El día amaneció nublado y continuó así por el resto del día, exceptuando algunos episodios de sol radiante con otros de ligera lluvia. Lo que se aventuraba como una de los retos de la temporada se quedó en un fantástico y relajado paseo en barco hasta el interior de la ría de Vigo hacia San Adrián de los Cobres. Esta parada fue uno de los cambios que hicimos en el itinerario para aprovechar el viento a nuestro favor y empezar una jornada tranquila y también para poder disfrutar de uno de los mejores restaurantes de la zona: Mauro.
Después nos esperaba lo que se suponía iba a ser la peor jornada de la semana con grandes olas, viento fuertey navegación contracorriente. Por primera vez me tomé una pastilla contra el mareo y me dejé llevar. Sin embargo el trayecto fue mucho mejor de lo esperado y aunque hubo algunos movimientos bastante bruscos en ningún momento nos encontramos mal ninguno de los pasajeros.
Así llegamos a Baiona donde pudimos disfrutar de un fantástico paseo de unos dos km alrededor de la fortaleza de Monterreal con unas preciosas vistas hacia la costa y hacia las propias murallas y algunos momentos interesantes como el del encuentro entre culturas o el monumento a los marineros. De allí al parador donde deje a mi grupo para que disfrutase de la cena.
Sin embargo creo que ninguna de las 3 personas de mi grupo van a ser capaces de sacarle todo el partido a este viaje y es que no beben nada de alcohol y comen lo justo, por no decir que muy poco Pero Dios mío, ¿Como puedes venir a Galicia si no te gusta comer ni beber? Estás perdiéndote una parte muy importante de la experiencia.
En Mauro se pidieron una ensalada para los 3, pero los camareros dijeron que tenían que pedir algo más y pidieron una degustación de croquetas de todo tipo, me dijeron que no lea había gustado nada. Era la primera vez que probaban las croquetas pero me dejaron muy claro que para nada era su tipo de comida. Algo similar les pasó en el Parador donde pidieron un arroz con Bogavante, y aunque les gustó el sabor dijeron que fue excesivo trabajo comer el bogavante. Cuestión de culturas.
Yo me fui a dar un paseo por el casco histórico, comí algo más ligero y entre una cosa y la otra se hicieron las 10.30 y decidí que ya era hora de regresar al barco para poder dormir abordo.
Seguro que alguna vez has vivido ese momento en que aparcas tu coche en el centro comercial y luego no recuerdas donde lo dejaste y pasas un mal rato intentando encontrarlo. Pues lo mismo me ha pasado a mi con el barco. Lo primero que pensé fue : ¡madre mía pero cuanta gente tiene barco! Había decenas y decenas de barcos por todos lados y por la noche con poca luz todos me parecían iguales. Además se me acababa de terminar la poca batería que me quedaba en el teléfono, por lo que no podía contactar con el Capitan y he pasado un buen rato hasta que finalmente he conseguido encontrarlo. En fin … sin palabras pero de todo se aprende.
Ya es medianoche y toca dormir . Siento un ligero movimiento pero es como si me acunaran ligeramente por lo que creo que sin duda dormiré bastante bien esta noche. Hasta mañana ☺️