La primera jornada del Sonar 2011 comenzó con mucho calor y buena música para hacer disfrutar a los allí congregados. Después de sesiones y propuestas tan interesantes como la de Barcelona Laptop Orchestra, en la que profesores y alumnos de la Escuela Superior de Música de Cataluña e investigadores del Music Technology Group de la Universitat Pompeu Fabra armados con un portátil cada uno creaban atmósferas experimentales, vinieron los platos fuertes de la jornada diurna.
Si con Toro y Moi alguien esperaba escuchar un concierto plagado de chillwave quizá no fuera recompensado, si esperaba un concierto inclasificable en cuanto a género pero muy disfrutable en cuanto a sonido allí pudo dejarse llevar. Junto a su banda Chaz Bundick eligió “New Beat” para comenzar y “Elise” para cerrar un concierto electrofunky.
Tras pasar un buen rato bajo la sesión del británico Floating Points, las intenciones de un servidor se centraban en ver la actuación de Nicolas Jaar. Intento fallido, aforo hasta los topes. Los suecos Little Dragon tenían difícil superar el nivel medio de lo que llevaba de tarde y dieron un concierto para diferentes gustos. Largas instrumentales sumadas a la presentación de su próximo largo “Ritual Union”, todavía sin publicar, provocaron desconcierto o un guiño al futuro, personalmente me quedo con lo segundo. Synthpop por un tubo.
Improvisación sobre la mesa. Tyondai Braxton dejó para el ahora lo que pudo pensar antes. Utilizó samples de voz para mezclarlo con todos los cacharros que podía sumar. Experimentación en directo que puede dejarte en la cuerda floja, entre dar el salto a las alturas o caer y perder el que puede ser tu mejor amigo, el espectador. Entre un concierto caluroso y otro frío quedó claro que los asistentes prefirieron el clima del Sónar, con muchos grados en sangre.