Revista Atletismo

Crónica Maratón de Madrid 2015.

Por Manuel Alvarez @triresistencia
Después de la gran experiencia que fue ir un viernes a primera hora a la Feria del Corredor (grandes ofertas) llegó el momento de la carrera.
Madrugón, nervios por la distancia y un día malísimo. El tiempo no creo que sorprendiese a nadie porque ponía en todos sitios que el Domingo llovía. Por lo menos nos dio una tregua en la salida.
A pesar de la lluvia había muchísima gente en Cibeles. 
Localizo mi cajón pero antes de entrar decido ir al baño ya que dentro no había.
En cuanto a los baños me decepcionó un poco. No había dentro de los cajones y fuera pusieron bastantes pero no suficientes (muchas colas) y ninguno para hombres (meaderos). 
Cuando entro en el cajón no veo control ninguno en la puerta por lo que se podía colar cualquiera y también me fijo que algunos tiran las vallas para entrar. A una pobre señora se le cae una en la pierna. Le tuvieron que hacer mucho daño. 
Ya concentrado me dispongo a salir, a intentar conseguir mi objetivo y disfrutar lo máximo posible.
Salimos a las 9 y pasó lo que me imaginaba. Al juntar la media maratón con la entera no se podía correr. 
Subimos la Castellana como podemos, intentando buscar un hueco para poder correr tranquilo pero es algo imposible hasta el kilómetro 15 aproximadamente que es donde nos separamos los de las dos distancias. 
Intento que se me quite el cabreo por la cantidad de gente que hay y las dificultades para correr. El objetivo de tiempo ya queda lejos, por lo menos voy a intentar disfrutar.
El recorrido durísimo con continuas subidas y bajadas que me matan. Subiendo hay que hacer más esfuerzo y bajando se cargan las piernas.
Llevo apuntados los kilómetros que tiran para arriba para hacerlos con cabeza. Son del 0 al 6, del 14 al 16, del 26 al 28 y del 34 al 40. En el resto intento llevar un ritmo más vivo.
Desde luego no es un maratón para hacer tiempo ni para estrenarse en la distancia.
Nos cae la mundial y llega un momento que es muy desagradable. El punto positivo es que a pesar del tiempo hay mucha gente animando.
Me llama la atención como algunos corredores reaccionaban ante los charcos. Al principio estábamos secos, avisaban los que iban delante y los esquivábamos. En los últimos kilómetros pasaba lo mismo y lo vi peligroso ya que se salían de la carretera para esquiarlos y luego volver a entrar.
En uno de ellos ya digo qué hacen porque estábamos completamente empapados. Daba igual pisarlo que no.
Me encuentro con algún voluntario y espectador que reconocen mi camiseta. Dos semanas antes corrí la de París y tenía un poco de miedo a estar cansado para esta. 
Llego al 34 y tengo por delante 6 kilómetros que tiran para arriba. Regulo y en el 37 me entra flato, algo que no me suele pasar. Dedo presionando la zona, bajo el ritmo y en el 39 ya estoy como nuevo. Después de tanto esfuerzo que te pase una cosa de estas es una putada porque te cae una minutada tremenda en poca distancia.
En el 39 ya me animo y aprieto, el final se siente. Empiezo a adelantar gente y llego al kilómetro 40. Me estudié el perfil y ya sabía que lo que faltaba era sencillo. Voy bastante rápido, muchísima gente animando y el Retiro al fondo.
Un gran acierto cambiar el recorrido el año pasado. Aún recuerdo el final del año 2012 en el que llegué que ni me acuerdo con toda la parte final cuesta arriba.
Hago la curva y ya estoy en la recta final. Esta es la mejor parte del Maratón de Madrid y la que no se olvida. 
Un último esfuerzo, veo a familiares y la meta a pocos metros. 
Por fin llegué!!. Mi quinto Maratón.
Voy andando a por mi medalla y me hacen una foto. Muy chula pero cuesta 20 euros. Creo que se han subido un poco a la parra.
Un Maratón especial porque es en la ciudad donde resido hace años pero con muchas cosas por mejorar. 

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