Prácticamente el mismo día en que se puso a la venta esta novela, ya estaba en mis manos. Fue casi por casualidad, mi librera me contesto por mail que ya tenia un libro que le había encargado, entonces yo pase a encargarle este de Willy, a lo que me contesto, -me ha llegado hoy, como ya estaba advertida te lo pedí, aquí lo tengo-. ¿No es fantástica mi librera?
Cuadrante Las Planas es una de esas geniales novelas con las que te cruzas muy de vez en cuando, una de esas novelas en las que las neuronas trabajan duro y velozmente. Ya nos tiene acostumbrados Willy a las tramas nada convencionales, y en esta novela, la cosa no iba a ser diferente.
Sera Idókiliz Gandiaga es el protagonista de una huida. Afincado en Las Planas, territorio inhóspito, desértico, caluroso y abandonado de cualquier forma de vida, Sera vive la vida sin más molestias que el paso del tiempo. Un contrato verbal de dos años lo mantiene a salvo en un chamizo en medio de la nada. Sera, mitad vasco y mitad gallego, y criado en Bilbao, cree que su vida corre peligro por haber salvado quizás la vida a un policía. Cuando el dueño de la chabola viene a romper el contrato verbal antes de tiempo, Sera huye através del desierto enfrentándose al polvo y al calor, a todo tipo de personajes extraños y a un sinfín de situaciones limite que mezclaran realidad con delirio. Cuadrante Las Planas es un lugar incierto en el espacio tiempo, un lugar que enfrenta a Sera con sus demonios más íntimos, un lugar áspero y caluroso plagado de imágenes subjetivas donde el lector ha de estar atento a cualquier movimiento.
Sera huye porque de donde viene un acto como el suyo puede costarte la vida, porque de donde viene, la visión de la vida para muchos es solo una, la suya. Muchos son los que han marchado como Sera por expresar su opinión en voz alta o por su valentía. Willy nos muestra en esta novela las visiones de una sociedad como la vasca, los prismas con los que son mirados los hechos según quien los mire. Willy ya nos enseñó en Se que mi padre decía una sociedad asfixiante y arraigada, en Cuadrante, va un paso mas allá y nos enseña las consecuencias de enfrentarse a ese mundo tan cerrado y hostil.
Cuadrante es una novela de múltiples lecturas y un duro trasfondo, donde muchas cosas no son lo que parecen, igual que en la vida real.
Que Willy haya publicado en Tusquets nos demuestra la calidad que ya venía deslizando en sus anteriores novelas; sin embargo, en Cuadrante ya se concluye como un gran narrador de historias redondas, increíbles, extraordinarias, abriendo múltiples caminos y manteniendo la fuerza de la narración.
Cuando acabé el libro, al pasar la ultima pagina y cerrar el libro me dije – ostia! me cago en la put..! A los diez minutos mi cerebro chisporroteaba y mis neuronas unían hechos, palabras y situaciones. Entonces llamé a mi amiga L que también se estaba leyendo el libro. Después de una acalorada conversación de casi una hora llegamos a convergentes opiniones sobre la trama, el final y el conjunto del libro. Solo así pude dormir.
Cuadrante Las Planas recuerda a tiempos a las increíbles novelas de Cormac McCarthy por su belleza en las descripciones de los inhóspitos parajes y por la dureza a la que se ven sometidos sus personajes.