Revista Cine
Director: Guillermo del Toro
Le damos la bienvenida al décimo mes del año, octubre, y su cargado calendario de resposabilidades y hechos importantes, más para los demás que para mí, aunque siempre me encontrarán pensando en una sola cosa y sólo una cosa: ataraxia. Pero en fin, volviendo a los temas que interesan a este blog, que no es el bipolar tiempo que hoy nos tiene con el acostumbrado maldito calor de estas fechas -y eso que no ha llegado el verano aún-, la verdad es que pretendía dar por finiquitada esta retrospectiva vampírica luego de escasas seis entradas que a mí me parecieron ser más. Lo cierto es que estaba un poco cansado y, después de reponer energías, estoy presto para seguir el sendero de sangre que dejan los vampiros. Hoy toca el turno a la opera prima de Guillermo del Toro, quien me imagino debe estar expectante a la reacción de la gente para el inminente final de su serie "The Strain", que igual es de vampiros y la cual también tendrá un post por acá, el que caería como anillo al dedo a todo esto del tema vampiro, y no es que lo haya planeado así.
El artilugio de Cronos: adminículo, artefacto, herramienta, dispositivo, objeto construido hace más de 400 años por algún sujeto obsesionado con obtener la vida eterna; tiene como gran gracia, justamente, otorgar la vida eterna a quien lo utilice. Desde la confección hasta los años en que se sitúa la película han pasado muchas cosas y el tan preciado artilugio puede estar en cualquier parte, como por ejemplo una tienda de antigüedades. De la Guardia es un empresario que quiere a toda costa poseer el artilugio y Jesús Gris es un simpático viejito dueño de una tienda de antigüedades, y ambos se ven implicados en los líos que genera el objeto ese de Cronos.
Guillermo del Toro sabe lo que hace, no se distrae con cosas vanas ni pierde el norte, algo que queda totalmente claro con su opera prima; aunque no deberían dejarse engañar, pues lo que acabo de decir parece un halago pero esconde punzantes críticas a su estilo narrativo e incluso cinematográfico. Vamos por parte, eso sí. Al tipo le encantan los cuentos, los relatos fantásticos, lo fabulesco; de seguro cuando era niño disfrutaba de lo lindo todas las historias que sus padres le contaban o él mismo leía en sus ratos libres. Naturalmente, el tipo creció y todo los cuentos que lo acompañaron también, viéndose envueltos en un imaginario más oscuro, más violento y más sórdido, o dicho de otra forma, menos infantil aunque, esto depende de quien lo mire, igual de inmaduro. Estamos completamente de acuerdo en que la figura del vampiro es fantástica -proveniente de la fantasía, quiero decir, aunque si se usan bien, los vampiros son, efectivamente, y para usar un sinónimo, magníficos-, pero del Toro otorga otra capa más de fantasía al incluir este aparato de Cronos, fuente de vida eterna, vampirismo mediante, para quien ose utilizarla, algo que definitivamente no le hace bien al relato, pues termina siendo un exceso de fantasía y un pie forzado: un arma de doble filo y, ulteriormente, un tiro por la culata. Una dicotomía, así como lo veo: del Toro se obliga, al incluir el aparato de Cronos, a seguir el arco dramático que ésto genera por defecto: el objeto que es deseado por variedad de personajes que inevitablemente confluyen de maneras conflictivas; aparte de esto, también surge la posibilidad de darle una especie de revisión al vampirismo desde lo emocional, lo relativo al interior de los personajes, aunque en este caso ello resulta débil y antojadizo, tanto como el primer camino del conflicto por el objeto. Esta dicotomía provoca un choque constante entre qué hacer, si enfocarse exclusivamente en el conflicto sobre quién posee el aparato de Cronos, o en los cambios que provoca el susodicho objeto en quien le dio uso, con las típicas preguntas que involucran los problemas que provocará en el entorno inmediato del afectado. Y esto, sin duda, también desemboca en una duplicidad de tipos de relatos y tonos. "Cronos" es una película que no se decide a qué camino tomar, y aunque resulte entretenida a ratos y en general se pase más o menos volando -no se hace pesada, lo que es un extra cuando la cinta en cuestión es tan insegura e indecisa-, la verdad es que deja con gusto a poco porque no alcanza a aprovechar su doble potencial, ni en conjunto ni por separado. Se queda a medias en todo sentido. Y eso que del Toro sabe lo que quiere: un cuento. Sólo que no sabe cómo contarlo apropiadamente.
