En mi particular obsesión por clarificar quién puede ejercer el periodismo quiero ofreceros para la reflexión cuáles son las cualidades profesionales que un periodista debe tener. O lo que es lo mismo, cuáles son los mínimos exigibles para que se le pueda otorgar el nombre de periodista.
Los próximos 4 y 5 de diciembre participaré en un congreso que, bajo el tema Calidad y Credibilidad en el Ciberperiodismo, organiza la Universidad de Oporto, donde han tenido a bien admitirme una comunicación en la que, entre otras cosas, apunto las cualidades que en el nuevo entorno tecnológico debe tener el periodista del futuro.
Me vais a permitir que las comparta con vosotros.
1. El periodista debe saber contar buenas historias en el nuevo entorno multimedia
Si algo distingue a los periodistas, y siempre los ha distinguido, es su capacidad para contar historias. El periodista es aquel profesional de las buenas historias. Es una persona que cuenta una buena historia que hace que quién la lea, se emocione.
Por eso, el periodista debe formarse en las nuevas narrativas y mejorar las que ya existen. El periodista debe conocer los nuevos formatos, dominar los nuevos lenguajes, acceder a la posibilidad de informar desde cualquier formato para adaptar su discurso a cualquiera de ellos y poder seguir generando emociones a través de sus historias.
2. El periodista debe conocer el mundo para poder contarlo
El periodista del futuro deberá tener mentalidad internacional para poder tener un conocimiento profundo de la realidad propia y poder informar sobre ella dando las claves necesarias para una mejor comprensión.
Para ello debe tener autonomía cultural, debe estar en continua tensión para aprender, para observar, para analizar, para valorar justamente, en definitiva, para potenciar su cultura.
3. El periodista debe informar de lo que sabe, no de lo que cree saber. Es decir, ser un referente en valores. Para ello necesita,
a. Ser humilde
Decía Clive Lewis que la humildad “no es mujeres guapas intentando creer que son feas u hombres inteligentes tratando de convencerse de que son tontos”. Humildad es ser conscientes de tus valores y realizaciones pero no pensarlo más de un segundo. El periodista es muy dado a la soberbia, a creerse que lo de uno es lo verdadero y único. Y el periodista debe estar muy abierto a escuchar, a valorar, a hacer un justo juicio de la realidad que le permita tener la conciencia tranquila de lo que va a difundir.
b. Ser ético
Sólo con probados y sólidos valores éticos, y sólo si conoce cuál es el sentido trascendente de la vida, puede ser capaz el informador de superar una visión relativista y empequeñecida a la hora de enjuiciar los hechos en su actuación profesional.
La buena formación de la conciencia y el conocimiento de la ética profesional no pueden darse por supuestos. No se poseen por el hecho de haber nacido, ni se adquieren sin más con el ejercicio rutinario de la profesión. Es algo que, para poder vivirlo, antes hay que aprenderlo. Si no es así, supondría una irresponsabilidad tal que bastaría por sí sola para la autodescalificación profesional de quien así actuase.
Y además, el periodista debe conocer las normas éticas de su profesión, si no se convierte en sujeto incapaz de actuar responsablemente: se degrada a sí mismo como persona y como profesional y lo que es peor, a medida que su poder e influencia aumentan, se convierte en causa de la degradación de un tal vez amplio número de inocentes.
c. Ser coherente
Asumir un mundo de valores de los que se responsabiliza y defiende.
d. Tener clara su responsabilidad social
Los periodistas están llamados a rendir cuentas a sus lectores, a la sociedad. La responsabilidad social responde al principio de justicia informativa: dar la información que éticamente se debe dar al público. La información nace en el público, es suya y a él debe volver.
Tiene que contribuir al bien común, al mejoramiento de los individuos, de la sociedad. La persona periodista si tiene sentido es porque su labor no está en función de su propio beneficio. Su beneficio es el servicio, quizá la información, seguro la sociedad.
La relación público/periodista es una relación jurídico-informativa. ¿Es exigible esta responsabilidad ante los tribunales? En principio, no. En principio no existen castigos o penas ni sanciones. Depende del nivel de ética del periodista.