Revista Arquitectura
por Elvira López Vallés (@elvirilay) y Jon Aguirre Such
Todavía es pronto para valorar la primera jornada de Disueña tubarrio, pero si te has quedado con ganas de acercarte a Zaragoza para echar una mano... ¡todavía puedes hacerlo! Continuaremos con las obras de autoconstrucción el próximo 25 de febrero. No obstante, las horas compartidas el pasado sábado bien merecen relatarse antes de que los detalles se difuminen.
Comenzamos temprano. A las nueve de la mañana nos reunimos todos los voluntarios en el garaje que la Sociedad Municipal Zaragoza Vivienda, aledaño al conjunto de bloque abierto de Gabriela Mistral. Allí habíamos almacenado todo el material conseguido durante la semana: bordillos, cemento, arena, grava, baldosas, ruedas, pintura, etc. Todos estos productos eran bien donativos, bien materiales reciclados. Queremos aprovechar para hacer una primera mención a toda la gente que nos prestó material.
Construcción del escenario
El primer paso consistió en transportar todo el material hasta la pista. La organización de las actividades y la distribución de las quince personas que colaboramos en ellas, se fueron haciendo de forma más o menos natural, con algún momento de desorganización que fuimos superando con diligencia. Entonces comenzaron las deliberaciones sobre el tamaño del escenario y su colocación. La escasez de escombros para el relleno hacía necesario un tamaño mínimo; esta decisión se tomó por el hecho de que estaba destinado a los niños. En un primer momento nos costó algo arrancar, pero enseguida metimos el «turbo» y la hormigonera se puso a trabajar a pleno rendimiento.
Hasta mitad de mañana no llegaron los niños, llenos de energía y con ganas de participar en todo. Se portaron mejor que nunca. Cuando terminaban alguna tarea asignada preguntaban: «¿En qué más puedo ayudar?». El proceso de participación ciudadana y cohesión social daba sus frutos.
Un niño pinta las ruedas para os «reposaculacos» y las «saltarruedas»
Aunque también pecamos de inexperiencia en algunos puntos de la organización, entre todos supimos sacar adelante unas ruedas pintadas de colores con las que se construirán los «reposaculacos» y las «saltarruedas». Además, los niños pintaron piedras para decorar las famosas «tortugolas»; y, claro, después de tanto pintar, los niños terminaron coloreados desde la punta de los pies hasta la coronilla. Eso sí, ¡todos contentísimos!
Nos faltó material y arena, y el acabado de la pista no fue todo lo fino que debería ser. En la próxima jornada abordaremos esto. Todos acabamos felices y agotados, con mil anécdotas sobre los niños, recordando sus respuestas ingeniosas, su energía y su alegría. Y, cómo no, ¡alucinamos con sus ganas de participar! Un hurra por ellos y otro más por los voluntarios que sacaron la jornada adelante.
El fin de semana del 25 de febrero, más.
Elvira López Vallés es arquitecta y pertenece a los colectivos Entretenderos y Arkitiriteros
Jon Aguirre Such es miembro de Paisaje Transversal
Texto adaptado y modificado a partir de la crónica originalmente publicada en Arkitiriteros
Revisión y corrección de estilo del texto a cargo de Sara Hernández Pozuelo
Sus últimos artículos
-
Activar y mejorar la red de espacios públicos para recuperar la vida urbana
-
Vídeo y presentación de la ponencia de Paisaje Transversal en COMUS 2020
-
La España vaciada se vuelca con Smart Rural 21 solicitando estrategias inteligentes
-
Escuchar y transformar, una metodología al servicio de la ciudad activa