Rojas, moradas, amarillas, naranjas o blancas, México posee más de 90 tipos de tuna y es el principal productor de este particular fruto en el mundo.
La tuna no solo es un delicioso manjar que puede comerse recién cortado por la mañana o refrigerado a medio día para refrescarse y deleitarse, también esconde diversas propiedades nutrimentales y hasta medicinales que muchos desconocemos.
Investigaciones cinetificas han encontrado que las tunas contienen un pigmento llamado batalaínas, el cual se ha comprobado poseer un pronunciado efecto antioxidante. Estos pigmentos se encuentran presentes en todas las variedades de tunas, incluso en las blancas.
También se han identificado otro conjunto de compuestos de la tuna que contribuyen a potenciar sus efectos antioxidantes, a saber: compuestos fenólicos, flavonoides y la vitamina C.
El Departamento de Biotecnología e Ingeniería de Alimentos del Tecnológico de Monterrey, encontró que el juego de tuna inhibía el desarrollo de células cancerígenas de próstata y colon.
Tambien se ha comprobado que la tuna fomenta la secreción de bicarbonato gástrico lo que tiene un efecto antiacido natural para el estomago.
Sin embargo uno de los atributos más eficaces es su capacidad de antioxidante sobre todo en la sangre,reduciendo el número de radicales libres.
La tuna no solo puede ser consumida entera, aquí algunos derivados de este fruto: Vinos (Cópil), Bebidas (Con o sin gas), Agua de tuna, Jugo de tuna, Colonche con canela, Curado, Atole, Miel de tuna, Queso de tuna, Mermeladas, Jalea, Ate, Nieve, Pastel, Gelatinas, Deshidratados para dulces, Barras de cereales, Pulpa de fruta deshidratada, Lámina de fruta, Tuna y xoconostles en almíbar, Salsas, Condimentos, Pulpas de tuna, Néctares, Aceite de semilla de tuna, Pectina, Fructosa, Colorantes, Alcohol, Harinas, Pectinas, Semillas.
Para poder disfrutar de los beneficios de la Tuna es aconsejable comer diariamente entre 3 y 5 tunas diarias.