Título original: The Martian Chronicles
Autor: Ray Bradbury
Fecha de Publicación: 1950
Editorial: Planeta de Agostini
Dimensiones: 23x15 cm
ISBN: 8445006746
Encuadernación: Rústica con solapas Idioma original: inglés
Número de páginas: 168
Sinopsis:
Es una colección de relatos que reúne la crónica de la colonización de Marte por parte de una humanidad que abandona la Tierra en sucesivas oleadas de cohetes plateados y sueña con reproducir en el Planeta Rojo una civilización de hot dogs, cómodos sofás y limonada en el porche al atardecer.
Pero los colonos también traen en su equipaje enfermedades que diezmarán a los marcianos y mostrarán muy poco respeto por la cultura planetaria, misteriosa y fascinante, que éstos intentarán proteger ante la rapacidad de los terrícolas.
Opinión:
Impresión: No ha sido lo que esperaba
Crónicas marcianas es un libro compuesto por una serie de relatos breves ordenados que, de forma cronológica, nos narran cómo los humanos llegaron a Marte y qué sucedió tras la colonización. Cada uno de los relatos es una muestra de nuestros mayores defectos: la codicia humana, el menosprecio por la cultura, nuestro egoísmo, el racismo, nuestra superficialidad,... Y lo cierto es que no me parece que Bradbury fuera muy desencaminado: si desarrolláramos la tecnología suficiente como para ir en masa a Marte y ese planeta fuera habitable, muy a la larga (y no en veinte o veinte años, como propone el autor), creo que actuaríamos así. Por supuesto, aquí el autor lo lleva al extremo con el objetivo de satirizar, pero tampoco estaba tan equivocado (bueno, un poco sí: ni Marte es habitable ni ir de turismo en nave espacial es algo habitual).
Quizás ese extremismo sea lo que me ha hecho sentir distante a los diferentes acontecimientos que se narran. Muchas de las actitudes de los personajes se hiperbolizan y todo sucede demasiado deprisa como para que resulte realista. Los primeros relatos lograron sacarme una sonrisa, por lo absurdo que era todo, pero a medida que avanzaba y veía que no se profundizaba tanto como a mí me gustaría y que todo era tan superficial, mi sonrisa fue decayendo.
Sobre las distintas historias, como ya indico en la impresión, no han sido lo que esperaba, pues están narradas en tercera persona y son completamente independientes la una de la otra (aunque siguen un mismo hilo cronológico y están todas relacionadas con Marte). Hay algún cameo, pero por lo general los personajes no repiten, así que son todos planos y caricaturizados; una mera herramienta para desarrollar la crítica social. ¿Qué esperaba? Pues que fuera un diario del primer astronauta en llegar a Marte y que este nos narrara el desarrollo de la colonización y sus consecuencias.
Por esperar, esperaba que los marcianos tuvieran cierto peso en la historia, pero solo aparecen de refilón. Protagonizan unos 4 de los 25 relatos y en el resto aparecen solo mencionados como quien habla de dragones y duendes; se han casi extinguido en la página 50. Entiendo que Bradbury no pretendía profundizar en la cultura marciana ni crear un mundo fantástico, sino hacer de Marte la nueva América y demostrarnos que no hemos cambiado en absoluto. De todos modos su concepción de los marcianos me parecía interesantísima, por lo que es una pena que se haya omitido tanto su punto de vista.
En general los relatos me han parecido poco reseñables (y aun así, aquí estoy). Como ya he mencionado, todos contienen una fuerte carga crítica hacia la condición humana, pero esas críticas no me suponen nada nuevo y son demasiado directas. Entre los relatos a los que he sacado más jugo puedo destacar: «Los hombres de la Tierra», el cual me resultó bastante divertido; «La tercera expedición», por su tono macabro; «Usher II», no tanto por lo que cuenta como por le homenaje que hace a Poe; «Fuera de temporada», porque vuelven a salir mis queridos marcianitos y porque aquí la crítica me pareció bien llevado (aunque el relato se alarga demasiado); «Los observadores», porque en este la brevedad (dos páginas) juega a su favor y «Los largos años», tanto por el cameo como por la terrible verdad que se esconde.
Lo cierto es que los últimos suponen una mejora considerable, quizás porque tienen un tono más melancólico y trágico, que es lo que a mí me gusta. Por eso, quería hacer mención especial de los dos últimos. «Vendrán lluvias suaves» me ha parecido sublime. Es un relato en el que casi no sucede nada, que es básicamente descriptivo, pero me parece el mejor llevado tanto por el ritmo como por la ambientación tan conseguida. Es el único que realmente consiguió transmitirme algo con mucha fuerza: desolación. Para mí, hubiera sido el cierre perfecto, pero el autor decidió con «El pícnic de un millón de años» ofrecer algo de esperanza. Eso no es algo que me parezca del todo mal, pues habla de un nuevo comienzo para la humanidad, pero al mismo tiempo me chirría un poco porque, viendo cómo actuaron el resto de humanos, dudo mucho de que realmente haya esperanza, pero bueno.
Ya para terminar, me gustaría hacer referencia al estilo narrativo de Bradbury. Uno de los problemas que suelo tener con los clásicos es que la prosa es muy recargada o que la narración se va por las ramas diciendo en cuatro frases lo que se podría decir en una. En los clásicos suelen primar las frases largas a las cortas, la descripción a la acción. Bradbury es todo lo contrario. Pese a que el libro es de los años cuarenta, perfectamente podría haberlo escrito en el dos mil: constantemente pasan cosas, los diálogos son los que guían la narración, el lenguaje es sencillo y los párrafos están plagados de puntos. Eso tiene sus ventajas (se lee en un suspiro sin necesidad de que te rompas la cabeza), pero también sus inconvenientes. Entre estos quería destacar que se nota que la prosa no está cuidada y que al autor le importa más lo que dice que cómo lo dice, cosa que le resta sentimiento al texto.
En conclusión, Crónicas marcianas es un libro cuya lectura tampoco te cambiará la vida. Es un libro ligero, que se lee con mucha facilidad gracias a su prosa más simple y que cuenta con algún que otro relato realmente interesante, pero la crítica social es poco sutil y tanto la sobriedad del lenguaje como los personajes planos hacen que no transmita demasiado. No pierdes nada dándole una oportunidad, pero tampoco esperes el oro y el moro.
Curiosidad: en el libro, Marte no es «el planeta rojo», sino que el suelo, la arena y las colinas son azules.
Cosas que he aprendido:
- Cómo crear un ambiente desolador.
- Marcianos diferentes a lo preestablecido.
Y para terminar, os dejo con mi avance en Goodreads:
PUNTUACIÓN...2'5/5!Primeras Líneas...