Se ha hablado mucho de cómo difieren los síntomas del estrés tanto en hombres como en mujeres. Aunque biológicamente el estrés dispara mecanismos similares, estos en general tienen un mayor impacto en el sexo femenino.
Veamos, al reaccionar ante los factores estresantes, el cuerpo libera hormonas como el cortisol, el cual afecta a casi todos los sistemas del cuerpo como el inmunitario, el digestivo, la piel y demás. Esto ocurre por igual en ambos sexos pero con diferentes tipos de respuesta dependiendo el género.
Un ejemplo claro es la alteración en el ciclo menstrual el cual, por obvias razones, es un síntoma del estrés que solo afecta a la mujer. Ahora conoceremos más sobre estos efectos considerando 3 grandes planos: el emocional, el físico y el sexual. Comencemos…
Estos son los principales síntomas del estrés en la mujer
Síntomas emocionales del estrés en la mujer
Los síntomas emocionales del estrés en muchas ocasiones pasan inadvertidos por quienes los padecen hasta que poco a poco van mermando la calidad de vida de la mujer y su relación con las personas que las rodean.
Fatiga excesiva
Según los estudios, el 51% de las personas han citado a la fatiga como un síntoma emocional importante. Las mujeres tienden a sentirse más cansadas y mareadas cuando están estresadas.
Dificultad para concentrarte.
El estrés hace que te sea más difícil enfocarte y ser efectiva en el cumplimiento de tus responsabilidades, ya sea en el hogar, la escuela o el trabajo.
Esto a su vez, puede llevarte a situaciones más estresantes cuando te impide realizar las tareas diarias o hacerlas de forma deficiente. Por ejemplo, no mandar el reporte a tiempo o equivocarte en los datos; no llegar a la meta en ventas; reprobar algún examen; U olvidarte de compromisos familiares.
Por eso, cuando tienes mucha carga de tensión emocional es común tu desempeño disminuya en muchas áreas relevantes en tu vida y te traiga aún mayores problemas con tu jefe, compañeros, maestros, hijos o pareja.
Insomnio y malos sueños
La mayoría de nosotras conocemos esa sensación de dar vueltas durante toda la noche pensando en los eventos del día o en los problemas que traemos a cuestas. Lo que te dificulta conciliar el sueño y te mantiene en vela durante gran parte de la noche.
Ahora, también puede ocurrir durante el sueño te veas sumergida en pesadillas o imágenes angustiantes resultado de la inestabilidad emocional en la que te encuentras envuelta.
Estos factores, tanto el insomnio como los malos sueños, hacen que tu mente no descanse lo suficiente durante la noche y despiertes con una sensación de cansancio. Además mantendrás elevados tus niveles de cortisol y aumentarás las posibilidad de seguir acumulando estrés a lo largo del día.
Cambios en el comportamiento
Con frecuencia se desarrollan diversos cambios de comportamiento en las mujeres que están bajo estrés extremo. Por ejemplo, algunas responden comiendo más de lo normal y ganando peso (de lo que hablaremos más adelante).
Por otro lado el estrés crónico es un factor de riesgo en la adopción de conductas adictivas, como el tabaquismo, el abuso de bebidas o de otras sustancias nocivas.
Además de ser frecuentes cambios de humor, irritabilidad y hostilidad hacia las personas que te rodean incluyendo a tus seres queridos. Lo que provoca conflictos constantes y acaba con la armonía en todas tus relaciones personales llevándote a sentirte aislada de todos.
Según las estadísticas actuales, alrededor del 54% de las personas han declarado que el estrés les ha hecho pelear con personas cercanas a ellos. Por lo tanto, es muy importante controlar el estrés de una manera adecuada para salvarte a ti misma y a tus relaciones.
Depresión
La depresión se puede decir que es el punto emocional culminante de padecer estrés crónico. En este caso las mujeres tienen el doble de probabilidades de experimentarla que los hombres
Los niveles elevados de cortisol que resultan del estrés crónico provocado por la rutina diaria o el estrés agudo proveniente de un evento difícil como la muerte o el divorcio, pueden actuar como desencadenantes de la depresión.
