Mirando a nuestro entorno, paso revista a todo lo que se llama libertad, y me encuentro con una cantidad de hechos y definiciones sin que una conciencia objetiva de su sentido, me permita elegir, que es y que no es libertad, donde se encuentra y donde no.
Solo cuando me guía un auténtico interés por la libertad descubro en esta multiplicidad lo que me habla como libertad, porque yo mismo, soy libre en potencia. La libertad se quiere y se tiene cuando se encuentra presente el sentimiento de su posibilidad. La Masonería, ha llevado el concepto de libertad a la esencia espiritual y ha dado una forma accesible a lo libre, al colocarlo en el plano de lo virtuoso.
Ser libre u obrar en libertad dentro de la Masonería, es encontrarse libre de ataduras principalmente dogmáticas en lo que se refiere a toda cuestión que de entrada al razonamiento. Esa libertad intrínseca del individuo, también es considerada por la Masonería como la esencial materia prima de su evolución.
Pero, no debemos hablar de una libertad institucional, porque entonces el árbol estaría tapándonos el bosque, debemos considerarla desde un punto de vista existencial, y es allí, donde vemos que la Orden se hace sumamente sutil y objetiva, porque , como todos nosotros sabemos, la Masonería, es un estado del alma.
La libertad, es siempre el Ser de la existencia, no de una trascendencia; es la palanca, gracias a la cual capta la trascendencia a la "existencia", pero, solo porque esta "existencia" es ella misma en su independencia.
Un filósofo de la edad media nos decía, que en el saber, todavía no somos libres, pero acotaba, que sin conocimiento no hay libertad. De esta libertad, y de una aplicación consciente del libre albedrío, y bajo el conocimiento y respeto de la ley, es de donde emana el orden. La precisión matemática y el orden conducen a un buen resultado. La precisión del orden en nuestro ordenamiento jurídico, ordenamiento moral, ordenamiento legal, surgen precisamente los frentes de fuerza de donde la Orden se nutre de legalidad y proyección.
En cierta obra de Epifanio Mendez Fleitas, se mencionaba que debía haber orden, para que hubiese libertad. Esta aberración política es inconcebible como concepto filosófico, por la fundamental razón de que el orden, surge precisamente donde hay libertad. Por esta razón considero como alguna acotación agregada a este trabajo , podríamos definir también lo que es una forma de sentir la libertad, de tal manera que ella se haga carne en nosotros; se funda en los fondos conceptuales de nuestro criterio intrínseco y nos remita a la conciencia de que la libertad de esta elección no es precisamente la libertad de elegir, que solo existe cuando no hay estorbos exteriores que impidan realizarse tranquilamente a la elección, sino que objetivamente inconcebible pero conciente de si misma como libre origen, es el auténtico sentido incomparable del MODO ABSOLUTO.
Porque en ella, me hago absolutamente responsable de mi mismo, mientras que desde fuera, se me hace responsable de la acción según su mera facticidad. Siempre he tenido en cuenta cuando se han tratado estos temas, la falsa libertad. Yo más bien lo considero como una huida de la libertad, para caer en las manos del vicio, o del pecado, como lo manifestaba Tomás de Aquino en su ORATORIUS.
Ese escape de la libertad, es el que nos envuelve y nos hace pensar que el hombre que ha probado la libertad originaria, haciéndola fundamento de si mismo, no reconocerá a partir de ese momento, como auténtico ser, más que el ser de la libertad.
Surge el temor del compromiso; algunos autores, como Erich Fromm lo han designado como miedo, y Humberto Eco lo define como pánico ante la idea de actuar en libertad. Y este es el punto que considero clave y que merece que lo definamos; no queremos ser reales, sino nada más allá de lo posible y necesario, mis reflexiones y proyectos, no imponen, como tales, ningún resultado en el sentido de decisión; no solo la intelección de los hechos, siempre insuficiente, sino incluso la intelección rematada en la idea de un fundamento para resolver.
La elección, en tanto no se realiza, implica algo incierto, y , por tanto es inquietante. Necesita de una incertidumbre insuperable. Si esta falta, ante la decisión que nunca se puede deshacer retrospectivamente, y que incluye la esencia de nosotros mismos, me espanto, porque yo no puedo saber contemplativamente cuando mi ser mismo está en plan de cuestionamiento.
Tal vez, la palabra licencia debamos asimilarla a licencioso por hechos, pero en estos casos, debemos tocarlo solamente en forma espiritual, porque se trata del ser consciente que opera con esos valores. De aquí, que la crisis del no saber, preceda a la certidumbre, la angustia, el retroceso momentáneo ante lo que no sé que es el último intento para evitar el falso camino y el último respiro antes de la decisión. La libertad, que es posibilidad en el saber, el albedrío, la ley, y la idea, dejan todavía por así decirlo un espacio vacío.
Si formulamos la pregunta de la "Libertad de que " se contesta mediante la destrucción de todas las objetividades y surge no obstante más apremiante el problema de la "Libertad para que ". Si no se lo que quiero, me quedo perplejo, ante las infinitas posibilidades, nos sentimos como si no fuéramos nada y tengo en lugar de angustia en la libertad, angustia y pánico ante la libertad.
Esta falsa libertad, así como la he concebido y desde el ángulo de la licencia, es la que crea en nuestros espíritus el falso orden, una anarquía, un desorden del pensar que es el que muchas veces, nos hace pensar, en muchos momentos, en diversas ocasiones, y hasta en pequeñas acciones , sin darme cuenta en el detalle, pero determinando en el conjunto mi ser mismo- realizo los pasos, en los cuales, gano o pierdo. Tal vez me resista a decidir; me ciego porque eludo el querer, la libertad por la cual estoy ligado me llena de pánico a causa de que decido algo para siempre; a veces, queremos apartar la responsabilidad y dejar que los hechos acontezcan, sencillamente.
El hecho de abrazar la libertad o de escapar de ella es la manifestación desplegada en el tiempo de lo que yo soy. Cada forma de libertad, tiene sentido, respecto a una traba que como necesidad, es para ella resistencia o Ley u origen, y es allí, donde llegamos a la definición de LIBERTAD Y NECESIDAD.
La conciencia de la libertad, se desarrolla en contraposición con la necesidad o en unidad con ella.
Una libertad que haya superado todas las oposiciones, no es nada más que un fantasma. Y para concluir, quisiera traer a colación una frase conceptual de Heguel: "la libertad absoluta, es notoriamente, o bien un mito del ser de la divinidad que se piensa a si misma teniendo de esa manera, sentido como cifra, o bien la aclaración de una forma de conciencia absoluta que se realiza en el conocer y entonces capta algo verdadero. en ambos casos, se la piensa como libertad real".
Ángel Pérez Pardella Luchessi/ Fraternus