El mercado dermocosmético ofrece una gran variedad de productos destinados a diferentes partes del cuerpo. Podemos encontrar desde productos destinados al rostro, hasta otros destinados al cuerpo, manos o pies. Dentro de esta gama tan amplia, cabe preguntarnos si realmente existen diferencias entre todos estos tipos de productos. En este post te explicaremos las diferencias entre todos estos productos.
Diferencias entre la piel del rostro y el cuerpo
Aunque a simple vista toda la piel del organismo tiene la misma apariencia, existen diferencias muy importantes entre las diferentes zonas del cuerpo. Esto es así por una cuestión fundamental, y es que la función que va a desarrollar cada zona va a tener sus diferencias. Por ejemplo, la planta del pie y de la mano debe ser muy resistente para resistir el rozamiento constante con diferentes objetos, mientras que la piel de la cara tiene que ser lo suficientemente maleable como para poder transmitir las expresiones faciales (muy importantes en la comunicación).
Diferenciaremos entre dos tipos de factores que afectan a la piel: los factores internos y los externos.
Factores internos
En este grupo hablaremos de las diferencias fisiológicas de la piel entre un lugar y otro del organismo.
Espesor de la piel
En primera instancia hablamos del diferente espesor de la piel. Ya sabemos por otros posts escritos que la piel tiene tres tipos de capas diferentes: epidermis, dermis y tejido subcutáneo. Mientras que todas están presentes en la piel, su grosor es diferente en función de la zona del cuerpo. Por ejemplo, el tejido subcutáneo tiene un grosor importante en la zona de la tripa mientras que en el rostro es casi imperceptible.
La diferencia en el espesor va a tener implicaciones muy importantes afectando a la diferente absorción de los productos que apliquemos sobre la piel. La piel del rostro tenderá a absorber más fácilmente los productos pero por el contrario también tendrá más problemas de sensibilidad.
Distribución glándulas sebáceas
El segundo factor importante es la diferente distribución de las glándulas sebáceas en el rostro. Como sabemos, las glándulas sebáceas son las encargadas de expulsar la grasa que recubre la piel. A mayor densidad de glándulas sebáceas, mayor cantidad de sebo se formará y por tanto sus acciones serán más notables. Si quieres conocer más al detalle como funcionan las glándulas sebáceas y su importancia para la piel, te recomendamos este post.
La zona T del rostro (frente, nariz y barbilla) tiene una densidad muy alta de glándulas sebáceas, mientras que otras zonas tienen una densidad menor (piernas, brazos..) y en otras no existen (palma de manos y pies).
Las glándulas sebáceas, además de permitir la aparición de ciertos problemas como el acné, también tienen una implicación muy importante en la hidratación de la piel. Zonas con mayor cantidad de glándulas sebáceas están más protegidas frente a la deshidratación que aquellas cuya densidad es baja.
La grasa también actúa como cemento para mantener unidas las células de la piel. En las zonas con menor formación grasa, se pierde esta capacidad de mantener compacta la piel y por ello son zonas con alta tendencia a descamarse.
Diferentes necesidades
Las diferencias de la piel implican que las necesidades de la piel van a ser muy diferentes y por tanto los productos que utilicemos sobre ella también tienen que ser diferentes.
Además, tenemos que pensar que el rostro es la parte más visible de las personas y por ello, los recursos destinados a su cuidado son mayores. La gente demanda productos de mayor calidad y efectividad. Las composiciones de los productos destinados al rostro suelen formularse con una mayor concentración de activos y más variados para adaptarse mejor a las necesidades de la persona.
Otros factores
Existen otros factores que también afectan al funcionamiento de la piel, pero cuya explicación es mucho más técnico y por ello no entraremos en su explicación.
Factores externos
La ropa
La ropa es un factor a tener muy en cuenta en el cuidado de la piel ya que la mayor parte del tiempo nos la pasamos vestidos. La ropa constituye una barrera extra para la piel. Sin embargo, hay zonas que habitualmente no están protegidas por la ropa: rostro, cuello y manos. Estas zonas estarán más expuestas a los factores ambientales como el viento, el frío, el sol…
Factores ambientales
Sol y radiación ultravioleta, humedad ambiente, frío, viento… Cada uno de los diferentes factores ambientales ocasionará un efecto distinto sobre la piel, por ejemplo el frío y el viento potencian la deshidratación de la piel y por tanto las personas que vivan en zonas frías, tendrán mayores necesidades de hidratación.
Diferencias entre cremas faciales y corporales
Textura
Cuando se formula un producto que se va a aplicar sobre todo el organismo, su textura debe ser más fluida para una aplicación más fácil. En cambio, los productos faciales pueden contener texturas más espesas, indicativas de sus mejores cualidades hidratantes.
Presencia de ingredientes no comedogénicos
Como se ha comentado anteriormente, el rostro está repleto de glándulas sebáceas. Cuando estas glándulas se taponan, se produce una inflamación con la aparición de granitos. El acné cosmético se debe precisamente a este proceso, en el que aparecen granitos como consecuencia de la aplicación de productos faciales. Para evitar este proceso es importante formular los productos faciales sin ingredientes comedogénicos (aquellos con capacidad para taponar las glándulas). Por ello existen diferentes listas en las que se recogen una serie de ingredientes que se deben evitar:
Los productos faciales no deberían incluir ninguno de estos ingredientes.
Diferente sensibilidad
Entre otras funciones, la piel está encargada de protegernos frente a alérgenos, toxinas o contaminantes del exterior. La piel del rostro tiene un espesor inferior al del resto del cuerpo, viéndose comprometida esta acción protectora. Cuanto más fina sea la piel, más fácil penetrarán los alérgenos del exterior, y por tanto la frecuencia e intensidad de aparición de reacciones de tipo alérgico será mucho mayor.
Para evitar esta situación, es importante cuidar la formulación de los productos faciales, evitando la inclusión de ingredientes con capacidad para desarrollar estas reacciones.
Otras necesidades…. otra composición
La mayor exposición del rostro a factores ambientales como el viento o el frío, hace necesaria una mayor demanda de hidratación.
Rosacea, acné… son problemas que aparecen con mayor asiduidad en el rostro y por ello la gama de productos disponibles se limita en mayor medida al rostro. Por el contrario, otras afecciones como la dermatitis atópica, psoriasis… suele afectar en mayor medida al cuerpo.
A nivel estético también hay grandes diferencias. Las arrugas por ejemplo son un problema que preocupa muchísimo más en el rostro que a nivel corporal. Por tanto, la oferta de productos antiarrugas faciales es muchísimo más amplia que a nivel corporal. En cambio, encontraremos mayor oferta de productos anticelulíticos, lipolíticos… que obviamente van destinados al cuerpo.
Conclusión
Como hemos visto, cada zona del organismo tiene unas necesidades y peculiaridades. Esto hace que los productos que apliquemos sobre ella tengan una serie de diferencias que los hacen muchos más idóneos para su cuidado. En TheFarmaco te ofrecemos productos diferenciados por la zona de aplicación para que encuentres el producto que mejor se adapte a tus necesidades ¿quieres entrar para verlo?