La antorcha ya estaba viajando de acá para allá, Londres cada vez más engalanada y vigilada, los deportistas en forma, y la vestimenta adecuada para la ocasión, ¿o no? El chándal olímpico sale a la luz y para muchos hubiese sido mejor que permaneciese en la sombra.
Muy pocas veces nuestro país se pone de acuerdo en una opinión, pero esta vez ha sido rotundo. Rechazo absoluto al chándal oficial que lleva el equipo español a los Juegos Olímpicos de Londres. Pero no es una sola crítica, la cuestión es que llueven comentarios negativos por todas partes.
Por una parte el estilo del chándal ha sido calificado de “hortera” y es que lo que no podemos negar es el poco acierto del estampado y forma de la vestimenta olímpica española. Las prendas que lucieron los deportistas en el desfile de la gala inaugural no recibieron tantas críticas, incluso gustó el ya clásico gorro que, a parte de llamar mucho la atención, es un distintivo “made in Spain”. Pero llegamos a la ropa que estamos viendo día tras día en televisión, el chándal olímpico. Un prenda muy ornamentada y con detalles en muñecas y tobillos que no pegan demasiado con la ropa de deporte. Llamar la atención, sin duda es uno de sus aciertos.
Y he aquí una cuestión, ¿es tan importante la vestimenta de los deportistas? Ellos van a competir, a mostrar que todo el trabajo realizado puede merecer una medalla o un reconocimiento, no van a lucir sus trajes ni sus cuerpos, que a veces son el punto de mira del público. Nos olvidamos que es un evento deportivo y no una pasarela o un escaparate.
Ahora bien, también está sobre la mesa el tema de identificarse con aquello que llevamos puesto y de reflejar el sentimiento o el carácter español. Los deportistas deben sentirse cómodos con lo que llevan puesto, cómodos para competir, que no sea un problema o un inconveniente ponerse el chándal, y a este respecto, los únicos que pueden quejarse o no son ellos.
Muchos se quejan de que el chándal olímpico no muestra la cultura española, no lo transmite, y es que es difícil que una marca ruso-italiana como es la Bosco Sport (empresa encargada de vestir al equipo español en los JJOO) pueda incluir la esencia española en la ropa. Pero no solo eso, este evento deportivo a nivel mundial es un buen momento para dar a conocer el talento del país, para apostar por producto nacional y para decir al mundo que España está muy viva y que la creatividad española es algo inimitable. Otros países han adoptado la máxima de sacar todo el partido a su creación propia y han encargado sus trajes para el evento olímpico a diseñadores de la casa. Reino Unido se ha vestido con los diseños de Stella McCartney, EE.UU. es fiel a Ralph Lauren e Italia ha encargado los diseños a Prada para los regatistas y a Giorgio Armani para vestir a los demás deportistas.
Diseño de Stella McCarteney (R. Unido) // Diseño de Ralph Lauren (EEUU) // Diseño de Giorgio Armani (Italia)
Pero aquí es donde entra en juego el dinero, ya estaba tardando. Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español ya dijo en su momento, “entre pagar millón y medio de dinero público y que sea gratis, no hay discusión”. Al parecer la empresa deportiva también ha aportado la mitad del presupuesto que necesita el equipo olímpico español para estos juegos, el alojamiento y el transporte en avión corre de su cuenta.
Pero esto no resulta algo nuevo, no siempre España ha ido vestida por una marca española. En Barcelona 92 Kelme fue la encargada de diseñar la vestimenta del equipo olímpico, con el príncipe a la cabeza como abanderado. Otra marca española fue la elegida tanto en Atlanta 96 como en Atenas 2004. John Smith (casa manchega, a pesar de que su nombre sea anglosajón) combinó el azul y el blanco en el 96 y luego utilizó los colores de la bandera en 2004, una opción muy recurrida. El cambió de siglo también tuvo sus olimpiadas y España optó de nuevo por producto nacional, la marca Fumarel hizo del traje olímpico un verdadero símbolo patrio, hasta tres escudos en un mismo chándal, y el típico abanico en el desfile.
Kelme para Barcelona 92
Diseños de John Smith
Pero hasta aquí ha llegado el amor por nuestra moda. En 2008 el COE optó por la marca Li-Ning. Y el asunto comenzó aquí, dicha marca ofreció dinero al Comité Olímpico por diseñar los trajes, cuando siempre había sido al revés. Como todos, a lo bueno nos acostumbramos rápido, esta vez ha pasado lo mismo. Bosco Sport nos hacía recibir dinero, ¿para qué pedir más?
La estética es algo fundamental actualmente, más de lo que debería quizás. Todo tiene que ser bonito, por encima de ser funcional, y muy posiblemente nos estemos equivocando. Estética y dinero, un factor dominante, manda demasiado y muchos se olvidan de que si nosotros mismos no confiamos en los nuestro, ¿quién lo hará?
Ana Bueno