Crónica: Nada Surf 18/02/2012 – La Riviera (Madrid)

Si hace pocos meses tuvimos la ocasión de disfrutarlos en acústico en un show íntimo ofrecido en Madrid con motivo de la presentación de su nuevo trabajo “The stars are indifferent to astronomy”, es la cuarta ocasión en apenas un año que acudía a un concierto de Nada Surf, la expectación era máxima por degustar estos mismos temas en su formato más reconocible, aquel donde las guitarras ganan protagonismo y dotan de más presencia a sus composiciones.

Abrían los norteamericanos Waters, de quien sólo pudimos disfrutar tres canciones pero que bien bastaron para saborear su interesante propuesta, compuesta mayoritariamente de temas con una identificable base de rock llena de intensidad y fuerza, suficiente como para demostrar una vez más que ser una banda menos mediática y casi desconocida no significa no ser una muy buena banda.

Pero los protagonistas de la noche eran los neoyorkinos (Dani Lorca da el toque castizo a la banda) y fiel reflejo de ello era el buen ambiente reinante en La Riviera que, cuatro años después acogía de nuevo en su escenario a la formación. Con la sala casi rozando el lleno hacían acto de aparición el trío, convertido para la ocasión en quinteto (a la ya conocida incorporación de Doug Guillard a la guitarra había que sumar la presencia de Martin Wenk de Calexico ).

“Clear Eye Clouded Mind” y “Waiting For Something” inauguraban el setlist y servían como colchón para ir tomando la medida sonora adecuada del local (terrorífico al inicio) con la tercera canción, que al igual que ocurrió en Costello y en el mismo orden fue “Happy Kid”, de su tercer trabajo “Let Go”, un regalo para los fans más acérrimos. El sonido comenzaba a ser óptimo…

Así se fueron sucediendo los temas, fundamentalmente de sus tres últimos discos, donde se alternaban sobre todo composiciones más melódicas e intimistas pero que gracias a la aportación de Doug y Martin ganaban en intensidad y a la par en arreglos.

“80 windows” de su destacado (a mi parecer el mejor de su discografía) “The proximity effect” fue un claro ejemplo de esto último. El Sr. Wenk hizo sonar la trompeta y la sala lo agradeció con una inmensa ovación. Otro juguetito que cobró protagonismo fue el theremín en “Hi speed soul”,  y por supuesto, sus nuevas canciones como “ When I was young” o “Teenage dreams”, éstas en la misma línea compositiva de sus trabajos “Lucky” o “The weight is a gift”.

Sabedores también de la devoción que el público siente por ellos a modo de guiño hicieron sonar la “Evolución” de Mercromina, canción incluida en su disco de versiones “ If I had a Hi-Fi”.

Pocas novedades con respecto al setlist de sus recientes conciertos a excepción de “sus estrellas indiferentes”; personalmente echaba en falta alguna otra canción más de sus primeros discos, aun así, supieron meterse a sus fans en el bolsillo y, eso sí, en todo momento se mostraron sinceramente agradecidos … así lo reflejó Daniel Lorca destacando cuán importante es para ellos nuestra presencia porque “sin nosotros esto no sería posible” y nos invitaba a bajarnos cuantos discos quisiéramos con tal que de siguiéramos yendo a sus conciertos y hacerles sentir tan queridos (cuando Dani toma la palabra casi siempre lleva consigo un agradecimiento)…

Vamos finalizando, y para ello que mejor que hacerlo con una de sus canciones más celebradas “See these bones”…. y que ocurre después? Pues que vienen los ya sabidos bises, que en este caso fueron dos, donde se incluían algunos temas más conocidos… a destacar: la relajada e intimista “blonde on blonde”, la siempre coreable “Always love” y como remate un nuevo tema, la ágil y directa “Looking through”.

 Y como la cosa no podía acabar así, volvieron sobre las tablas y nos regalaron un par de canciones más: primeros acordes y el respetable allí congregado se volcó por completo; sonaba “Popular”, la canción que los alzó a la fama consiguiendo que volviéramos por momentos a esos añorados años 90.

Y para finalizar “Blankest Year” y ese ‘Fuck it’ que tanto gusta cantar …. en esta ocasión no hubo público subido al escenario para bailar y saltar sin parar junto a ellos, pero no importó, la fiesta ya estaba montada y su algo más de hora y media de concierto finalmente satisfizo al jubiloso personal que allí nos congregamos. En definitiva, buen concierto de los de Nueva York que, a pesar de no llegar a la excelencia (pocos son los privilegiados que lo consiguen) superaron de nuevo la reválida. Bravo!

Teenage fanclub podrían decir orgullosos que sus primos pequeños americanos han crecido y que son capaces de realizar composiciones tan melódicas y directas como la suyas. Los años sirven de aprendizaje y consolidan a las buenas bandas…. pues bien, Nada Surf son el claro ejemplo de que la madurez no va reñida con el buen hacer y de que por estos lares siempre tendrá un público fiel a la espera de su vuelta.