Tal y como hice ayer con mi vista al Tibidabo, hoy os comento la visita al Zoo de Barcelona.
Es otro de esos sitios que no había visitado desde hace mucho tiempo, ya que ni siquiera lo había visitado con mi hijo mayor, que ya tiene mas de 7 años. Si, ya se que visitar el Zoo el día después del Tibidabo es muy cansado ¡pero había que aprovechar los descuentos 2×1!
Y es que la última vez que lo intentamos, hace unos 3 años, nos encontramos con una maratón que tenia su salida y llegada en el mismo Parc de la Ciutadella donde está ubicado el Zoo de Barcelona. Evidentemente, después de una hora atascados, y sin posibilidad de llegar, nos dimos la vuelta y nos fuimos para casa.
En esta ocasión hemos tenido mas suerte, ya que no solo no tuvimos problemas de tráfico, sino que tuvimos la increíble suerte de encontrar aparcamiento a la primera, y casi delante de la entrada del Zoo (donde la Av. Icaria se convierte en el Passeig de Circunvalació). Como no es normal, es una zona algo complicada para aparcar, os aconsejo que valoréis la opción del Aparcamiento Wellington, que por un coste de 12.5€ dispones de 10 horas de aparcamiento.
Entrando en lo que es el Zoo propiamente dicho, un consejo antes de nada: si estáis pensando en visitar el Delfinario, ¡hacedlo a primera hora! Nosotros entramos a la sesión de las 11:30 y ya una hora antes había bastante gente haciendo cola. En nuestra sesión hubo gente que no pudo entrar, ya que estaba lleno, y en las posteriores aun era peor. ¡Estáis avisados! En cuanto al espectáculo propiamente dicho, es diferente al ultimo espectáculo de delfines que había visto (el de Marineland). El del Zoo es menos espectacular, pero a cambio es mas didáctico y educativo. Ese toque didáctico está presente en todos los animales, con etiquetas identificatívas que indican el grado de peligro de extinción que tiene cada especie.
También hay que visitar una zona nueva (bueno, nueva para mi, creo que está operativa desde el año 2010) es la zona llamada Tierra de Dragones, donde tienen instalados a los dragones de Komodo. Y es que ver un “lagarto” de casi 3 metros de largo y 100 kilos de peso es bastante impresionante.
Otra de las zonas impresionantes es la zona de los grandes simios. Vale, ya no está Copito de Nieve, pero ver a un animal como el Gorila, con el que compartimos un 98% de ADN, emociona bastante. Os recuerdo que Awali, el “sustituto” de Copito, pesa mas de 200 kg.
Evidentemente, la zona de los grandes felinos es de visita obligada…….pero no hagáis como nosotros y los visitéis justo después de comer, ya que es la hora de máximo calor y, por lo tanto, de menor actividad de los animales. Lo que vimos: unas rayas lejanas del tigre dormido, 3 leonas durmiendo y un león desaparecido.
El resto de animales, mas o menos lo típico, destacaría un poco el Terrario, con su gran cocodrilo siamés y unas cuantas serpientes bastante grandes (un par de boas y una pitón). Hablando del cocodrilo, muchos animales están “adoptados” por marcas comerciales, por lo que seguro que sabéis que marca patrocina el cocodrilo……¡exacto! se trata de Lacoste
Por cierto, antes de terminar os informo que la zona de los elefantes está en obras, por lo que se pueden visitar, pero no en optimas condiciones
Un saludo