Prada

J.M.P. : Bueno, hay juicios duros primero sobre mí mismo. De los dos protagonistas indudablemente quien más golpes se lleva soy yo mismo y luego doy muchos golpes y alguna crítica muy dura a nuestra vida cultural, a nuestro mundo editorial, a los críticos, a los editores, a los escritores, a la feria de las vanidades que rodea la literatura, pero son golpes a tipos humanos no a personas en concreto digamos.

B.: quizás la banda se refiera más al principio de la novela que por cierto es lo que más me ha costado, en algunos momentos me ha parecido que hay muchas descripciones, muy repetitivo pero ha sido sólo al principio.

J.M.P. : bueno esa es mi forma de escribir. Esa impresión es en parte real y en parte ficticia. Y es que la novela empieza pareciendo una novela satírica, una novela que incluso podría ser muy barroca por las descripciones caricaturescas que se hacen de los personajes, pero sobre todo da la impresión de novela satírica, como si fuera una novela de Quevedo. Y luego la novela no es eso, la novela es una relación entre dos escritores y las relaciones con sus novias, sus mujeres y con los editores, etc. en realidad es una novela sobre las relaciones humanas.

Creo que hay un salto en la novela que conduce al error y te diría incluso más, puede ser disuasorio para un tipo de lectores que no les gustan las sátiras y les interesan más las relaciones humanas, de relaciones tóxicas en este caso, eso es verdad.

Pero también hay una parte y esto me ha ocurrido con casi todos mis libros y mis nuevos lectores y es que evoco a un tipo de literatura dura, barroca y entonces al principio, la toma de contacto suele ser un poco dura y es verdad que a muchos lectores a medida que luego se adentran cogen el ritmo, cogen la música del estilo y poco a poco lo van encontrando más sencillo y no es que lo sea, sino que simplemente han encontrado ese punto. Una vez cogido el ritmo, entiendes y entras más en la dinámica.

Pero si, tienes razón y hay un salto en cuanto a la novela que puede resultar desconcertante. Hay otras personas a las que les ocurre lo contrario, hay mucha gente que le encanta el primer capítulo porque busca eso, busca la caricatura barroca de la vida literaria y luego cuando van por el 2º, 3º, 4º capítulo y la novela se va decantando de forma cada vez más evidente hacia la novela de relaciones y de personajes, se siente defraudada.

B.: A mí al contrario lo que me ha fascinado ha sido la relación entre ambos y como se va absorbiendo.

J.M.P. : claro eso es porque eres una lectora desinteresada y verdadera mientras que el lector al que le gusta la comidilla literaria, le gusta más lo otro porque ahí es donde encuentra más la carnaza del ajuste de cuentas, la sátira del mundo literario que buscaba que luego la novela le defrauda porque no es eso.

El lector auténtico, el lector verdadero lo que busca en la novela es la vida. No busca el jueguecito literario. Lo que pasa que también es verdad, como en las películas que empiezan con un plano panorámico, me pareció que era una manera de empezar con una fiesta literaria donde describes un poco lo que es la tipología del mundillo literario y poco a poco te vas centrando en unos personajes que son los que van a desencadenar el drama. Por eso al lector que este mundillo no le interesa, le deja un poco frío.

Y luego si hay una crítica del mundo literario. Algunas cosas parecen exageradas pero es que es así, es la dura realidad. He asistido a muchas tertulias durante un tiempo y esto es así, no he exagerado.

B.: Uno de los protagonistas sale a lo largo de toda la novela pero sobre todo al final, como una persona inocente o como una persona que al final ha perseguido el éxito a costa de todo y se ha beneficiado de Octavio. ¿Cuál es tu versión?

J.M.P. : Yo te diría, que esto es lo bonito de la literatura, que cada lector se tiene que quedar con su novela. La intención del autor si era sembrar la sospecha, hacerle creer una cosa pero que a lo mejor no es tan así...En el epílogo, en las páginas finales, ahí hay bastantes sugerencias de quién es este Álex y muchas cosas más...Pero sí, la intención del autor era este juego.

Publico: Se habla mucho en la novela de la relación entre los autores que están empezando y los ya consagrados. Tú que eres un autor consagrado, cómo es tu relación.

J.M.P.: Para mí es una relación muy importante porque tengo amigos más jóvenes que yo que escriben y que normalmente no están consagrados. Quizás es principalmente a que yo pertenecía a la última generación a la que se le dio la posibilidad de triunfar, y no me refiero a triunfar a través del éxito de venta, sino de triunfar a través de la atención de los medios de comunicación, y de la sociedad en cierta manera.

Los años ´90 fueron los últimos momentos donde la literatura tuvo gran relevancia social: Luego los escritores que vinieron en las siguientes hornadas ya es muy difícil hacer que se consigan oír, es muy difícil que consigan tener un B. numeroso porque es que los medios de comunicación no les dan cancha. Y conozco escritores más jóvenes que yo que están trabajando duro y algunos han conseguido el éxito o cierto éxito y a mí me gusta mucho la relación con ellos porque aunque yo no soy un vampiro como Saldaña, es verdad que tener trato con ellos es una transfusión de entusiasmo por la lectura que es una cosa que con los años vas perdiendo. No tanto porque reniegues de tu vocación, sino porque a medida que te vas haciendo mayor va creciendo el oficio y hay escritores que el oficio se come totalmente al entusiasmo juvenil. El estado óptimo del escritor es el equilibrio entre el entusiasmo de la juventud y el oficio de la madurez. Esto es difícil mantenerlo y a mí me ayuda mucho la relación con jóvenes escritores porque son los que te transmiten ese gusto, ese ardor por la literatura.

