O también el termómetro de lo que se
cuece en el sector y... más allá. No hay cita literaria más numerosa ni que
levante más expectación, y para algunos, expectativas. Tampoco la
hay que congregue a más periolistos y/o culturetas que
el fallo del Premio Planeta (en su edición número 61), salvo las del
Cervantes o los Príncipe de Asturias, pero esas son más solemnes y de protocolo más rígido.
Este
año se anticipaba morbosa, informativamente hablando. Y lo que son
las casualidades, una de las novelas finalistas ya lo anunciaba sin
pretenderlo: Choque de titanes se llamaba el original presentado a
concurso. Premonitorio el autor, que respondía al seudónimo de
Margan el Hispano (más leña al fuego), porque así se presumía la
cena en la que se anuncia el nombre de los premiados y a la que
asistieron, entre los mas de 1.000 invitados, Artur Mas, presidente
de la Generalitat, y José Ignacio Wert, ministro de Educación,
Cultura y Deporte, al que precedió una perla en forma de frase
pronunciada en el Congreso de los Diputados: “españolizar a los
catalanes”. Se desconoce si en ese momento se mordió un labio.
Obviamente,
y como se les presume a los políticos a los que en el sueldo se les
incluye la diplomacia y buenas formas, no hubo “dagas volantes”
pero tampoco un estrechón de manos que pudieran retratar los
gráficos. Ya entraron saludados a la cena, lo hicieron cuando se
encontraron en la entrada del Palau de Congressos de Catalunya. Eso
sí, la Cultura se convirtió en un simbólico árbritro y José
Manuel Lara, presidente del primer grupo editorial de España, actuó
como el mejor anfitrión de los dos ilustres invitados que declinaron
hacer declaraciones sobre cualquier cuestión espinosa. Ambos
siguieron el guión y solo se amontonaron un poco en el estrado,
cuando recibieron al ganador del premio, Lorenzo Silva, y Wert se
quedó durante breves instantes en un segundo plano. Nada grave que
no pudiera solventar Lourdes Maldonado, periodista de Antena 3tv y
conductora del acto, que recompuso en un pis-pas la
“foto de familia” .
Pero
no se quedaron atrás las dos novelas ganadoras presentadas con los
títulos provisionales de: Te protegeré (del ganador Lorenzo Silva)
y El búnker (de Mara Torres, finalista), que resultaron ser las
obras La marca del meridiano y La vida imaginaria. Todo una velada
llena de simbolismos. Hasta los protagonistas de La marca..., los
guardias civiles Bevilacqua y Chamorro, que fueron los que se
llevaron el Planeta, en el buen sentido de la expresión... se
entiende.
Pero
al final, no hay nada que no se arregle con diálogo. El mismo que
pidió José Manuel Lara interpelado el día anterior en la rueda de
prensa previa al premio. El mismo que pide cualquier cabeza bien
amueblada ante una supuesta independencia de Catalunya. “Diálogo y
diálogo” repitió el máximo representante del grupo Planeta, por
si quedaba alguna duda.
Y de
igual forma, porque dudas parece no haber pero sí oídos sordos,
volvió a solicitar Lara una revisión del IVA para el libro
electrónico, que se ha convertido en la cruz del gremio. Ese y la
piratería. Un sinsentido que parece no serlo para los legisladores
empeñados en que la población lea pero no parece que lo estén
tanto en proteger la Cultura, acosada por la peor parte de la
tecnología.
A este paso, nos vamos todos a Luxemburgo...
Texto y fotos: Merche Rodríguez