Revista Economía

¿Cual fue el origen del dinero y la banca? (I)

Publicado el 02 enero 2015 por Tino López @nosoloeconomia
Origen de la Banca y el Dinero
Hemos nacido existiendo ya el dinero y la banca en funcionamiento. Forman parte de nuestras vidas, es algo cotidiano.
Pero, ¿de dónde viene el dinero? ¿cuál fue el origen del dinero y la banca?

Vamos a resumir en varios posts el origen del dinero y de la banca. A continuación os presentamos el primero de ellos

Desde tiempos remotos,  el hombre ideó sistemas para dar valor a las cosas y poder intercambiarlas para satisfacer sus necesidades. Para ello,  primero se utilizó el trueque, después vino el intercambio y luego surgió el dinero (la palabra Dinero es derivada del latín denarium, el cual era una moneda que utilizaron los romanos para realizar sus actividades comerciales.).

Hay que tener en cuenta que, desde el principio de los tiempos conocidos, los seres humanos siempre hemos tendido a intercambiar “cosas” entre nosotros con la intención de atender nuestras necesidades no cubiertas. Siempre ha sido una actividad básica en todas las culturas.

¿Cómo empezó el trueque?

Al principio de los tiempos, el hombre conseguía de su alrededor las ropas para protegerse del frío, cazaba su propia comida y conseguía los materiales para fabricar sus propios utensilios. Era todo lo que el hombre necesitaba para sobrevivir, por lo que no podía intercambiar ningún elemento con nadie porque no le sobraba nada.

Más tarde el hombre se fue organizando y se agrupó en comunidades o tribus. Entre los miembros de las tribus se dividían las tareas: unos cazaban y otros recolectaban. Alguna vez quedaban algunos excedentes que se intercambiaban con los excedentes de otras tribus. Así nació el trueque. A medida que las comunidades se fueron volviendo más y más complejas, el trueque se hizo cada vez más corriente.

Y con el paso de los años, según se fue extendiendo el comercio alrededor del mundo, la gente comenzó a desplazarse mucho más a otras partes más lejanas para poder intercambiar sus productos, descubriendo otras comunidades que producían cosas distintas y llamativas diferentes a las que producían ellos mismos y que satisfacían sus necesidades. Siempre se intercambiaban objetos obtenidos de la naturaleza: conchas marinas, semillas de cacao, piezas de ámbar, marfil o jade, cuentas ornamentales, clavos, la sal,  ganado vacuno, etc.

Dificultades del trueque

El funcionamiento del trueque era un tanto complicado, ya que para realizar los intercambios de las mercancías entre 2 personas debía existir entre éstas varias coincidencias: que ambas quisieran intercambiar mercancías en ese momento, que ambas lo hicieran para satisfacer una necesidad, y que la valoración de las mercancías que ambas se intercambiaban fuera muy similar.

Y aquí estribaba otra dificultad del trueque: cómo se determinaba el valor del elemento que se intercambiaba, cómo sabían las 2 personas que lo que se estaban intercambiando entre ellas valía prácticamente lo mismo.

En vista de lo anterior, se hizo necesario crear o encontrar algún medio que sirviera para valorar todas las mercancías y servicios que existían en los mercados, y que fuera igualmente aceptado por todas las personas como forma de pago por sus mercancías.

El concepto de “dinero”

A medida que el intercambio crecía, tanto compradores como vendedores iban poniéndose de acuerdo acerca de algún medio de pago aceptable para establecer el valor de las cosas que se intercambiaban: ya se empezaba a utilizar el concepto de dinero.

Además de los elementos que intervenían en los intercambios que hemos descrito anteriormente (conchas marinas, semillas de cacao, piezas de ámbar, marfil o jade, cuentas ornamentales, clavos, la sal,  ganado vacuno, etc.), rápidamente empezaron a utilizarse los metales preciosos: oro, plata y cobre.

¿Y por qué utilizar el oro, la plata y el cobre para los intercambios comerciales? Porque podían ser valorados fácilmente, eran divisibles en unidades, eran duraderos y se podían transportar. Para valorar estos metales se recurría a su peso. Así, sólo era necesaria una balanza para pesar los metales para poder comerciar.

Pero el uso de los metales preciosos como medios de pago también tenía sus inconvenientes. Las balanzas para pesar los metales no siempre estaban presentes en el momento del intercambio de la mercancía. Además, también se comprobaba la calidad del metal, y eso llevaba un coste añadido.

Solución al uso de los metales como medio de pago

Una de las soluciones que se llevó a cabo al hecho de tener que llevar lingotes de oro o plata para pagar las mercancías era la acuñación o fabricación de monedas.

Desventajas de la acuñación de monedas

Sin duda la acuñación de monedas fue un gran avance en el desarrollo del dinero, ya que gracias a ellas no hacía falta llevar encima pesados lingotes de oro o plata. Pero seguía presentando algunos inconvenientes: la posibilidad de que el dinero fuera robado durante su transporte o almacenamiento, los altos costes de su transporte y la ausencia de percepción de retribución por las monedas en forma de intereses.

Primera etapa en el nacimiento de la banca: los orfebres

Los orfebres, conscientes del peligro de los robos y atendiendo a la necesidad de poner a buen recaudo las monedas y metales, vieron la necesidad de custodiar en las instalaciones en las que trabajaban los lingotes de oro y plata y las monedas que se acuñaban. Así, se ganaron la confianza de todos los propietarios de monedas y lingotes los cuales se los llevaban para que los custodiaran.

Estos son los primeros depositantes en la historia de la banca: los dueños de las monedas y de los lingotes. Cada vez que un depositante quería realizar una transacción comercial, acudía al orfebre y retiraba las monedas que necesitaba para ello. Como consecuencia de esto, a medida que esta practica se hacia más necesaria fruto del comercio, el orfebre empezó a cobrar comisiones.

De orfebre a banquero

Esta es la siguiente etapa en la historia de la banca.

Los orfebres se dieron cuenta de que no era necesario mantener depositadas en sus instalaciones todas las monedas. Pensaron que los depositantes podrían realizar pagos con los recibos de depósito que ellos mismos expedían por custodiar sus monedas, y que no era necesario que sacaran las monedas y metales preciosos de sus instalaciones para realizar sus transacciones comerciales.

Nace el concepto de Reserva Fraccionaria

Lo que hacían los orfebres era expedir recibos de depósito por un valor superior al que tenían las monedas de metal precioso que tenían en custodia. De esta forma, el valor del dinero o reserva que los orfebres tenían a su alcance para afrontar los retiros en monedas de oro y plata representaban solamente una fracción del valor total de los recibos de depósitos expedidos por ellos. Nació entonces el concepto de banca de reserva fraccionaria: los orfebres se convirtieron así en banqueros.

Seguiremos en próximos post escribiendo sobre la evolución de la banca en siglos posteriores, hasta llegar a nuestros días.

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