Se te pueden ocurrir docenas de buenas excusas para dejar para luego la tarea que te está esperando. Puedes convencer a todos, incluso a ti mismo, de que es una buena idea.
Pero no lo es si, más tarde, vas a encontrarte de cara con la misma tarea, que tendrás que terminar a prisa y, tal vez, atendiendo al mismo tiempo las tareas que salgan después.
¿De qué te sirve que tu " yo de ahora" se libre de la tarea, si tu " yo de mañana " lo va a pasar el doble de mal con ella?
La propuesta: Dale una patada a tu excusa de hoy, para liberar a tu yo de mañana de la tarea y del estrés de acabarla a tiempo.
¿Cuál es tu excusa para no ponerte con la tarea?
Hagamos un repaso por las excusas más recurrentes para ir despachándolas. ¿Te parece?
1. No sé por dónde empezar.
Es mucho lío. Estás abrumado, paralizado por la complejidad de la tarea. Y, mientras das vueltas al malestar que te produce, pierdes un tiempo valioso.
¿Una idea? Dividirla. En bloque impone bastante: - " Uff... Voy a tardar 4 horas en esto." Pero, si la divides en trozos más pequeños, intimida menos.
Ponte con uno de los trozos y date un período breve de tiempo para avanzar concentrado (20 minutos, por ejemplo). Después, haces un breve descanso y, acto seguido, te pones con el siguiente trozo. Antes de darte cuenta habrás avanzado bastante.
2. Hay tantas distracciones...
Es cierto. Demasiadas distracciones y cada uno de nosotros tiene sus favoritas, que son mucho más apetecibles que ponerse con el trabajo.
¿Una idea? Mira más allá. Con las distracciones ponemos el acento en el placer del momento presente. Nos olvidamos de las consecuencias positivas de hacer la tarea y de las consecuencias negativas de no hacerla.
- Piensa en las consecuencias positivas de quitártela de encima cuanto antes: podrás disfrutar a todo tren de lo que te apetezca.
- O piensa en las consecuencias negativas: el estrés, las prisas, las represalias... o las que sean en tu caso.
Deja que las consecuencias te motiven.
3. ¡Bah! Es muy fácil. Mañana la hago.
Una tarea muy fácil es la candidata perfecta para aplazarla. Piensas que te llevará poco tiempo completarla y la dejas hasta el último minuto.
Hay veces en las que la jugada no sale bien, porque se lleva más tiempo del que pensaste o porque la terminas de mala manera.
¿Una idea? Conéctala con algo más grande. La llamada pendiente tal vez sea poca cosa, pero forma parte de una relación. La pregunta de un cuestionario es poca cosa, pero sin ella el cuestionario no está completo.
Si lo "grande" es importante que funcione, vale la pena poner atención a la tarea fácil y pequeña.
4. No me gusta esta tarea.
No te gusta y, quizás, no puedas forzarte a que te encante. Es una medicina de mal sabor, como algunas que tomas cuando estás enfermo.
¿Una idea? Inspírate en la medicina. ¿Qué haces cuando necesitas tomarte una medicina que sabe mal? (Yo me las tomo rápidamente y sin pensarlo demasiado. A ti puede ocurrírsete otra cosa.)
La medicina no te gusta, pero te la tomas porque logras un bien con ello. La tarea es igual. No tiene porqué gustarte. Con que, en ese momento, te guste la razón principal por la que necesitas hacerla, es suficiente.
5. Demasiado difícil. No puedo hacerla.
La tarea es muy difícil. No intentas empezarla porque estás más pendiente de los obstáculos y de tu miedo al fracaso que de sacarla adelante.
¿Una idea? Piensa en lo que sí puedes hacer y en cómo vas a hacerlo. Así le quitas atención a dificultades e inseguridades para concedérsela a lo que sí va a ayudarte a progresar.
Si, al final, no atinas o no avanzas tanto como a ti te hubiera gustado, piensa que el fracaso real está en no hacer nada. Como sea, has avanzado.
Conclusión : Si eres creativo para inventar una buena excusa para no hacer la tarea, también eres creativo para dar con el modo de hacerla sacándole lo positivo.
Hazle la vida más fácil a tu "yo de más tarde" dándole una patada a la excusa.
Fuente http://tusbuenosmomentos.com/excusa-no-hacer-tarea