Crónicas de mi boda: sitio y fecha.

Cuando el Sr. Lataat se me declaró y me puso el anillo en el dedo (cosa que fue un rato difícil ya que era 5 tallas más pequeño), decidimos que la boda tenía que ser fiel a nuestro estilo y que queríamos controlar hasta el último detalle.

Este fue el anillo de compromiso original, pero era tan pequeño que no me lo pude arreglar, algún día encontraré a alguien que me haga una replica.

El sitio lo teníamos claro, mi casa de veraneo. En mi familia somos “de manual”, de esas familias en las que el 23 de junio mi padre cargaba el coche, llegados a la Meridiana ya estábamos mareadas y al llegar a Palau íbamos directas a por las bicis y directas a casa de las amigas a ver si ya habían llegado y para ver qué padre nos acompañaba a comprar petardos. Allí pasé los mejores veranos, donde mi uniforme era: bañador, camiseta y unas campings. ¿Os acordáis de las camping?, ¡nada que envidiar a las Toms! jajaja…). Durante el día solo aparecías por casa cuando tenias hambre o cuando era necesario que tu madre sacara el algodón y la mercromina para curar alguna herida de guerra. En fin, no teníamos lujos y tampoco lo necesitábamos. Éramos felices excepto cuando mi madre a la hora de la siesta sacaba los cuadernos Santillana, pero en fin…. temíamos cuando el 15 de septiembre se acercaba y empezaban las despedidas y los lloros… aunque también había ilusión por empezar un curso nuevo.

Allí hemos celebrado muchas de las cosas importantes de mi familia, así que mi boda tenia que ser allí también. Y además el jardín es suficientemente grande y bonito para hacerlo, así que no había discusión.

Rinconcitos de la casa familiar.

Nos faltaba el cómo, nos lo queríamos “currar”. Aunque nos faltaba un poco de orientación. En seguida recordé el “anuncio” que había visto en las redes sociales sobre el primer curso de Wedding Crafter, cuya experiencia ya os comentaba en el blog de la tienda. Y os lo recomiendo 100% a todas las que queréis una boda 100% autentica. Decidida la fecha (tenía que ser en un puente para que la familia del Sr. Lataat pudiera venir), llegó el conseguir la confirmación y aceptación del Ayuntamiento. Para casarte en Palau tienes que o bien: estar empadronada allí o hacer el convite en algún restaurante del pueblo. Como no era el caso mi madre tiró del: ¿pero tú sabes quien soy yo? antes de decir que no, mejor habla con la alcadesa. Por la tarde ya teníamos el permiso para empezar el papeleo. ;) No subestimes el poder de una madre, ellas hace tiempo que han perdido la vergüenza, así que no las dejéis al margen, os pueden sacar de muchos apuros.

Masía Can Cortes, el lugar donde celebramos la ceremonia.

Estas fueran quizás las decisiones más importantes, las que han marcado que nuestra boda fuese un éxito. Me vais a permitir un consejo: solo me he casado una vez pero he ido a decenas de bodas, y voy a destacar la importancia del sitio donde celebrarla. No hay nada peor que ir a un restaurante o una masía o lo que sea que no pegue con los novios. Claro que muchas veces se escoja por el precio o por lo bonitos pero de verdad buscad y buscad hasta encontrar el sitio, y antes de contratarlo, cerrad los ojos e imaginaros allí, a vosotros vestidos de novios, a vuestros padres y amigos. Si encajáis allí a la perfección ese es el sitio.

Regalo que recibimos del ayuntamiento. Hecho a mano por Ariadna Beuavides.

Teníamos fecha y sitio, ¡a por las invitaciones! … to be continued… Petonets,