Me encanta lo que hago. Disfruto ayudando a personas y empresas a lograr mejores resultados e implementar tecnología que permita alcanzarlos, especialmente todo lo que tenga que ver con eficiencia y productividad. Últimamente he tenido por semana más reuniones de lo que hubiera querido, conociendo empresas que tienen modelos tradicionales para ayudarlas en el proceso de transformación digital: la implementación de tecnología para mejorar/reorganizar la forma en la que una organización se desempeña.
Particularmente en mi caso, si hay algo que prefiero evitar son las reuniones. Dentro de mi lista de cosas que matan la productividad incluyo en los primeros lugares a tener reuniones, contestar emails y mirar Facebook. Claro que hay un gran espectro de tipos de reuniones y de correos electrónicos, en lo que no vamos a entrar en detalle. A veces son muy necesarias, cuando están bien orientadas, y para el caso de las metodologías de trabajo que estamos implementando es importante tener varias reuniones para recabar información, conocer a las personas e identificar cuales son los puntos a mejorar en la empresa. Estos son el tipo de reuniones que no matan la productividad sino que la mejoran.
Con el paso del tiempo, y de todas las reuniones, pudimos ver que hay una gran barrera que se repite en las empresas y que impide el avance hacia la transformación digital.
La fórmula mágica
Es la idea por parte de la empresa de que hay una fórmula mágica para lograr la transformación hacia lo digital, donde la incertidumbre de no saber cómo lograr el ABC de esa receta impide dar el primer paso, el segundo y el tercero por miedo a romper todo en el proceso.
Pero hay una excelente noticia para todos los que estén considerando empezar el cambio digital en su empresa: no existe la fórmula mágica.
No hay un "camino correcto" para la transformación digital. Lo que si sucede, y lo podemos atribuir a todos los mejores negocios que implementan, es que dentro de la estrategia amplia del negocio, en el centro, se encuentran estos cambios vinculados a la reorganización en torno a la tecnología: pequeñas implementaciones antes que un cambio brusco generalizado. En vez de digitalizar todo, abarcando todos los niveles, procesos y acciones, empezar de a poco; con acciones controladas, medibles. El beneficio de este enfoque es que permite que la empresa sea ágil, pero también le da tiempo a adaptarse, asegurando una mayor aceptación por parte del personal, mayor capacitación y apoyo a través del proceso. El camino controlado hacia la transformación digital resulta en una mentalidad corporativa que fomenta el cambio y permite que se reproduzca, en vez de implicar un cambio drástico de la noche a la mañana.
Las personas en el centro
Aunque estemos hablando de transformación digital, es importante tener en cuenta que uno de los errores más frecuentes en este proceso es pensar que la tecnología es lo más importante. La tecnología es una gran ayuda, y debe estar en el centro de las decisiones que tomamos en este camino, pero en ese centro también deben encontrarse las personas. Trabajadores, clientes, proveedores. El verdadero elemento clave en este proceso son las personas.
A fines de 2016 Microsoft presentó un informe que realizó a 30 empresas en Australia que implementaron procesos de transformación digital: la investigación encontró que el "factor personas" fue el hilo más dominante a través de las respuestas para ayudar a las empresas a adoptar el cambio.
La empresa familiar
Algo que tampoco hay que ignorar es que en Argentina el 70% de las Pyme son empresas familiares; a la gran cantidad de obstáculos que estas empresas tienen que sortear -roles indefinidos, falta de planificación, salidas repentinas- la transformación digital se suma como uno de los procesos poco definidos y de mayor desconocimiento. Así, las empresas lideradas por distintas generaciones suelen dar el gran paso hacia la transformación digital en el marco de un proceso macro, o por el ascenso de algún familiar, o por un directorio que identifica la necesidad de generar esos cambios y cuenta con la libertad de hacerlo.
Para las Pyme argentinas aprovechar esta oportunidad significa sortear una serie de obstáculos, sesgos y procesos, pero es fundamental tener en cuenta que comenzar ahora ya implica una ventaja competitiva. El mismo informe presentado por Microsoft también reveló que incluso las empresas líderes australianas solo comenzaron su viaje de transformación digital en los últimos dos años; y que la mayoría cree que sus objetivos digitales se desarrollarán en los próximos cinco años. La Argentina no se encuentra lejos de esa situación y toda Pyme que comience ahora ya estará a la cabeza.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/2091128-cuales-son-las-barreras-para-la-transformacion-digital-y-como-tu-empresa-puede-superarlas