Revista Economía

¿Cuál es el problema?

Publicado el 02 octubre 2011 por Pacolopez

En mi opinión el problema no es Grecia, sino que la crisis es la primera crisis global y no tenemos los medios para resolver crisis globales. Quizás porque nunca las ha habido de esta dimensión. De hecho la estamos tratando de resolver con soluciones parciales, locales o como máximo regionales. Para resolver crisis financieras globales necesitamos instituciones globales poderosas y bien gestionadas. Y no las tenemos. Lo más parecido es el FMI, que nació en 1945 precisamente para evitar crisis financieras globales. Pero en el FMI estaba el “señor” Strauss-Khan, no pensando con su cabeza precisamente.

¿A alguien le extraña que hace unos días un broker de la City londinense se haya atrevido a decir que Goldman Sachs domina el mundo? Yo creo que tiene razón, porque en la arena financiera global GS es uno de los jugadores globales más eficaces y despiadados.

¿De dónde viene ese poder de GS? Del hecho de que no tiene enemigos de su peso. Las grandes multinacionales y las grandes firmas de inversión juegan en una liga superior a la que juegan los Estados. No tienen rival. No tienen a nadie serio que los controle y que regule sus actuaciones. Si alguien les molesta con normas restrictivas o con impuestos en un país o región del mundo (por ejemplo con la famosa tasa Tobin), pues sencillamente se marchan a otro. Las instituciones de carácter supranacional son ineficientes en general. El FMI ya lo hemos dicho. Pero la Union Europea en general y la Union Monetaria en particular, también.

Esta crisis no acabará del todo hasta que ese desequilibrio de fuerzas se solucione. Y me temo que tardaremos mucho. Probablemente años. Y mientras tanto los señores de las finanzas globales seguirán siendo los amos del mundo. Es posible que incluso la crisis acelere ese proceso. Lo cual me hace pensar que los money lords a lo mejor hasta hacen algo para que la crisis acabe, con tal de que no acabe su reinado. Se trata de dejarse ganar una batalla para no perder la guerra.


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