Revista Coaching

Cuando algo se remueve por dentro…

Por Mbbp

CUANDO ALGO SE REMUEVE POR DENTRO…

A veces, en un momento dado de nuestra vida, aparece alguien en ella que remueve nuestro interior, llega a nuestra Alma y despierta nuestros sueños más recónditos, invitándonos a hacerlos realidad! Y, aunque se suele decir, no son solo “mariposas en la barriga”, como expresamos estar enamorados! Esos sueños estaban allí escondidos, esperando despertar de su letargo. Hasta entonces, tal vez habíamos aprendido a convivir sin ellos -o soñando solo con los ojos cerrados-, sintiéndonos satisfechos con esa otra vida ajena fabricada de momentos inertes, a ratos placenteros, de gestos cotidianos, pero sin el sentido que le otorga esa magia que, en nuestro interior, tenemos y anhelamos. En esa otra vida, plácida pero insulsa, uno aprende a vivir de retales de sueños, quizás con la complacencia de sentirse capaz de sobrevivir al vaivén de las circunstancias, siendo -aproximadamente- como es uno y, como máximo aliciente, exponiéndonos a algún riesgo -quizás a un romance trivial y pasajero o a alguna aventura vital- que nos hace durante un tiempo sentirnos más vivos, despertando los sentidos y/o nuestra piel! Esa es, al fin y al cabo, nuestra felicidad a medias, lejos de la que habita en nuestros sueños, pero plácida y aparentemente tranquila, sin sobresaltos, sin más disgustos que las sorpresas con que nos obsequia la propia vida.

Pero esos sueños escondidos estubieron siempre ahí, dormidos, pero no inexistentes! Hasta que llega ese álguien especial, ese momento preciso o ese lugar concreto a nuestra vida, tal vez en forma de escrito, de libro o de poema, de escena de película, que súbitamente reconocemos como propio, como algo que yace en nuestro interior y que entonces  urge sacarlo a la luz! Algo de lo que nos dicen, leemos o vemos en un instante, resuena en nuestro interior y resurge desde nuestra Alma, porque siempre había estado allí! Es verdad que podemos desoírlo, desatenderlo… pero también es verdad que la vida nos lo trae en el momento oportuno en que ya somos capaces de verlo, sentirlo y, ahora más que nunca, necesitamos vivirlo, ni un minuto antes ni uno después! Tal vez la vida no es más que la concatenación de momentos vividos y por vivir que nos llevan a reconocer lo que siempre fuimos… y algún día debiéramos volver a ser, si tenemos valor!

Esas palabras reencontradas, esos gestos reconocidos, en otros momentos de nuestra vida hubieran sido inexplicables o irracionales, los sentiríamos como ajenos… Pero, en ese preciso y mágico momento, se nos hacen propios, intensos y inapelables, aunque sea porque, para ser capaz de sentirlos así, uno debe tenerlos ya dentro, esperando para ser redescubiertos, ante el espejo que siempre es el prójimo! En el ser humano, cada circunstancia vivida va asociada a un sentimiento -que, recuerda, no es más que la construcción mental de la emoción- que nos produjo esa situación, en un momento dado de nuestra vida. Por eso, cuando aparece una emoción, se genera un sentimiento y con él surge toda la luz y la oscuridad que llevamos dentro! Pero, como tal contrucción mental, el sentimiento puede ser cambiado, basta con concentrarnos en la nueva emoción que sentimos ahora. Podemos, sin embargo, resistirnos a ello y continuar padeciendo ese sentimiento -demasiadas veces adverso- anclado en el pasado o bien tener la valentía de revisitarlo y darnos cuenta de que hoy es algo completamente nuevo y, por qué no, quizás favorable!

Porque la vida es solo eso, visitar y revisitar! Visitar cada nuevo momento que llega o revisitar los ya aparentemente vividos -a cierta edad, uno cree erróneamente haber vivido ya todo- y lograr sentirlos como algo siempre nuevo, siempre singular y siempre sorprendente! Al final, la libertad es para lo que sirve… entregarse a lo nuevo o condenarse al pasado… o bien ser capaces de aprender de él y utilizar la lección aprendida para vivir mejor el hoy, donde está nuestra posible felicidad y nuestra esperanza, hasta ese especial momento enterrada en nuestra alma.

Quizás ahora me doy cuenta -por fin- de que esa es la única receta válida para el amor de verdad, pues estando ya dentro nuestro, en un momento dado rompe nuestros viejos esquemas de ayer y surge como algo siempre nuevo, siempre singular y siempre sorprendente! El amor solo exije atención, estar vacío del pasado y valentía para afrontarlo tal como es y como se siente hoy, luminoso y siempre intenso! Pero al ser humano lo nuevo y desconocido siempre le crea un sentimiento (recordemos, una creación mental) de ilusión o de incertidumbre, le remueve por dentro! Por lo mismo, cuanto más revuelve nuestro corazón y lo que hay en él escondido, más verdadero es el amor que nos ha visitado!

A veces reflexiono sobre el amor en mi vida! Porque, aunque amo “universalmente”, sintiéndome espectador de la felicidad de quienes están cerca y de todo lo que me rodea, uno siempre desea reencontrarse con esa alma especial que la vida nos pone en frente en un momento dado! Y, cuando al fin aparece, ahora más que nunca me siento co-protagonista de su vida, como para vivir juntos todos esos momentos soñados y celosamente guardados compartiéndolos con amor y felicidad! Y, en honor a la verdad, esa persona especial -a la vez perfecta en su imperfección, como todos lo somos- y hoy amada es necesariamente alguien que tiene interiormente -despertándose o dispuesto a ello- los mismos anhelos que yo, que siente la vida igual y en el mismo momento y, por tanto, nuestras almas resuenan cada vez que se sienten juntas. Eso garantiza que ya no sean las palabras vacías o los protocolos aprendidos, sino los gestos, las miradas (cuando se dan) o los silencios compartidos, los que mejor expresan ese despertar del amor del alma y que, a todas luces, siempre remueve el corazón, aunque de vez en cuando tambén despierte en él el dolor que siempre existe de nuestro pasado. Y para acoger y recibir ese nuevo amor solo es necesaria esa dosis de esperanza en uno mismo y en el otro, para ir gestando esa felicidad cotidiana y simple, en la que ambos creemos y siempre soñamos vivir y compartir. Seguramente, para haber llegado a ese encuentro mágico solo fue necesario dejar fluir la vida y sentir esa emoción que hoy nos une, romper con esos momentos humanos de incertidumbre y ser capaces ambos de permitir que nuestro corazón se remueva y de creer que es la única manera de convertir un sueño en nuestra realidad.

Porque el amor de verdad no es más que eso que provoca una necesaria revolución en nuestro interior, que exige valentía y, a la vez, resuena en nuestra alma ya inquieta. Si no, no es amor de verdad, es más de lo mismo y de lo mal vivido, es algo superficial que solo inunda -o solo mueve- los sentidos y despierta la piel, durante un tiempo y haciéndonos sentir simplemente vivos! Pero, para remover en vez de mover -para vivir, en vez de solo sobrevivir- el amor debe afectar a nuestra alma y sacar de ella todo eso que esconde -las luces y las sombras- desde siempre, hasta que ese alguien especial resuena y remueve nuestro corazón. iluminando nuestra vida! Sencillamente porque tras la revolución está la paz, así como tras el sufrimiento, está la felicidad!

VN:R_U [1.9.7_1111]

Volver a la Portada de Logo Paperblog