¿Cuáles son las cosas sobre Cuba que los extranjeros no creen hasta que visitan Cuba?

Que si no hay papel higiénico es que no lo hay. En ningún lado, en toda la isla. Ni siquiera si estarías dispuesto pagar 1.000 dólares por un rollo. No lo hay. Y punto.
Y nadie puede decir cuándo lo vaya a volver a haber. No es fácil, caballero!
Bueno, no sé cómo están las cosas ahora ya que yo hablo de un tiempo atrás, cuando Fidel todavía llevaba la batuta.
Otra cosa que sorprende es el impacto visual de estos coches americanos antiguos de los años 50. Son muy bonitos en las fotos que todos conocemos, pero cuando de verdad los tienes delante es una experiencia memorable.
Parece tan sureal que estos coches clásicos que caracterizan la imagen de las ciudades se usen como vehículos ‘normales’ para los quehaceres cotidianos, y que literalmente estén en todas partes. Al principio te sientes como transportado a una escena de una película de Hollywood de los 50…increíble. También son mucho más grandes e impresionantes de lo que uno se espera viendo las fotos. Grandes y preciosos.

En general, un viaje a Cuba es como un viaje en el tiempo. La isla es (era?) como una especie de museo enorme ya algo decaído, una estampa del año 1959, cuando Fidel Castro se hizo con el poder y congeló aquel mundo en el tiempo.
Un poco extraño parece este aire soviético en la isla tropical, con estos enormes retratos de Fidel y del ‘Che’ en pancartas, muros y paredes por todos sitios, y herócias proclamaciones como «¡Viva la revolución!» o «Si nos invaden, moriré combatiendo!» O «Hasta la victoria, siempre! ect.

La gente en general es muy amable, simpática y – a pesar de las penurias que viven muchos – muy divertida con un gran sentido de humor, y les gusta celebrar. Las ocasiones especiales se celebran con una comida, una buena botella de ron, música y baile. Y las ocasiones muy especiales, si se puede, con una matanza y luego pasanado las horas charlando y dándole vueltas al cerdo sobre el fuego, tomando ron y contándo chistes y anécdotas (los cubanos tienen un extraordinario repertorio de chistes de ellos mismos, su isla y ’lo cubano’). Y el cerdo asado mejor se acompaña con arroz, frijoles, yuca con limón y ajo, tostones y tomates. Esto sí que es un plato deliciocísimo, difícil de superar.

Pobrecillo…lo sé

A pesar del estado algo decaído del país, se nota que la población cubana es una sociedad educada y que prácticamente todos los ciudadanos del país han recbido una educación formal. El analfabetísmo es basicamente inexistente desde la campaña de alfabetización al principio de los años 60.
Cuba es (o era?) un país bastante seguro y uno puede moverse con libertad en casi todas partes sin miedo a que te asalten, roben o maten (con excepciones, por supuesto, como en todo el mundo). El ritmo de vida en general es tranquilo; no hay ni muchas prisas ni mucha impaciencia.
Cuba es color. El arte, la música y el baile están presentes en toda la isla, y los coches, los edificios, la gente y su ropa, el cielo azul, los bosques verdes, todo es muy colorido y alegre.

Siempre hay mucha gente en las calles, a todas horas. Sus ropas de colores llamativos, los vehículos peculiares, los mulos y caballos tirando de todo tipo de carruajes, desde graciosos hasta vertiginosos, pertenecen tanto a la imagen como los pollos, las vacas y los burros sueltos por las carreteras o, a veces, algun que otro cerdo en la playa.
De las playas no creo que haga falta hablar; arena blanca y fina, aguas turquesas y cristalinas, etc … pues, el Caribe. Genial, pero no lo que hace tan especial esa isla de las Antillas Mayores (hay muchas playas similares en el Caribe).

El transporte público es -digamos- «interesante». Las guaguas (los autobuses), especialmente algunos urbanos, hay bastante peculiares y generalmente abarrotados de gente, y un viaje en unos de los autobuses de larga distancia puede llegar a ser una auténtica tortura debido a las «modestas» condiciones de las carreteras que obligan incluso en la autovía a ir a muy poca velocidad (creo recordar que Santiago-La Habana eran unas 16+ horas).

Nota: hay autobuses -y coches- más modernos que estos, yo aquí quiero mostrar las bonitas peculiaridades que se ven en el país y las que lo hacen tan único visualmente
Cuba es preciosa; colorida, diversa, bulliciosa, emocionante, alegre, única. Es un lugar como no hay otro en el mundo.
No sé si Cuba va a conservar esto en el futuro. Después de todo, ¿quién quiere vivir perpetuamente en un ‘museo’, en una estampa de tiempos pasados, y mantener un coche de 60-70 años de edad para ir al trabajo todos los días? Y en todo caso, ¿durante cuánto más tiempo será eso posible, cuánto tiempo podrán seguir en las calles?
Estos grandes viejos clásicos americanos conforman una parte no insignificante del encanto visual de este país, el único lugar del mundo donde se los puede contemplar en las calles y montarse en uno para que te lleve a la Casa de la Trova.

Cuba es definitivamente un destino de «bucket-list», pero uno que quizás no debería posponerse por mucho tiempo.