
Cada vez más estudios apuntan a que la eficacia de este nutriente esencial depende no solo de cuánto se consume, sino de cómo se absorbe
El Omega 3 es uno de los nutrientes más investigados y recomendados de las últimas décadas. No es algo casual: la ciencia respalda su papel en la protección cardiovascular, el mantenimiento de la función cerebral y el cuidado de la visión. Pero a medida que los consumidores se vuelven más exigentes y mejor informados, surge una pregunta clave: ¿todos los Omega 3 son iguales de efectivos? No basta con fijarse solo en la cantidad indicada en la etiqueta; entender cómo el organismo procesa el Omega 3 puede marcar la diferencia entre un complemento alimenticio eficaz y uno que apenas se aprovecha.
¿Qué es el Omega 3 y dónde se encuentra?
Los Omega 3 son ácidos grasos poliinsaturados esenciales, lo que significa que el organismo no puede producirlos y necesita obtenerlos a través de la alimentación. Sus fuentes más conocidas son los pescados azules (como el salmón, la sardina, la caballa o la anchoa), pero también aparecen en alimentos vegetales como las nueces o las semillas de lino y chía.
De los distintos tipos de Omega 3, dos destacan por su relevancia: el EPA (ácido eicosapentaenoico) y el DHA (ácido docosahexaenoico). Ambos cumplen dos funciones clave: el primero contribuye a la salud cardiovascular, mientras que el segundo es un componente estructural del cerebro y la retina. Aunque existen alternativas vegetales como el ALA, su conversión a EPA y DHA dentro del organismo es limitada, de ahí la importancia de las fuentes animales o de complementos alimenticios específicos.
Las distintas presentaciones del Omega 3 y su absorción
No todos los complementos alimenticios de Omega 3 aportan este nutriente de la misma manera. En el mercado conviven tres presentaciones principales:
Ésteres etílicos: Son habituales en muchos suplementos por su bajo coste de producción, pero el cuerpo no los absorbe con la misma eficacia.
Aceites naturales: Presentes en el pescado y otros alimentos, se encuentran en forma de triglicéridos.
Triglicéridos reesterificados: La forma más próxima a la natural, idéntica a la que el cuerpo reconoce y utiliza con mayor facilidad.
Distintas investigaciones han demostrado que los Omega 3 en forma de triglicéridos se absorben mejor que los ésteres etílicos, lo que se traduce en una mayor biodisponibilidad. Dicho de otro modo: la cantidad indicada en la etiqueta se acerca mucho más a la cantidad real que el organismo aprovecha.
Principales beneficios del Omega 3 en la salud
La lista de los efectos beneficiosos del Omega 3 es amplia, pero algunos se han consolidado como indiscutibles en la evidencia científica:
Corazón y vasos sanguíneos: El EPA y el DHA ayudan a mantener niveles saludables de triglicéridos en sangre y favorecen la elasticidad de las arterias.
Cerebro: El DHA es esencial para las membranas neuronales y se asocia con una mejor memoria y concentración.
Ojos: También es un componente fundamental de la retina, lo que contribuye a una visión cuidada y a la protección frente a procesos degenerativos.
Nuevo Omega 3 Premium de Aldous Bio
Aldous Bio, la marca de complementos alimenticios más vendida en Internet en España, ha lanzado el Omega 3 Premium Aldous, que responde precisamente a la demanda de un suplemento de Omega 3 en la forma más eficaz: los triglicéridos. Aporta 1500 mg de Omega 3 por dosis diaria, con una combinación de 1000 mg de EPA Y 500 mg de DHA.
Este complemento alimenticio de Omega 3, fabricado en España, se presenta en un envase libre de plástico alineándose con una tendencia de consumo cada vez más consciente y sostenible. Ya está disponible en aldousbio.com y se posiciona en el segmento premium del mercado, dirigido a quienes buscan no solo cantidad, sino calidad y confianza en el suplemento que incorporan a su rutina.
Asimismo, otros complementos de Aldous Bio pueden encontrarse en plataformas como Amazon y en cadenas como El Corte Inglés, Carrefour, Decathlon o Herbolario Navarro.
Elegir un complemento de Omega 3 no debe reducirse a fijarse en la cantidad total declarada en la etiqueta, la clave está en su forma química y en la proporción de EPA y DHA, factores determinantes para que el cuerpo lo absorba y lo utilice de forma eficaz.

