Nunca me interesó la obra de Friedrich Nietzsche. Un filósofo fatuo, cuyas caóticas ideas son continuamente manipuladas por personajes antagónicos, lo que demuestra sus enormes contradicciones. A pesar de eso, le agradezco el haber concebido una máxima que sintetiza mi vida: “Lo que no te mata te fortalece”.
Desde que tengo memoria me gusta la música, pero recién pude comprar mi primer reproductor de casettes -un walkman, para ser exactos- a los doce años. El primer grabador con radio FM lo conseguí dos años después -muchas gracias Miguel-. Durante mi infancia sufrí muchas dificultades para poder escuchar los discos que me interesaban, pero a la larga terminaron beneficiándome, ya que me permitieron adquirir un background infrecuente para un niño. La pequeña radio que había en casa me ayudo a valorar el tango, la música melódica y a The Beatles. Veinticinco años más tarde, aún recuerdo la ansiedad con la que esperaba el programa de media hora, que una emisora local le dedicaba exclusivamente a los Fab Tour todos los domingos a la mañana. Eso no es todo, esos años de falencias también me sirvieron para desarrollar una extraña capacidad: la de imaginarme la música a través de las reseñas que leía en las viejas revistas Pelo, Rock & Pop y Cantarock. En el caso de Crowded House, esta singularidad me provocó una desilusión.
Si bien "Don't Dream It's Over", el hit de "Crowded House" (1986) es un himno, el resto del disco -que conocí un par de años más tarde- está muy lejos de presentarnos a "los nuevos Beatles", como eran promocionados por la prensa. Pude escuchar el segundo disco de la banda, "Temple Of Low Men"(1988), al poco tiempo de su edición. Este álbum llegó en un momento en donde los peinados con gel, el rimel y los sintetizadores habían pasado de moda, por lo tanto el periodismo ya no necesitaba recurrir a comparaciones odiosas para describir a un grupo de pop melódico y guitarrero. "Into Temptation" es una de las canciones más hermosas de todos los tiempos, y "Better Be Home Soon" un hit inolvidable. No obstante, "Temple Of Low Men" no alcanzó la grandeza prometida. Cuando se editó "Woodface" (1991) yo ya estaba en otra cosa y me lo salteé. Mis primeros sueldos me sirvieron para comenzar a armar las discografías completas -en CD, por supuesto- de mis músicos favoritos, al tiempo que estaba atento a las novedades con las que nos sorprendía la década. Compré "Together Alone" (1993) ni bien salió, pero tampoco le presté mucha atención. Todo cambió cuando se editó "Recurring Dream" (1996). Teóricamente, este es el disco ideal para escuchar a Crowded House: un grandes éxitos -que los tenían y de sobra- que eludía las canciones de relleno. Si bien esto es cierto, la perfección de sus hits me convenció de que debía buscar "Woodface" -que incluye las dos mejores canciones de la banda "Fall At Your Feet" y "Four Seasons In One Day"- y sobretodo, de que debía retomar la escucha de "Together Alone".
"Together Alone" plantea varias novedades con respecto a los trabajos anteriores de la banda. La más notoria fue que obviaron a su productor histórico, Mitchell Froom, y le cedieron esa labor a Youth, bajista de los post punk Killing Joke y productor artístico de músicos tan diversos como Verve, James, The Orb y Dido. Además, hace un par de años fue el coequiper de Paul McCartney en su proyecto The Fireman. "Together Alone" presentó al multiinstrumentista Mark Hart (Supertramp) como miembro fijo de la banda y fue grabado en una casa alquilada ubicada en una remota playa de Nueva Zelanda, el país natal de Neil Finn. Esos detalles definieron un trabajo sorprendente, repleto de particularidades -solos de acordeón, glam rock y coros maoríes- y contrastes que enriquecen sus características melodías "beatles". La belleza inaudita de “Private Universe” convive con el glam de "Locked Out", mientras que la ortodoxia de "Distant Sun" y "Nails in My Feet" se codea con el exotismo de "Kare Kare" y “Together Alone”. La conjunción de estilos determina un álbum fascinante.
Crowded House se disolvió oficialmente tres años más tarde y, luego de varios discos de Neil Finn como solista o en colaboración con su hermano Tim –líder de Split Enz y pieza clave en “Woodface” su única colaboración con los Crowdies- regresó en el 2007 con el regular “Time On Earth”. La banda acaba de editar “The Intriguer”, un disco que todavía no escucho, pero que, presiento, confirma la fina estampa de un grupo que nunca logró convertirse en los nuevos Beatles, pero en el intento nos regaló algunas de las melodías más hermosas de las que tengamos memoria.
Track List:
01. Kare Kare
02. In My Command
03. Nails In My Feet
04. Black And White Boy
05. Fingers Of Love
06. Pineapple Head
07. Locked Out
08. Private Universe
09. Walking On The Spot
10. Distant Sun
11. Catherine Wheels
12. Skin Feeling
13. Together Alone