La tristeza, la desesperanza y la impotencia son los síntomas emocionales predominantes si una mujer desarrolla depresión a causa un estrés crónico de alto nivel.
Síntomas físicos del estrés en la mujer
El estrés se puede manifestar en el cuerpo con una amplia variedad de síntomas. Las mujeres bajo estrés constante en general experimentan malestares que van desde el dolor de cabeza hasta un mayor riesgo de enfermedades cardíacas. Aquí tienes los más destacados:
Dolores de cabeza
Este es quizá el síntoma físico del estrés más común. El 44% de las personas sienten que experimentan más dolor de cabeza si están estresadas que cualquier otro malestar.
Resulta bastante agudo si eres mujer y se presenta como dolores y migrañas frecuentes que incrementan su intensidad cuando se atraviesa por situaciones estresantes.
Brotes en la piel (dermatitis y acné)
Los niveles elevados de cortisol en el cuerpo pueden causar un exceso de producción de aceite que contribuye al desarrollo de brotes de acné. Un estudio de 2003 observó que las estudiantes universitarias experimentaban más brotes durante los períodos de examen debido al aumento del estrés.
Por otro lado, un estudio japonés encontró que las personas que experimentan prurito (picor en la piel y necesidad de rascarse) tienen más probabilidades de estar estresadas que otras. Es bastante común que un picor irritante cause estrés y tampoco es raro que una mente ansiosa o tensa agrave condiciones como dermatitis, eczema y otras.
En otras palabras, el estrés es capaz de provocar inflamación y conducir a la aparición de brotes inesperados en la piel como acné o granos. Mientras que estos a su vez causan más condiciones estresantes que afectan la mente y la autoconfianza de una manera negativa.
Tensión y dolor muscular
Uno de los mecanismos que activa el estrés es la tensión de los músculos para tenerlos preparados en caso de que necesiten actuar de forma rápida.
Cuando la tensión muscular se vuelve crónica genera dolor que por lo general se localiza en las espalda, cuello y, en el caso de las mujeres, el abdomen. Dificultando tu capacidad para moverte y realizar las actividades diarias
Pérdida de cabello
La pérdida del cabello normalmente se vincula con el sexo masculino. Sin embargo, en la mujer también puede presentarse cómo síntoma de una carga de estrés emocional significativa.
Esto se debe al desequilibrio fisiológico provocado por los elevados niveles de cortisol. Interrumpiendo el ciclo de vida del cabello y provocando su caída.
Si bien es posible que no se note una pérdida de cabello durante o inmediatamente después de un período estresante. Esta puede volverse notable después de transcurrir tres a seis meses de tener una carga emocional excesiva y crónica.
Malestares digestivos
El estrés prolongado puede tener un gran impacto en el sistema digestivo al aumentar el ácido estomacal y/o afectar la motilidad normal del intestino. Lo que puede provocar diversos malestares digestivos como indigestión, acidez e incluso contribuir al desarrollo de padecimientos crónicos como el Síndrome de Intestino Irritable y úlceras gástricas.
De acuerdo a un estudio publicado en la edición de junio de 2010 de “Industrial Health”, los investigadores encontraron que los trabajadores que sentían que estaban bajo un alto nivel de estrés tenían 8 veces más riesgo de un colon irritable, en comparación con aquellos que nunca o casi nunca se sintieron estresados en el trabajo.
La acidez, la diarrea y el estreñimiento también pueden ocurrir con mayor frecuencia cuando una mujer está bajo estrés.
Además, cargar mucho estrés puede hacer que busques reconfortarte comiendo más de lo normal o te atasques con alimentos chatarra, lo cual contribuye a sufrir malestares digestivos agudos y a tener un aumento de peso a largo plazo.
Aumento de peso
Así es, el estrés puede producir ansias agudas de chocolates, golosinas y demás comida con escaso valor nutritivo pero que provocan una mayor acumulación de grasa y por consiguiente, un aumento en el peso.
