Un domingo cualquiera, la gente se queda durmiendo un par de horas más que de costumbre. Sin embargo, hay unos seres raros, extraños, bizarros, que se despiertan un poco más temprano para salir a correr. El día 9 de Noviembre en concreto, más de 1.000 corredores llegados de varios lugares, se despertaron tempranito para dirigirse a la Media Maratón de Dos Hermanas.
Uno de esos seres extraños llegó a eso de las 9:20 al Pabellón de Deportes de Dos Hermanas. Allí, un magnífico grupo de voluntarios estaban situados tras una barra, dándole a los corredores sus respectivos dorsales. En los alrededores, ya estaba congregada la marabunta, esperando que fueran las 10.00 para dar comienzo la prueba.
El ambiente estaba cargado de emoción. Se escuchaba a muchos veteranos comentar la jugada, a muchos novatos con la voz queda de incertidumbre, y al resto, se les escuchaba la verborrea previa a la carrera. Sobre las 9:55, con un sol agradable sobre nuestras cabezas, y una temperatura estupenda, nos dirigimos al arco de salida de la prueba.
A las 10:00 de la mañana se dió el pistoletazo, le dimos la vuelta a la pista de atletismo del pabellón, y salimos a las calles de Dos Hermanas a disfrutar de la media maratón. He de decir, que recordaba esta prueba algo más llana, sin embargo, tiene más cuestas de lo que aparenta.
Los primeros 5 Kms discurrieron con tranquilidad. Los corredores estaban pendientes de sus relojes para ver la velocidad a la que iban. La mayoría, salieron disparados imbuidos por la fuerza de correr en manada. Sin pausa, pero sin prisa, les veía sobrepasarme poco a poco...ya les cogería más adelante.
En el km 4 me encontré con Joseph, nos echamos un par de fotos, le seguí un ratito y viendo que el sol apretaba y que yo aflojaba, le desee suerte y aumenté el ritmo. En los siguientes tres kilómetros, estuve charlando con los compañeros del C.A. Viso Alcor, lo cuál hizo más llevadero el recorrido. Aparecían las primeras cuestas, y aún el cuerpo no respondía bien al esfuerzo.
El recorrido era muy agradable. Faltaba un poco de aliento por parte del público, ausente en gran parte del kilometraje ya que aún era temprano, y que las zonas por donde discurría la carrera, estaban un poco huérfanas de "personal grupie".
Sobre el kilómetro 10 tuvimos que afrontar un desnivel que duró varios minutos. Subíamos y subíamos y subíamos sin parar. Era un desnivel suave, pero a la larga, quemaba. Las señales de cansancio se empezaban a notar en algunos corredores. No era mi caso.
A partir del kilómetro 12 entré en flujo durante una cuesta, la cuál subí como un torpedo. Las fuerzas acompañaban y el organismo por fin respondía según las expectativas. Las cuestas se siguieron sucediendo una tras otra. ¿Tantas cuestas había?. Los avituallamientos cada 5 Kms ya se hicieron imprescindibles.
A partir del kilómetro 15, el sol ya apretaba más de la cuenta, comenzaba a hacer calor. Varios kilómetros de largas avenidas, con ciertos desniveles en la carretera. Los corredores, buscábamos a toda costa correr por las zonas de la vía más rectas posibles, de tal forma que no sobrecargásemos un hemicuerpo más que el otro.
A partir del kilómetro 19 ya entramos en la ciudad. Había mucha más gente. El paso por el centro se hizo ameno, los adoquines duraron escasos minutos. Tomamos el último avituallamiento y echamos todos a correr. Sólo quedaban dos kilómetros para terminar.
El último kilómetro discurrió por las calles paralelas al Pabellón. La llegada, impresionante. Un pasillo de varios metros llenos de vecinos, de familiares y amigos, animando en la entrada al pabellón. Una pequeña vuelta a la pista y ¡Llegada a Meta!.
El speaker animando a los finisher, la música discotequera sonando de fondo, la gente observando y gritando en las gradas. Ambientazo para terminar la carrera. Tras registrar nuestros dorsales, entramos en una zona de césped acotada para los corredores. Allí, se nos proporcionó de forma organizada y disciplinada, una maravillosa bolsa del corredor y un último avituallamiento rico, rico.
A la salida, nos daban un papelito con nuestra marca y puesto en la carrera. Un poco más adelante, había un puesto de cerveza, el escenario para la entrega de trofeos y el acceso a las gradas para animar a los corredores que seguían llegando.
En general, esta media maratón merece muchísimo la pena. Está muy bien organizada, el recorrido es asequible para cualquier nivel, y muy recomendable para los novatos que se quieran estrenar. El ambiente es increíble, la localidad preciosa, los voluntarios unos cracks, etc. Un año más, mi agradecimiento y enhorabuena a los organizadores de esta prueba.
A nivel personal, terminé la prueba en buen estado, aunque sufriendo un pelín en ciertas ocasiones. Terminé la prueba en 1 hora y 46 minutos, yendo a un ritmo cómodo/normal, lo cuál me alegró muchísimo. Además, pude encontrarme con Joseph, con la gente del Viso y con Jesús Jimenez (conocido vía twitter, un placer).
Lo último que quería destacar, fue al grupo de corredores que atendieron a la queja publicada en el grupo de Facebook de "Corredores Populares de Sevilla y aledaños". Estos corredores, llevaron en sus espaldas el dorsal réplica, contra la gestión de 2015 de la maratón de Sevilla. Abajo, y un poco más arriba, podéis ver dos fotografías de estos corredores.
Espero que os haya gustado la entrada. Si alguna vez has corrido esta prueba y quieres dejar tu opinión sobre la misma, o compartirla con otros corredores, se agradece. Un saludo y hasta la próxima crónica corredores.