Cruz de pericón, tlaloc y san miguel arcángel

 Por Rocío Ayala

Colectivo In Ixtli In Yolotl San Miguel Tocuila

Para nuestros antepasados, la cuenta del tiempo se basaba en el ciclo agrícola y se manifestaba con varios elementos y rituales, dicha cuenta era muy precisa, desde los equinoccios y solsticios, hasta las veintenas y trecenas.
De acuerdo al Tonalamatl, o calendario, nos encontramos en la Veintena: 11 Ochpaniztli, que va del 28 septiembre al 17 octubre, y quiere decir: "Se barren los caminos", la deidad o regente, es Coatlicue, después vendrá la Veintena: 12 Pachtontli o Teotleco, del 18 octubre al 06 noviembre "Fiesta de la medicina, llegada de la energía dela noche, llega Dios", y la deidad regente es Ometéotl. 
El equinoccio de otoño inicia entre el 22 y 23 de septiembre y está relacionado con el tiempo de cosecha, de reservar alimentos y bienes para la llegada del invierno.
También es un periodo de transición que busca equilibrio y tranquilidad. Descanso.
La veintena Ochpaniztli, “el barrimiento de los caminos”, el color de la tierra cambiaba, dando señas de que es el fin del ciclo agrícola, con la caída de los frutos previa (Xocothueztli), aquí se esparcían también las semillas y la tierra ahora tomaba un color amarillento por los pastos, las hojas y las cañas. 
Para nuestros antepasados, barrer el camino era una buena idea, limpiar y agradecer. En esta veintena se agradecía a Tlaloc por la lluvia que dio, se agradecía a la Madre Tierra Coatlicue por su generosidad, para ello se barrían y limpiaban todos los caminos, patios, casas y temazcales, ademas de adornarlos con flores de Cempoaxochitl (Cempasuchil) y de Yauhtli (pericón), la fiesta principal se hacia con danzas en honor a Tocci, la madre de todos los elementos, Nuestra Venerable Abuela y esencia regente del temazcalli. 
Las mujeres medicina eran las protagonistas de las danzas y las hacían con ramos de Yauhtli y Cempoaxochitl, flores que utilizaban para curar, era la medicina en esta época.
Coatlicue, en la mitología mexica es una diosa de la fertilidad. Su atuendo representa la vida y la muerte, guía del renacimiento, la madre gestante de Huitzilopochtli, también recibía los nombres de Tonantzin "nuestra madre venerada" y también Teteoh Innan "madre de los dioses". 
Con la llegada de los españoles a la región del Akolhuacan, en Tezcuco, las casas de Tezcatlipoca fueron sustituidas por iglesias dedicadas a San Miguel Arcángel, por lo que hoy conocemos los cuatro sanmigueles, Tlaixpan al Este, Tocuila al Poniente, Coatlinchan al Sur y Chiconcuac al norte.
Al mismo tiempo, el yauhtli (pericón) por su parecido con el hipericon o hierba de San Juan (muy conocida por los españoles), se arregló en forma de cruces, que se colgaban en las puertas de cada casa y/o en las parcelas donde todavía no se recogía la cosecha. 
Esto para pedir a San Miguel la protección para los hogares y las cosechas. 
El pericón para nuestros antepasados, marcaba el fin del ciclo agrícola y por sus propiedades medicinales, se consideraba una planta sagrada. Abundancia de pericón en los campos, significaba que hubo buenas lluvias gracias a Tlaloc y por ende, las cosechas eran buenas.
Según el Códice de la Cruz-Badiano de 1552, el pericón es una de las plantas de Tlaloc, señor de la lluvia y el temporal, su colecta comenzaba aproximadamente a finales del mes de septiembre para las festividades en las vientenas siguientes, marcando la cosecha de elotes.
El yauhtli (pericón) es una planta asociada antiguamente al culto a Tláloc, se usa desde tiempos prehispánicos, luego de la llegada de los españoles, se adoptó como protección contra el diablo, que según la creencia católica, anda suelto el 29 de septiembre, día de San Miguel Arcángel. 
La importancia mágico-religiosa del yauhtli, no es solo por ser una herencia indígena, sino porque esencialmente es un patrimonio de México que se sigue utilizando con fines rituales y curativos.
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