Creo que me desordené un poco arriba, pero no hay problemas, pues ahora toca organizar un poco mejor, y ciertamente más conciso. "Cronos" es un cuento que enfrenta dos personajes a través de un objeto, y entre medio el tema del vampirismo, que es un desvío del enfrentamiento principal; esos son dos relatos: cómo afecta el vampirismo y cómo se desarrollará el conflicto entre Jesús y De la Guardia. Problema: ambos relatos tiene la misma importancia y nunca logran unirse en una sola entidad, por el contrario, da la impresión de que se disminuyen entre sí, aunque ninguno lograría por sí sólo sustentar la película completa; paradójicamente, ambos se necesitan, pues el vampirismo no sería posible sin el objeto, y el objeto necesita del vampirismo para llegar a los lugares que termina llegando. En resumidas cuentas, "Cronos" es una historia forzada que obliga a todos sus elementos a seguir caminos predeterminados de manera desvergonzadamente poco fluida. Es todo un enredo y honestamente yo también me confundo al "analizar" el cómo está configurado el relato, pero así es: el conflicto es débil, obvio y previsible, y el vampirismo carece de la fuerza que uno se imagina debe generar. El vampirismo es una excusa para una historia mal pensada y desarrollada; no hay una exploración ni reflexión de ningún tipo y tampoco sirve como divertimento a secas, pues no es una historia simple en su concepción -aunque definitivamente sí en su ejecución-. Digamos que "Cronos" es una película insípida, sin nada que aportar a ningún tipo de mundillo, ni el vampírico ni el de los macguffins ni nada.
Sin embargo, lo que más termina irritando es lo autor que se cree Guillermo del Toro, que filma -y escribe- esta historia de una manera mucho, mucho más convencional de lo que él mismo pretende. Aunque intente dárselas de admirador de historias de terror que alimentaron su infancia y que ahora quiere hacer lo mismo pero con una mirada más personal -e intransferible, pero a los pocos minutos se nota que cualquiera podría filmar así-, la verdad es que su película se queda corta pues carece de personalidad, algo que un autor tiene; en cambio, lleva lo comercial en la sangre y se nota esa vena durante la película: banda sonora -no dudaré de su calidad musical- simplona e infantiloide, historia simplona y arquetípica, personajes arquetípicos -aunque Jesús Gris, o mejor dicho su actor, Federico Luppi, me cayó muy bien, al igual que la niña que hace de nieta-, etc.: lo suficiente para enganchar al espectador medio. Lo más interesante que tiene "Cronos" es la relación de Jesús Gris con su nieta, motor argumental que debió haberse utilizado de manera más central, como eje principal, pues en él se encuentran las cotas de humanidad que esta película necesitaba. Pero ya saben, mucho más de viejos millonarios siniestros que quieren ser eternos, sus lacayos enojados, etc., lo cual es una lástima, pues los buenos momentos de la película aparecían cuando surgía la moralidad de ser vampiro... pero se prefirió el feudo con Ron Perlman y su tío... en fin. Mucho más ruido que sustancia real. Más entretención vacua que entretención cimentada en una buena historia. Y está claro que visualmente tampoco es gran cosa la película, pues no se diferencia de la mayoría de entretenimientos "de terror" al uso: no hay verdadera sensibilidad estética. "Cronos" es una película a la que le falta mucho en varios aspectos, claro que sí. En definitiva, del Toro no hace un homenaje a sus autores y directores de cabecera como se nota pretende, más bien hace una película para toda la familia -a una que no le moleste un poco de sangre y uno que otro golpe "medio rudo"- que más pronto que tarde acaba por agotar sus cartuchos.
En "The Strain" del Toro comete los mismos fallos sintómaticos que revela en su debut en el cine, pero me imagino que los años de oficio le entregan un poco más de sabiduría a la hora de enfrentar un nuevo reto -en este caso televisivo-, significando que la serie de FX se hace mucho más entretenida y pasable de lo que "Cronos" termina siendo. No sé muy bien qué es "Cronos" o qué es lo que quería hacer del Toro. Vamos, que he hablado bastante sobre lo que es y por qué no me gusta al ser así, pero no es tan contradictorio preguntarse al final: "¿Qué quería contar?".