Las investigaciones han vinculado los niveles más elevados de cortisol con una disminución del metabolismo al producir un catabolismo de la masa muscular.
Por otro lado, el estrés mantiene a tu cerebro en un estado de alerta constante, incrementando sus necesidades de glucosa. Lo que lleva a un aumento en el apetito y el antojo de alimentos altos en azúcar.
Sangrado y dolor de encías
Rechinar los dientes es una acción casi involuntaria que suelen realizar las personas estresadas y es muy frecuente hacerlo mientras duermen. Esto puede ocasionar dolor en las encías.
Además, el cortisol altera el Sistema Inmunitario y te hace más vulnerable a las bacterias. Elevando la posibilidad de contraer infecciones en la boca que provoquen inflamación y sangrado.
Resfriados u otras enfermedades infecciosas frecuentes
Como resultado de la alteración del Sistema Inmunitario los resfriados y otras enfermedades infecciosas se pueden presentar de forma más frecuente cuando tienes altas cargas de estrés.
Mayor riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular
Según un estudio de 2012 realizado en más de 22,000 mujeres, aquellas que se encontraban expuestas a altas cantidades de estrés en el trabajo tenían un 40 por ciento más de probabilidades de experimentar un evento cardiovascular (un ataque cardíaco o accidente cerebrovascular) que las que informaron bajos niveles de estrés relacionados con el trabajo.
Por otro lado, estudios recientes han demostrado que el estrés puede causar más problemas cardíacos en las mujeres a una edad más temprana que en los hombres.
Síntomas sexuales del estrés en la mujer
Otros de los síntomas del estrés que son frecuentes en la mujer son aquellos que afectan directamente su sexualidad. Perder el interés en las relaciones sexuales, alteraciones en el ciclo menstrual o dificultad para embarazarse son signos comunes en las mujeres estresadas.
Disminución del apetito sexual
Los principales eventos de la vida que causan estrés, como comenzar un nuevo trabajo o mudarse a una nueva ciudad, son capaces de disminuir la libido. Esto puede ocurrir cuando los niveles elevados de cortisol suprimen las hormonas sexuales naturales del cuerpo.
Alrededor del 15% de las personas han sentido esta disminución de sus impulsos sexuales como un síntoma de estrés, que puede tener un gran impacto también en tu vida personal o de pareja.
Ciclos menstruales irregulares
El estrés agudo y crónico puede alterar el equilibrio hormonal del cuerpo, lo que ocasionaría ciclos menstruales perdidos, tardíos o irregulares.
Los investigadores también han descubierto que las mujeres en trabajos estresantes tienen un 50 por ciento más riesgo de tener un ciclo corto (menos de 24 días) que las mujeres que no trabajan en posiciones de alto estrés.
Cólicos más intensos
Un estudio de Harvard descubrió que las mujeres muy estresadas tienen más del doble de probabilidades de sufrir períodos menstraules muy dolorosos.
La turbulencia que hay en tu mente afecta tu condición física y agrava los cambios de humor, que de igual forma son bastante comunes durante la menstruación. Esto incrementa la sensación de dolor y te hace pasar por momentos bastante desagradables.
Dificultad para embarazarse
Aunque se necesita más investigación para esclarecer mejor el vínculo entre el estrés y la fertilidad, estudios recientes han encontrado que las mujeres con altos niveles de alfa-amilasa, una enzima vinculada al estrés, tuvieron más dificultades para quedar embarazadas.
Las mujeres con la mayor concentración de esta enzima durante su ciclo menstrual tenían un 12 por ciento menos probabilidades de concebir que las mujeres con menores niveles de alfa-amilasa.
Bien, son los principales síntomas del estrés que pueden manifestarse en la mujer. Cómo verás, es algo que te afecta en muchos ámbitos de tu vida y si no actúas a tiempo para controlarlo podría causarte severos problemas tanto en tu salud como en tu vida personal.
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