Llego por la tarde a Vigo, una ciudad donde el gris es el color que más resplandece. El cielo está totalmente cubierto y en cuanto salgo del aeropuerto, Vigo y Galicia me reciben con lo que ha solido ser lo más característico de su clima: la lluvia. Y digo solido, porque desde hace muchos días no llueve en Galicia y dos palabras, inusuales en estos lares, se han hecho de uso común: sequía y restricciones. Por tanto, la llegada de la lluvia es algo más que esperado: el deseado maná que caracteriza al pueblo gallego.
Todo sería perfecto si no fuese porque mañana mismo comienzo por primera vez la Travesía Náutica del Camino De Santiago. Y es que, aunque muchos quizás lo desconozcan, la navegación de 90 millas náuticas y el peregrinaje andando de los últimos 5 km antes de llegar a Santiago dan derecho a la ansiada Compostela. Su reconocimiento por parte de las autoridades del Camino fue reciente, en 2019. Despues siguieron los fatídicos años de la pandemia y ahora en 2022, tengo el honor de inaugurar esta ruta con la empresa especializada en la realización de caminos de Santiago de alto standing: Marly Camino.Un lujo, un regalo sin duda ser la guía del viaje que nos llevará a lugares tan maravillosos y fascinantes como Baiona, las Islas Cíes, las Isla de Ons, Xanxenxo o Vilanova de Arousa a bordo de una catamarán. Sin embargo, no hay camino de Santiago que se vea más afectado por las lluvias que el Camino Náutico. El tiempo determina la navegación, el fondeo y por supuesto el disfrute de las maravillosas localidades y playas de las rías Bajas.