En la edición española de la revista Rolling Stone del mes de abril aparece el artículo de Matt Taibbi A la cárcel con los de Wall Street, donde recoge: “los delincuentes financieros derribaron la economía mundial, pero el sistema está haciendo más para protegerlos que para procesarlos”.
Esto lo constatamos, entre otras acciones, con la bendición del presidente de Francia Nicolás Sarkozy apoyando a Mario Draghi, presidente del Banco de Italia, favorito para presidir el Banco Central Europeo (BCE) la máxima institución financiera de la eurozona. La polémica está en que formó parte de la dirección del banco de inversión norteamericano Goldman Sachs.
En EEUU pasó lo mismo con la administración demócrata, que reclutó para sus filas a varios altos ejecutivos procedentes de los bancos Citigroup, Merril Lynch, Barclays Bank y otros tantos de poderosos fondos de inversión. Timothy Geithner, exsecretario del Tesoro, incorporó como propio jefe de Gabinete a Mark A. Patterson, registrado en la nómina del banco de inversión Goldman Sachs.
Y qué podemos decir de España, donde el gobernador de una institución independiente como el Banco de España mantiene una enfermiza dependencia del gobierno cargada de irresponsabilidad y dejación de las funciones que le corresponden. Lo que nos ha llevado de ser el referente europeo del sistema financiero a tener prácticamente el 50% de las entidades en quiebra.
Pero dónde están los responsables de esta situación, ¿cabe buscarlos en las filas de los partidos políticos de uno y otro lado? Estamos dispuestos a seguir pagándolo.
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