No es la primera vez que nos topamos con muestras del ingenio del pueblo de Madrid a la hora de rebautizar calles, espacios de la ciudad o locales, lo pudimos comprobar hace no tanto cuando supimos cuál fue el no muy recomendable Café de los Cagones (un sorbete de arroz era el culpable de este sobrenombre). Hoy nos quedamos muy cerquita de aquel lugar para descubrir cual, y sobre todo porqué, en Madrid estuvo el Café de la Pulmonía.
Si hoy nos damos un paseo por la Puerta del Sol, uno de los establecimientos más llamativos es la tienda de Apple, compuesta por varias enormes plantas. Por los mismos metros cuadrados que hoy deambulan cada día cientos de personas en busca de smartphones o tablets, muchas décadas atrás, transitaban los huéspedes del Hotel París, el que fuera durante mucho tiempo el espacio hotelero con más glamour de la capital.
Gran parte de su estatus y buena consideración era debido al café que se ubicaba en su planta baja, lugar de tertulias y de encuentro de personajes ilustres. Éste se llamaba Café de la Montaña abrió sus puertas en el año 1864 y entre muchos de los capítulos que se vivieron en su interior cabe destaca la disputa que tuvo, en 1899 el escritor Ramón Valle Inclán y que desembocó en la amputación y pérdida de su brazo.
Y entonces ¿Cuál fue el Café de la Pulmonía? ¡Pues éste mismo Café de la Montaña es el que los madrileños empezaron a apodar de este modo. El motivo fue que el café ocupaba una gran parte de la planta a pie de calle del hotel, daba a tres calles distintas (Calle de Alcalá, Puerta del Sol y Carrera de San Jerónimo) y contaba con 16 puertas. Esto, unido al constante trasiego de gente, hacía que en su interior, por un lado o por otro, siempre hubiese fuertes corrientes, que tarde o temprano, terminaban por enfriar a sus clientes, por lo que estos decidieron bautizarlo como el Café de la Pulmonía.