Revista Diario

¿Cuál es la mejor solución para curar las grietas del pecho?

Por Una Mamá (contra) Corriente @Mama_c_corrient
Pasito a pasito he llegado al ecuador del embarazo.

Aunque confieso que aún no me he dado permiso del todo para creer que estoy viviendo de nuevo esta magia de la vida, inevitablemente me encuentro con frecuencia pensando en cómo serán las cosas dentro de unos meses.

Unos miedos ya no están

En nuestro caso – lo he dicho muchas veces – el paso de uno a dos hijos fue brutal.

Había muchas dudas o incertidumbres en los meses previos, por ejemplo, cómo sería tener de nuevo un bebé o como sería atender a dos niños tan pequeños a la vez.

Es curioso porque a pesar de que Mayor no tenía ni dos años cuando me quedé embarazada, no era capaz de imaginarme con un nuevo bebé en los brazos. Es algo que no me sucede ahora. Me veo perfectamente con un bebé, incluso me hago a la idea de cómo puede ser físicamente, de la sensación, de los olores, del calor… Casi casi puedo tocarlo si cierro los ojos.

Me pasa igual con la familia. No era capaz de imaginarme con un hijo más, sin embargo ahora no me cuesta nada sumar un bebé a nuestro día a día.

Por suerte, algunas de esas dudas se han disipado ahora. Todo este proceso que hemos vivido en los últimos años ha sido un gran aprendizaje y no tengo miedo a los desafíos que ser familia numerosa nos pueda traer. Es más, soy plenamente consciente de ellos.

Pero otros temores permanecen

A pesar de lo anterior, hay un miedo que conservo del segundo embarazo: que la lactancia vaya mal.

Tras una lactancia fracasada con Mayor, la lactancia del Peque fue todo un éxito: tres años y medio de lactancia a demanda, que terminó con un destete natural y sencillo para ambos.

A lo mejor os parece curioso que después de una experiencia que sin duda calificaría de excelente siga teniendo miedo a que algo vaya mal. Pero así es. Soy muy realista y no he olvidado lo difícil que suelen ser los comienzos. Por ejemplo, el dolor de las grietas, cómo ponen en jaque la lactancia desde los primeros días… es algo que recuerdo como si fuera ayer.

Quizá tengo miedo porque la lactancia para mi fue algo maravilloso. Y para el Peque, que aunque ya hayan pasado algo más de dos años desde su destete, se sigue acordando muchas veces, y su tetita sigue siendo parte importante para él.

No se puede valorar algo que no se ha disfrutado. Yo no valoraba la lactancia de la misma manera tras haber fracasado con el Mayor. Pero ahora la valoro muchísimo porque la disfruté durante más de tres años y he experimentado lo increíble que es tanto para mi como para el bebé. Ahora tengo claro que fracasar en la lactancia sería un golpe durísimo que no me puedo permitir.

Las grietas, esas temidas enemigas

Mis hijos han tenido varias cosas en común. Una boquita muy pequeñita, poco abierta al mamar, y una madre inexperta que no sabía cómo colocarlos de manera que no destrozaran el pecho en cada toma.

Es increíble lo rápido que se forma una grieta, lo rápido que se pone fea, que sangra y que duele de manera insoportable. Desde mi experiencia, bastan 2-3 malas tomas para que tengas el pezón destrozado. Y a partir de ahí va todo cuesta abajo y sin frenos. O pones remedio de inmediato o la tortura de cada toma, las regurgitaciones con sangre y la desesperanza se hacen rápido con las riendas.

¿Cuál es la mejor solución para curar las grietas del pecho?

Mejorar la posición y agarre

Desde mi punto de vista, la postura es fundamental:

  • Si el bebé está bien colocado, es mucho más difícil que te haga un destrozo por un mal agarre.
  • Incluso cuando ya tienes la grieta, colocar al bebé en la mejor postura posible, intentando que haga el mejor de los agarres, es la única forma de corregir ese problema a corto, medio y largo plazo. Si el agarre no es bueno ya te puedes ir olvidando, puede que cures esa grieta, pero terminarás teniendo otra u otros problemas del pecho, provocados por ejemplo por un mal vaciado de la mama.

En mi caso, no sé si os acordáis, me salvó amamantar en la posición del balón de rugby. No es que sea muy fácil cuando estás en la cama con la cesárea recién hecha, necesitas ayuda para que colocar los cojines que te permitan colocar así al niño. Necesitas un poquito más de organización. Pero es una posición que permite un agarre muy bueno, que tu puedes controlar con mayor facilidad, asegurándote de que tiene la boca abierta al máximo antes de hacer la succión. Y al orientar su boca de manera distinta a la habitual en brazos, dejas respirar un poco esa grieta dichosa, al tiempo que vacías la mama desde otra orientación.

¿Lanolina para curar las grietas?

Al principio la usé bastante pero hasta que no me dieron un buen consejo, sinceramente creo que la estaba usando mal.

Embadurnarse con ella no sirve para nada si cada vez que pones al niño al pecho el agarre es malo y la crema está seca.

Yo personalmente no noté que curara en absoluto. En aquellos primeros días solo percibí que manchaba muchísimo la ropa y poco más.

Lo que mejor me funcionó es aplicarla justo antes de la toma, justo encima de la grieta y no más allá. ¿Por qué? Porque de ese modo la costra que se había formado sobre la grieta estaba húmeda durante la toma y el bebé no la arrancaba al mamar. Si cuando el bebé se pone a succionar pilla esa costra seca, en un momento la tienes levantada y de nuevo sangrando. Esta es una forma de evitarlo. Sin olvidar lo que os comentaba antes, que es fundamental: mejorar el agarre y mejorar la postura para no seguir machacando una y otra vez la misma zona.

Apósitos Nursicare para curar las grietas

No los he probado, los he conocido después. Juraría que estas cosas no existían en 2012. ¡Que ya han pasado unos cuantos añitos!

Os cuento que los apósitos Nursicare se colocan encima del pezón dolorido. Contienen una mezcla de glicerina con un agente limpiador, que unidos a una membrana de poliuretano semiempermeable hace que la herida cicatrice en menor tiempo, eliminando los causantes de las infecciones y asegurando la correcta transpiración de las grietas. Además no dejan residuos, si os preocupa que el bebé pueda chupar algo de restos a la hora de mamar.

Como os digo, yo no tuve ocasión de probarlos, pero precisamente los he conocido a través del buen boca a boca que tienen, por lo que en mi maleta para la clínica estarán. Desde luego, los casos reales que he visto en su web parecen prometedores.

No me parecen nada caros y además el envío es gratuito a través de su web así que creo que merece la pena probarlos.

¿Os apetece compartir contigo vuestra experiencia? ¿Habéis probado alguno de los remedios que os enumero? ¿Cuál es la mejor solución para curar las grietas del pecho?

Foto | Mothering Touch en Flickr CC

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