B.: ¿Nos recomiendas a alguno?

J.M.P.: Yo recomiendo a un escritor que se llama Joaquín Pérez por ejemplo, que es poeta y novelista y un gran escritor. Sara Mesa, que también es una gran escritora, hay gente muy buena ahora mismo lo que sí que es cierto que son escritores que reciben menos atención. Y luego hay una escritora estupenda que se llama Cristina Morales que escribe muy bien.

Con respecto a los personajes, Paloma es un personaje inteligente, es la única que tiene sentido común y cordura. Pero a mí el personaje que más me gusta es el de Saldaña, es un hijo de p... pero a la vez es un personaje conmovedor en su afán de destrucción, autodestrucción y destrucción de quienes le rodean. Es el personaje con el que más satisfecho estoy.

B.: Sabes que es un capullo y todo, pero a la vez te da pena porque dices te estás jodiendo a ti mismo la vida siempre.

J.M.P.: Si, es un monstruo que en determinados momentos te despierta piedad. Lo que pasa que también era mi intención hacer sentir incómodo al lector porque mi intención también era que llegase a caerle bien un personaje que es odioso.

B.: Bueno te da pena pero a la vez es mejor tenerlo lejos.

Ahora después de haber presentado el libro, de las entrevistas y encuentros ¿hay alguna cosa que cambiarías? Porque creas que no ha llegado, porque no se ha entendido bien o que no era lo que tu querías transmitir.

J.M.P.: Cambiaría honestamente el enfoque publicitario de la novela. Yo creo que el enfoque ha sido un error porque efectivamente como decía antes, al lector desinteresado la intriguilla literaria le interesa poco y toda la promoción se enfocó de esta manera, con lo cual se ha transmitido una idea errónea de la novela que a mucha gente simplemente le ha hecho no leerla y a otra la ha hecho leerla, a la gente que le interesa esa cuestión, pero le ha hecho leerla de forma equivocada, que es buscando claves ocultas lo cual ha conducido a cosas delirantes, a lecturas delirantes, lecturas disparatadas de la novela en su afán por buscar paralelismos en la vida real.

En la novela puede haber rasgos de escritores conocidos pero para nada intentan ser ellos. Pero los personajes son de pura creación, no son personas reales travestidas. Entonces si me arrepiento de ese enfoque publicitario y también me arrepiento un poco de que la novela comience con ese enfoque de sátira literaria que luego la novela no es.

B.: ¿Qué sueles leer normalmente?

J.M.P.: No he perdido la forma de ser del lector auténtico. Creo que el auténtico lector tiene que ser ecléctico, es voraz. El escritor que siempre está leyendo lo mismo en realidad es una réplica del lector de un solo libro que es un lector peligroso. Yo me formé leyendo libros muy diversos entre sí y me precio de seguir haciéndolo.

Salto de un clásico a un contemporáneo, de una novela, a un libro de historia o de filosofía. Luego también está la interferencia no con esta novela, pero sí con otras que he escrito que necesitas documentarlas, entonces necesitas leer muchos libros relacionados con lo que vas a escribir o con lo que estás escribiendo. Esto para el escritor es inevitable, le quita una porción de tiempo. Por lo demás soy muy ecléctico y creo que esa es la manera de ser lector porque eso además te permite entender otras literaturas, otra forma de abordar la literatura, disfrutar con escritores muy diversos y creo que eso un lector no debe perderlo nunca, pegar el salto entre distintos géneros y escritores.

Y así empecé yo, quizás porque no tuve consejeros en mi formación literaria. Empecé a leer en la biblioteca pública de mi ciudad de una manera muy loca, todos lo del mismo estante, por orden alfabético y así estuve muchos años. Así claro lees las cosas más variopintas y de temas diversos que te puedas encontrar.

Situé la novela en la época de los denominados escritores " Nocillas ", pero no como forma despectiva sino más bien para que no pareciera una novela autobiográfica. Que ambos personajes tuvieran edades que en mi fueran imposibles. La novela está ambientada justo antes a cuando se desencadenó la crisis (2007-2008) y es un autor veinteañero, es decir más joven que yo. Y Saldaña es un autor cincuentón hace 10 años, es decir es un autor mayor que yo.

Quería situar la novela en un momento que no tuviera una lectura estrictamente biográfica, que nadie pudiera decir este es Prada porque en los años 90 era veinteañero o Saldaña es Prada...no, tienen edades que no son mías y al situarlo en ese momento los escritores de los que se hablaba en ese momento son los de la generación "Nocilla" pero no trato de meterme con ellos. Al final lo que trata de demostrar es el escritor pringoso, la Nocilla es un elemento muy dulzón que pringa. Es el escritor trepa que trata de hacer la pelota a las viejas glorias para conseguir un huequecito en la vieja república de las letras, etc. No había ninguna intención de referirme a ningún grupo ni escritor en concreto, es más refiriéndose al escritor modernillo.

B.: ¿Sobre qué época histórica te gustaría escribir?

J.M.P.: Me habría gustado escribir una serie de episodios nacionales de todo el siglo XX. Empezar con Morir bajo tu cielo, que es la novela de Filipinas y terminar con el 11-M o con lo que fuese.

No puedo hacerlo porque económicamente no sería rentable y esas novelas exigen una cantidad de lectura que me resulta imposible hacerlo. Habría hecho una novela por década.

Ha sido un verdadero placer asistir a este encuentro y desde Libros que voy leyendo os damos las gracias por habernos invitado.


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