Revista Viajes

Cuadernos itálicos (VI): Roma, día 5 / Volterra

Por Esperanza Redondo Morales @esperedondo

Cuadernos itálicos (VI): Roma, día 5 / Volterra

Anfiteatro de Ostia Antica

Sábado, 21 de agosto de 2010. Este día dejamos Roma a media mañana, así que a primera hora nos acercamos en coche hasta Ostia Antica, el antiguo puerto romano, que hasta entonces yo solo conocía principalmente por las traducciones de latín en el instituto. Esta visita la decidimos casi a última hora, y fue una de las que más me gustó, no sé si por lo inesperada. Me sorprendió sobre todo lo extraordinariamente bien conservadas que están la mayoría de las ruinas, incluso los mosaicos que, como en las termas de Caracalla, están al aire libre. Como llegamos muy temprano estamos casi solos, y es una gozada poder pasear por allí tranquilamente, visitando todos y cada uno de los edificios, el anfiteatro en el que en la actualidad se suelen dar conciertos, y hasta el bar (termopolium), con sus mostradores para servir la comida, sus mosaicos con el menú del día, y su terracita en la parte trasera.
Después nos dirigimos a las catacumbas de San Callisto, a las que llegamos por los pelos porque son las 11'15 y nos dicen que justo a las 11'30 hay una visita guiada en español. Esta visita es genial, porque el guía que nos lleva por las catacumbas es divertidísimo; de hecho hasta se me olvida a ratos que estamos a unos cuantos metros bajo tierra... Estas catacumbas tienen 20 kilómetros de túneles, aunque el recorrido que haces durante la visita es de solo unos 300 metros. Por último, nos despedimos de Roma y ponemos rumbo a Volterra, con un calor asfixiante y el aire acondicionado del coche estropeado...

Cuadernos itálicos (VI): Roma, día 5 / Volterra

Fortaleza Medicea de Volterra

Junto con San Gimignano, Volterra es una de las ciudades que me ha recomendado un amigo italiano; como no nos da tiempo a visitar las dos, nos decantamos por Volterra principalmente por motivos prácticos, ya que el desvío (tenemos que estar a última hora en el hotel de Florencia) es algo menor. Después de dar curvas y más curvas por una carretera que haría las delicias de cualquier motero que se precie (atención los que se mareen, porque la carreterita se las trae), lo primero que llama la atención de Volterra es su imponente muralla medieval. Por supuesto, está absolutamente prohibido entrar en la ciudad con cualquier vehículo de motor, aunque te facilitan bastante lo de soltar tu coche porque hay unos cuantos aparcamientos gratuitos y uno, de pago, que es el que se encuentra más cerca del centro histórico. Nosotros decidimos aparcar en el de pago, más que nada porque llevamos el coche cargado con las maletas y nos parece que estará más seguro en un aparcamiento cubierto. La muralla de Volterra tiene cuatro entradas, pero da lo mismo por cuál de ellas decidas entrar: se suele decir que todos los caminos llevan a Roma, pero en el caso de Volterra todos los caminos llevan a la piazza dei Priori.

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Palazzo dei Priori

Esta plaza está presidida por el palazzo dei Priori, que data del siglo XIII y es la sede de gobierno más antigua de toda la Toscana. Este palacio parece ser que sirvió como modelo para el palazzo Vecchio de Florencia (no tengo ni idea de si esto es realmente así o no, pero sí observé, cuando después fuimos a Florencia, que efectivamente el palazzo Vecchio y este son muy parecidos).
Otro edificio que no podemos perdernos si visitamos Volterra es la catedral, construida en los siglos XII y XIII y en cuyo interior destaca el fresco "La procesión de los reyes magos", de Benozzo Gozzoli. Muy cerca de ella está el Museo Diocesano de Arte Sacra, que alberga vestiduras eclesiásticas, relicarios de oro y junto a él hay también una pinacoteca con una colección de arte local.
Algunos sitios también interesantes de Volterra son el Museo Etrusco Guarnacci, del que dicen que es de los mejores museos etruscos de Italia, y todas las piezas expuestas en él fueron encontradas en Volterra. También hay un teatro romano que está bastante bien conservado, aunque después de haber visto el foro romano y las ruinas de Ostia Antica, cualquier otra cosa con la que los compares siempre sale perdiendo... La fortaleza Medicea fue construida en el siglo XIV, aunque en la actualidad alberga una prisión. Y en el Parque Arqueológico se encuentran unos cuantos restos (sobre todo tumbas) de la época etrusca, aunque son muy escasos; curiosamente, los habitantes de Volterra suelen ir al parque para pasar el día de picnic.
Pero sin duda lo mejor de Volterra fue poder pasear por sus calles empedradas, descubrir rincones escondidos, y desde luego ver cómo toda la ciudad estaba adornada con guirnaldas de flores, estandartes y carteles. Después nos enteramos de que todos los años, el tercer domingo de agosto, se organiza una fiesta medieval (conocida como Volterra AD 1398) y aquello se engalana para la ocasión; incluso vimos a algunas personas que estaban practicando el tiro con arco en la piazza dei Priori, al lado del palacio. Desde luego, si lo llegamos a saber antes, posiblemente habríamos dejado la visita a esta ciudad precisamente para el día siguiente; pero la agenda mandaba y no pudo ser...
Tras dejar Volterra nos dirigimos hacia Florencia, ciudad en la que vamos a pasar tres noches, concretamente en el hotel Cardinal; su ubicación es excelente, pero todo lo demás supone una aventura de las que no se olvidan.

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